Sevilla

Un nuevo partido en escena

  • Sin apenas apoyos financieros y mediáticos, UPyD, el partido de Rosa Díez, ha logrado ser la tercera formación más votada en Sevilla capital con 11.204 sufragios

No tienen más financiación que la que aportan sus militantes y simpatizantes, apenas logran minutos en las televisiones, muchos de sus cuadros carecen de la menor experiencia política... y, sin embargo, este partido ha conseguido ser el tercero más votado en la ciudad de Sevilla durante las pasadas elecciones europeas. Unión, Progreso y Democracia (UPyD), la formación fundada por la ex socialista Rosa Díez en 2007, obtuvo en la ciudad un total de 11.204 sufragios, colocándose por delante de IU (9.970 votos), un partido que actualmente está en el Gobierno municipal.

Aunque cada comicio tiene su propia lógica y, difícilmente, se pueden extrapolar los resultados de unas elecciones europeas a unas nacionales, autonómicas o locales, lo cierto es que, a partir del pasado domingo, no se podrán aventurar futuros escenarios políticos municipales sin tener en cuenta esta formación que, en la provincia de Sevilla, coordina un desconocido profesor de Música en el Instituto Pablo Picasso del Parque Alcosa, Antonio Postigo, un ciudadano corriente de 55 años, casado y con dos hijos, sin ninguna experiencia política anterior y que asegura haber llegado al proceloso mundo de la cosa pública debido a su “descontento” con la situación en España.

El enigma de UPyD en Sevilla es el mismo que en el resto del país: ¿De qué espectro político salen sus votos, de los descontentos de la derecha o de la izquierda? El propio portavoz popular en Sevilla, Juan Ignacio Zoido, reconocía ayer a este periódico que uno de los puntos en el análisis que su formación acometerá en los próximos días sobre los comicios será precisamente éste, y por lo pronto se consuela con la idea de que, con estos resultados, “UPyD no obtendría ningún concejal”. Para otros, como Antonio Torrijos, primer teniente de alcalde en el Ayuntamiento y portavoz de IU, no hay lugar a dudas de que el espacio que ocupa UPyD es el del prácticamente desaparecido Partido Andalucista, que apenas logró en las elecciones del pasado domingo 1.874 votos. “Es un voto de alternativa en el ámbito del centro derecha”, dice Torrijos. Este análisis lo comparte el socialista Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, quien llega incluso a asegurar que UPyD ha captado el “voto del nacionalismo español, de la derecha más extrema, que se ocultaba en cierto electorado del PA”. Sin embargo, el PP, lejos de perder votos respecto a las Europeas de 2004, en las que obtuvo 94.517, ha aumentado sus sufragios hasta alcanzar los 98.769. Por contra, sí pierden PSOE (de 119.713 a 109.825) e IU (de 11.252 a 9.970). Además, si se realiza un análisis geográfico del voto de UPyD en la ciudad, se observa que los mejores resultados de esta formación se dan tanto en feudos del PP (Nervión y Casco Antiguo) como del PSOE (Macarena Norte).

Por su parte, UPyD asegura no disponer de estudios en este sentido debido a su precariedad económica y afirma que a sus sedes se acercan gentes de muy diversas procedencias ideológicas, sociales y generacionales. “Yo mismo he votado a opciones tan diferentes como PSOE, PA o CDS”, afirma Antonio Postigo.

Otra incógnita es con quién pactaría UPyD en el caso de conseguir representación en el Ayuntamiento y convertirse en un partido llave. Parece claro que la situación beneficia sobre todo al PP, que en el mapa actual no tiene juego político y necesita para gobernar la mayoría absoluta. En UPyD esta cuestión no quita el sueño y muestran, a priori, su disposición a pactar con cualquier partido. “Como Anguita, sólo ponemos una condición: Programa, Programa, Programa”, bromea Manuel Salido, responsable de prensa del partido.

Los resultados obtenidos por esta formación en Sevilla no dejan de ser sorprendentes. Actualmente, sólo tienen una pequeña sede en el edificio Sevilla 2, que comparte con la coordinadora territorial y que, junto a la factura del teléfono, es lo único que se paga desde Madrid. El resto sale de los bolsillos de los militantes, desde el alquiler de salones para actos hasta las tarjetas de visitas de sus cuadros. Un dato es ilustrador: realizan sus ruedas de prensa por la tarde porque sus representantes trabajan por la mañana. Como dice Postigo: “Nuestro tiempo se lo dedicamos primero al trabajo, después a la familia y, por último, a la política”.

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