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Los otros 'protagonistas' de la cumbre de la ONU en Sevilla

Voluntarios, azafatos, camareros, personal de limpieza, sanitarios, policías o periodistas ponen voz a la otra cara del evento internacional en el Palacio de Congresos

Vecinos de Sevilla Este: "La Cumbre de la ONU nos está causando verdaderos trastornos"

Voluntarios y azafatos en la zona de recibimiento de los asistentes en Fibes. / José Ángel García

Los vecinos del tranquilo barrio de Sevilla Este conviven estos días con cortes de tráfico, controles policiales y el trasiego de coches oficiales. Son los inconvenientes de acoger la primera Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que se celebra en Europa a la que asisten más de 12.000 asistentes, incluidos unos 70 líderes mundiales (de los cuales son 20 jefes de Estado o de Gobierno), y delegaciones de los 193 países miembros de la ONU.

Ya dentro, el recinto del Palacio de Congresos de Sevilla también es un hervidero de policías, voluntarios, políticos, asesores, traductores, periodistas, fotógrafos y cámaras que van y vienen. Al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se le ve en su salsa entre un grupo de voluntarios a los que, prácticamente, dedica sus primeras palabras nada más entrar en Fibes: "Sois el futuro de España", les decía al despedirlos, previa foto para el recuerdo a propuesta del propio Albares.

La Policía Nacional controla los accesos al entorno de Fibes. / Antonio Pizarro

Los voluntarios son parte de la esencia de este evento de carácter mundial. Los hay que llegan de la mano del Gobierno o de carácter local gestionados por la Plataforma del Voluntariado de Sevilla en colaboración con el Ayuntamiento y las universidades. Sus tareas van desde la difusión, acogida, organización o accesibilidad. Entre una mayoría de universitarios, una voluntaria de 30 años rompe "la normalidad". De sus palabras se aprecia cierta decepción por la organización del evento. Se encuentra en los accesos al pabellón 2 del Palacio de Congresos "respondiendo dudas, señalando donde está el baño, dónde se come o dónde tiene lugar una conferencia", explica ella misma. "Nadie me ha asignado muy bien una tarea, así que aquí estoy yo con una sonrisa aprendiendo de la experiencia", añade.

Algunos responsables explican que el cuerpo de voluntariado se ha establecido en función a dos criterios: la disponibilidad y el nivel de idiomas. Previo al día grande, este lunes con la inauguración de la cumbre, los jóvenes seleccionados han recibido la formación necesaria, primero en la Facultad de Comunicación y, en los últimos días, ya en Fibes.

Los azafatos complementan la labor de los voluntarios. Rafael Juárez tiene dibujada una sonrisa perenne. "Estoy muy contento de participar en un evento como este", afirma. Forma parte del personal contratado para repartir las bolsas de bienvenida a los asistentes. Como única exigencia, tener el nivel B2 de inglés, "y un buen curriculum", añade el joven.

Periodistas trabajan en la sala de prensa. / José Ángel García

En el centro de prensa se escucha hablar un crisol de idiomas. Es la otra cara de la cumbre, la que se encargará de transmitir a la ciudadanía todo lo que el evento dé de sí. Por allí se ve pasar a Pedro Sánchez, acompañado de un séquito de escoltas y demás personal de seguridad llegado desde Moncloa. Accedía con rostro amable a la sala de prensa, la primera que ha ofrecido en esta cumbre, junto al secretario general de la ONU, António Guterres; y salía cabizbajo, teléfono móvil en mano, coincidiendo el momento con la difusión de la decisión del juez de enviar a prisión ex secretario de Organización socialista, Santos Cerdán. "Actuamos con contundencia y ahora es momento de la Justicia", fue su única y escueta referencia.

La noticia, de gran calado nacional, no altera el evento internacional en Fibes. Son las dos de la tarde y la agenda sigue su curso. Entre los periodistas, las bolsas con los picnic adquiridos en un pabellón preparado para la prensa se convierten en un complemento más de los periodistas en la sala desde la que no pierden la vista al teclado. Fuera, de este habitáculo privilegiado, los asistentes al evento tienen hasta tres comedores. En uno de ellos trabajan a destajo desde ayer domingo Álvaro y Alba, del catering Mercado del Barranco, elegido por la organización para servir el evento. Es una zona exterior donde los más de 40 grados que marca el mercurio a mediodía en plena ola de calor en Sevilla no quita el apetito. "Aquí llevamos sirviendo comida desde las 12:30 horas", explican, en clara alusión al horario europeo del almuerzo. El menú, por su parte, es muy español. "Arroz y salmorejo es lo que más está saliendo", añaden los jóvenes camareros, quienes advierten de que la cerveza, Cruzcampo, siguiendo la promoción nacional, también está siendo muy solicitada.

No muy lejos de la zona de comidas, el personal de limpieza cambia bolsas de basura a destajo. Desde el anonimato, una empleada de la plantilla habitual de Fibes asegura que el dispositivo se ha "más que duplicado" para el evento mundial. Explica que un grupo de trabajadores llevan "desde principios de mayo" preparando las instalaciones y que no será hasta el próximo 11 de julio cuando concluyan el trabajo. "Cuando todo esté ya desmontado y limpio", detalla la mujer, que explica que se han organizado turnos para que la limpieza se mantenga "día y noche".

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