La promoción de la Cruz del Campo en Sevilla: Una VPO “inaccesible en todos los sentidos”
Uno de los agraciados en el sorteo de las viviendas protegidas de la Cruz del Campo denuncia que su piso no está adaptado a su movilidad reducida y que no tiene ninguna ventaja económica
20 VPO del nuevo barrio de la Cruz del Campo siguen sin adjudicar seis meses después
Hace apenas un mes se anunció que una veintena de VPO de la promoción del nuevo barrio de la Cruz del Campo todavía estaban disponibles a pesar de que 9.000 personas se inscribieron para hacerse con una. Esta llamada de Emvisesa daba prioridad a "familias numerosas, víctimas de violencia de género o personas con movilidad reducida que puedan acceder a alguno de los pisos adaptados". La polémica se sirvió en marzo cuando se anunciaron los precios del residencial: una horquilla que, en la práctica, supone unos 200.000 a 350.000 euros con impuestos incluidos según el número de dormitorios. Ahora, uno de los agraciados dentro del cupo de movilidad reducida denuncia, no solo que no goza de ninguna rebaja económica o ayuda, sino que su futura vivienda es exactamente igual que una normal contando únicamente con "correcciones mínimas para cumplir con la normativa".
Este vecino sevillano, que prefiere mantenerse en el anonimato, explica que debido a su situación personal ha decidido realizar un enorme sacrificio económico para hacerse con una de las viviendas protegidas de la Cruz del Campo. Señala a este periódico que necesita ayuda de terceras personas en su día a día y que la ubicación de esta promoción es idónea para ello por estar cerca de familiares.
Aunque participó en el sorteo, no tuvo muchas esperanzas cuando vio la cantidad de gente que se había presentado y que se encontraba lejos del número ganador. Su sorpresa llegó en verano cuando recibió una llamada de Emvisesa en la que le indicaban que podía adquirir una de las VPO de la promoción. La segunda sorpresa fue en las propias oficinas de la empresa municipal: "Me dieron a elegir entre las cuatro viviendas disponibles porque no había ninguna reservada en ese momento. Posteriormente, me he enterado que no se están vendiendo todos los pisos, algo que no me sorprende porque es un precio muy poco asequible para muchas personas, entre las que me incluyo".
"Una persona con movilidad reducida tiene más dificultades para trabajar y para acceder a una vivienda"
De hecho, denuncia que "a nivel de precios, los pisos son exactamente iguales que los no adaptados". Sin contar con ningún tipo de ventaja, ayuda o subvención aunque "se entiende que una persona con movilidad reducida tiene más dificultades para trabajar y, por tanto, para acceder a una vivienda y se supone que las viviendas adaptadas están reservadas para facilitar el acceso a este tipo de personas". A su juicio, "a pesar de ser una VPO, sus precios son exactamente los de mercado".
No solo se trata de la horquilla de precios, que ya fue ampliamente denunciada en su momento, también de las "condiciones terribles" que tienen las cuotas de pago. En el caso de la VPO adaptada, la reserva son 1.100 euros. Posteriormente, cuando se firma el contrato se da una aportación inicial de 9.900 euros. Durante dos años, se abona mensualmente 1.401, 06 euros y (al fin) con la entrega de llaves 33.627, 33 euros. De manera que la hipoteca que se pide al banco es sobre 205.481,19 euros. Unos plazos de pago y condiciones muy similares a los de una vivienda normal de la misma promoción. "Si la finalidad última de Emvisesa, como empresa municipal pagada por todos, es facilitar el acceso a personas que tienen más dificultades para conseguirlo, aquí no se ve por ningún sitio", reclama.
Una distribución "bastante preocupante"
La cuestión de los precios podría salvarse con la distribución. Pero tampoco es el caso. "La vivienda es exactamente igual que la del piso de arriba, tan solo se han quitado los bidés para que pueda tener la normativa cumplimentada, pero la distribución de los dormitorios y las entradas es la misma", apunta y hace especial hincapié en que ya ha asumido que habrá zonas a las que no pueda llegar por su movilidad reducida, lo cual considera "bastante preocupante". Por ejemplo, uno de los baños no podrá estar adaptado por una cuestión de espacio. Los pasillos "no tienen la distancia suficiente para dar la vuelta" y "la distribución de las habitaciones es absolutamente convencional".
No todo es negativo. Esta misma semana, Emvisesa le ha contactado para que él mismo realice las modificaciones que considere sobre los planos. Una labor en la que está inmerso contando con el asesoramiento de diferentes organizaciones y entidades de personas con movilidad reducida. En conjunto, están confeccionando un listado técnico de las modificaciones que serían necesarias y que posteriormente, serán planteadas a la dirección facultativa de Emvisesa para que den su visto bueno y puedan ejecutarlas.
Aunque muestra su agradecimiento porque la empresa municipal le haya contactado y así tener "la tranquilidad de que, realmente, la vivienda va a estar adaptada a mis necesidades", sí que cree que se podrían "haber tenido en cuenta las necesidades de una persona con movilidad reducida desde la planificación", del mismo modo que se podría haber ofrecido algún tipo de "ventaja de tipo económico, fiscales o de prestaciones y subvenciones".
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