¿Conseguirá en 2020 Sevilla capital superar la barrera de los 700.000 habitantes? De momento, la última revisión del padrón municipal refleja una subida que rompe por fin la tendencia de la última década. Los datos comunicados a primeros de año han sido corregidos al alza y se observa un crecimiento.

A 1 de enero de 2020 el padrón de la capital registraba 701.455 personas, 2.450 más que el año anterior. No obstante, ésta es la cifra que ha sido comunicada al Instituto Nacional de Estadística (INE), organismo que difunde a la población oficial de cada municipio y que suele ser inferior a la proporcionada por el ayuntamiento. A finales de año se conocerá el dato exacto y, según los cálculos, es probable que Sevilla capital se quede rozando los 700.000 habitantes, aunque la buena noticia es que probablemente se confirmará un crecimiento, el mayor desde 2015.

La variación entre la cifra del padrón y la registrada por el INE oscila entre los 8.000 y los 10.000 habitantes, según las últimas series estadísticas analizadas. El INE ha iniciado el expediente 2020 de la población de Sevilla partiendo de un aumento que apunta a que la capital superará los 691.000 habitantes. El dato anterior fijaba la población oficial en 688.592 personas, 119 menos que el año anterior, un retroceso que el gobierno municipal no había logrado frenar desde 2015.

La sangría comenzó con el estreno de la década y en la última década Sevilla capital ha perdido cerca de 15.000 habitantes. Muy lejana queda la cifra de 709.975 habitantes, la cota máxima registrada en 2003. El crecimiento empezó a dispararse después de la Expo del 92. En el 93 la población aumentó en 24.000 habitantes. En 2014, la capital bajó el umbral de los 700.000 censados, regresando a los niveles de la pre Expo del 92.  En 2015, en las últimas elecciones municipales, la bajada de la población supuso la pérdida de dos concejales en el pleno, que se quedó con 31, sin mencionar otras desventajas económicas, como la reducción de los ingresos por impuestos. Y también por aportaciones del Estado. El perjuicio es también fiscal.  Sevilla no ha dejado de ser considerada como gran ciudad, de hecho es la cuarta de España tras Madrid, Barcelona y Valencia, pero ha perdido peso político y económico al no sobrepasar el listón de los 700.000 habitantes.

¿Qué es lo que ha roto esta tendencia demográfica? En el último año muchos indicadores de la capital confirmaban su  recuperación económica. Sectores como la construcción habían empezado a moverse ya desde finales de 2018. Y hay una correlación entre la construcción de viviendas y el aumento de la población. Así, el número total de viviendas de nueva creación en la ciudad bajó hasta la reducida cifra de 169 en 2013, frente a las 2.953 de 2007, año de los últimos coletazos de la burbuja inmobiliaria que un año después sería uno de los desencadenantes de la crisis financiera y económica. La promoción de viviendas comenzó a despegar en 2016, hasta alcanzar las 2.207 en 2018, en niveles ya próximos a los años previos a la crisis. Y en 2019 Sevilla registró 1.985 viviendas visadas, el mejor dato de los últimos diez años y en el último año se han aprobado planes urbanísticos que van a suponer el desbloqueo de más de 6.800 viviendas, lo que refuerza esta idea de crecimiento. Desde 2015 Emvisesa, la empresa municipal de la vivienda, ha entregado las llaves  de más de 1.000 viviendas asequibles.

Aunque el repunte de la construcción tiene que ver con la coyuntura económica, el gobierno de Espadas se atribuye también la gestión para el desbloqueo de numerosos proyectos de nuevas viviendas y desarrollo de suelos que estaban paralizados. Lo que no se ha puesto en marcha de una manera eficaz es una campaña para fomentar el empadronamiento, a pesar de que la sangría del padrón municipal viene siendo objeto de confrontación política desde hace años.

La crisis que deriva ahora de la pandemia supone también una amenaza para la consolidación de la población de la capital, mientras el área metropolitana ha seguido creciendo en estos últimos años.