El posible archivo del segundo robo de droga cuestiona la investigación policial

El probable archivo de la causa abierta por el robo de 31,5 kilos de droga en la sede de Instituto de Toxicología y Ciencias Forenses de Sevilla ha puesto en cuestión la eficacia de la investigación policial realizada, a pesar de que tan sólo una semana después de que se destapara la sustracción, el pasado 22 de marzo, la Policía ya había detenido a tres trabajadores como presuntos autores del segundo robo de estupefacientes registrado en los últimos cuatro años en Sevilla.

Después de seis meses de instrucción y, una vez agotadas las posibilidades de esclarecer los hechos, la Fiscalía Antidroga de Sevilla solicitó el pasado 11 de septiembre al juzgado de Instrucción número 7 de Sevilla que sobresea provisionalmente la causa, al no haberse podido identificar al autor o autores del delito. La petición del Ministerio Público se produce "sin perjuicio de la reapertura" de estas diligencias en el supuesto de que la Policía llegue a aportar pruebas o indicios suficientes, pero en la práctica supone un nuevo mazazo para la imagen de un Cuerpo que quedó muy deteriorada tras el escándalo que supuso el robo en 2008 de otros 154,4 kilos de cocaína y heroína en el depósito ubicado en los calabozos de la Jefatura de Policía de Blas Infante. La investigación del primer robo permitió la detención de cuatro personas, entre ellos del ex agente de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) Lars Sepúlveda Madsen, que está actualmente en prisión y procesado junto a su mujer y a otro matrimonio residente en Coria del Río.

El magistrado que investiga la sustracción en el Instituto de Toxicología aún no ha adoptado ninguna decisión, aunque todo apunta a que la investigación será archivada a pesar de que por estos hechos se procedió inicialmente a la detención de tres empleados del Instituto de Toxicología. Los tres trabajadores permanecen en libertad con cargos tras ser arrestados y declarar ante la Policía. Dos de los empleados fueron detenidos el jueves 29 de marzo y pasaron a disposición judicial el sábado siguiente. Tras tomarles declaración, el juez de Instrucción 7 decretó su puesta en libertad con cargos, imputados por un delito contra la salud pública. El tercer arrestado sólo declaró ante la Policía. Quedó en libertad tras ser interrogado por los agentes encargados de la investigación, imputado por el mismo delito.

La investigación policial se ha encaminado todos estos meses a tratar de averiguar el paradero de la droga robada, 30 kilos de heroína y 1,5 de cocaína que están valorados en un millón. Estas sustancias pertenecían a cuatro alijos decomisados en operaciones policiales y se encontraban en el Instituto de Toxicología, que tiene su sede en la avenida Doctor Fedriani, para que fuera analizada y los técnicos de este departamento determinaran su composición y pureza.

La sustracción de la droga fue descubierta a primera hora de la mañana del 22 de marzo, cuando los funcionarios del Instituto llegaron a trabajar y observaron que la caja donde se guardaba estaba fuera de su lugar habitual y vacía. La mercancía robada se encontraba en una habitación denominada el búnker, que está cerrada con una llave de seguridad a la que, sin embargo, tenían acceso los trabajadores del centro y otras personas.

La directora del centro ordenó la clausura de la habitación, denunció el hecho en el juzgado de Guardia y llamó a la Policía. La Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) inició una investigación que comenzó con una inspección ocular. La Policía Científica tomó huellas de la habitación y se analizó la caja vacía para tratar de encontrar algún perfil de ADN.

Los agentes de la Udyco examinaron las grabaciones de las cámaras de videovigilancia e interrogaron al personal del centro. En sólo una semana, la Policía arrestó a los tres trabajadores, pero ahora la investigación no es concluyente sobre la autoría.