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El patrón del catamarán Anastasio Senra: "Lipasam ignora mi experiencia limpiando el río"

Servicios públicos

Juan Luis de Miguel ha estado 12 años al frente de la embarcación que recogía los residuos de la dársena

Califica de "irrisorio" el nuevo contrato de Lipasam para realizar esta labor

Lipasam externaliza la limpieza de la dársena del río Guadalquivir

Juan Luis de Miguel junto al catamarán del que ha sido patrón 12 años. / Redacción Sevilla

Juan Luis de Miguel lleva los 12 últimos años de su vida cumpliendo una función vital para mantener limpio el brazo del río Guadalquivir que se adentra en Sevilla. Ha sido el patrón del catamarán con el que Lipasam recogía los residuos depositados en la lámina y el fondo de la dársena. Desde la esclusa hasta el Huevo de Colón en San Jerónimo. Un servicio que la empresa municipal ha externalizado con una carga de trabajo que, a juicio de este profesional, resulta "irrisoria". Para este empleado público, "Lipasam ha ignorado la experiencia en esta labor", que requiere de un amplio conocimiento del río, sus corrientes y márgenes.

Este sevillano de 55 años ha solicitado el cambio de puesto en Lipasam. Ha mantenido varias reuniones con el gerente de la empresa pública, Manuel Torreglosa, en las que ha manifestado su opinión sobre la decisión de poner fin a la vida del catamarán Anastasio Senra, que lleva 34 años prestando un servicio de limpieza en la dársena del río. El oficio le viene de familia. Su padre fue trabajador del Puerto y conocía a la perfección este brazo del Guadalquivir que atraviesa la capital andaluza.

"Lipasam ignora mi experiencia y las de quienes llevamos años acometiendo esta labor", refiere De Miguel sobre la decisión adoptada por el ente municipal para que este servicio se externalice. Recuerda que ha de poseerse un amplio conocimiento sobre las mareas y las corrientes laminares, conceptos bien distintos a los que debe prestarse atención en la recogida de residuos. "Nosotros sabemos cuáles son los lugares con mayor o menor profundidad que hay en la dársena", recuerda. Un bagaje profesional que, en su opinión, se pierde con el nuevo contrato, el cual califica de "irrisorio".

El nuevo contrato

La licitación de este servicio se hace ahora por 70.180 euros. La limpieza del río se llevará a cabo tres días al mes, tiempo que para quien ha comandado el catamarán califica de "irrisorio", al compararlo con la dedicación anterior: de lunes a viernes, más las campañas específicas (competiciones deportivas y Fiestas Mayores) y actuaciones especiales por emergencias. En el nuevo contrato, las campañas específicas contemplan 12 jornadas anuales y las actuaciones especiales, 10.

Para De Miguel, el planteamiento del que parte la dirección de Lipasam es "erróneo", pues desde la llegada del nuevo gerente siempre se ha puesto en entredicho el uso del catamarán para limpiar el río. "No sabía por qué estaba prestando servicio en la empresa pública. Desde un principio, su intención ha sido externalizarlo", asegura este profesional, quien reivindica que "la dársena también forma parte de Sevilla, es una vía importantísima de la ciudad".

El catamarán prestando servicio en la dársena del Guadalquivir. / Redacción Sevilla

Defiende que el Anastasio Senra es "reparable". "En tres décadas ha sufrido averías, pero todas se han solventado. Se sometía a reparaciones anuales, a las que se sumaban otras ocasionales por algún desperfecto, pero nunca ha dejado de funcionar", asevera.

El catamarán lleva más de 15 meses en dique seco tras ser sometido a dos inspecciones sucesivas por parte de la Capitanía Marítima de Sevilla. A este respecto, detalla que un primer informe concluyó con la necesidad de actuar en dos de las cinco vigas que conforman este vehículo acuático. Tras este resultado, la dirección de Lipasam se reunió de nuevo con el inspector para "advertirle" que existen otras tres vigas que no habían sido "detectadas". Se procedió a una segunda revisión que amplió la intervención a las cinco vigas. El presupuesto del arreglo pasó entonces de los 32.100 euros a los 54.100, lo que llevó a la empresa pública a descartar la reparación.

La "presión" de Lipasam

Para De Miguel, resulta "inaudito" que la gerencia de Lipasam "presione" a un inspector para realizar un segundo informe, cuando ya en el primero limitó la intervención a dos vigas. "Esto explica que desde el principio la intención ha sido externalizar el trabajo que llevamos realizando años en el río", lamenta. Un desempeño que no sólo supone la recogida de los residuos en la lámina y el fondo de la dársena (20 toneladas de basura al año), sino que incluye oxigenar las aguas. Para ello, se retiran las algas y otras plantas no autóctonas que arrastran los grandes barcos que entran por Sanlúcar de Barrameda, especies que reducen el oxígeno del río y provocan la muerte de los peces. "Es una labor muy engorrosa", admite el patrón del catamarán, que ha llegado a acumular hasta cinco kilos de pescados muertos por las algas.

Los residuos acumulados en las márgenes del río. / Redacción Sevilla

En estos años, del fondo del río se han extraído frigoríficos, lavadoras, carritos de la compra, coches, motos y también cadáveres. En estos casos extremos, se avisa directamente a la Policía y se evita tocar los cuerpos. "El procedimiento en dichas situaciones es muy escrupuloso", añade.

El trabajo requería, como mínimo, de dos empleados: el patrón, en este caso Juan Luis de Miguel; y un marinero o "marinera", ya que los últimos años tal función la ha desempeñado una mujer. El catamarán disponía de una pequeña embarcación auxiliar, situada en la popa, que permitía llegar a los enclaves de difícil acceso. Una vez en ella, usaban garfios o pinzas para retirar los residuos. Actividad que a partir de ahora quedará en manos de una empresa externa.

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