La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Sánchez entra en los templos cuando quiere
Una de las prioridades de los organismos municipales de todo el territorio español es la adecuada administración y legislación con respecto a la correcta gestión de residuos. Es por ello que las autoridades pertinentes se ven obligadas a confeccionar un sistema de sanciones y multas que traten de prevenir que la ciudadanía proceda de manera negligente al gestionar dichos residuos, provocando efectos negativos sobre la limpieza del entrono y, por ende, sobre el medio ambiente y la salud pública.
Este sistema de sanciones incluso se llega a aplicar en carreteras y vías similares, ya que, aunque en el caso de autovías y demás pueden ser espacios más aislados, también están rodeados de entornos naturales o núcleos residenciales que pueden verse deteriorados por el vertido de residuos de todo tipo, desde envases hasta colillas, siendo estos últimos especialmente peligrosos cuando están aún encendidos por el riesgo de incendio considerable que pueden suponer.
Acompañando a este tipo de medidas, también se suelen desarrollar campañas de concienciación dirigidas tanto al público general como a determinados sectores específicos dentro del mismo, como hemos podido ver en numerosas ocasiones en nuestra propia ciudad, encabezadas por la empresa pública de gestión de residuos hispalense LIPASAM.
No obstante, y en vista de la presencia en redes sociales de mensajes que se muestran notablemente descontentos con el estado en el que actualmente se encuentran las calles y espacios públicos en general de Sevilla, cabe recordar los importes contemplados por el sistema de sanciones que hemos mencionado inicialmente en un esfuerzo de subrayar a aquellos responsables de esta suciedad que su gestión negligente de residuos, depositándolos en la vía publica sin utilizar los incontables contenedores y papeleras esparcidos por toda la ciudad, puede acarrear multas que alcanzan cifras considerables dependiendo de la situación.
Aunque en todo caso se contempla como una infracción leve, arrojar residuos a la vía pública acarrea sanciones deentre 90 y 750 euros, dependiendo de los residuos de los que hablemos, y en este sistema de sanciones se incluye la obligación de apagar cigarrillos y colillas antes de depositarlos en una papelera para evitar incendios y similares. También se aplica a infracciones a la hora de sacar la basura fuera del intervalo entre las 20 y 23 horas.
Por otra parte, el vertido o eliminación incontrolada de cualquier tipo de residuo municipal se traduce en una infracción grave que puede costar entre 1.500 y 3.000 euros, nada menos. No obstante, esta sanción suele aplicarse a hostelería y establecimientos similares.
También te puede interesar
Lo último
No hay comentarios