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Alerta por sequía

Las restricciones de agua en Sevilla, 22 años después

El pantano  de cabecera del sistema de Emasesa mostraba a finales de diciembre de 1995 signos de dura sequía.

El pantano de cabecera del sistema de Emasesa mostraba a finales de diciembre de 1995 signos de dura sequía. / D. S.

La crisis de recursos llega al agua. La sequía se agrava con algunos embalses en situación crítica y en Sevilla ha llegado la hora de pasar a la acción. ¿Cómo? Con restricciones como la prohibición del uso de agua potable para llenar piscinas, regar parques y jardines o lavar el coche que fueron presentadas por el Ayuntamiento de la capital este martes y que afectarán a otros 11 municipios del área metropolitana abastecidos por Emasesa, la empresa pública que se encarga del suministro, además de las recomendaciones de uso responsable. Una batería de medidas que, de momento, no afectará a los grifos de los hogares ni las empresas, pero que traen a la memoria actuaciones en periodos históricos de escasez.

Así contamos las últimas restricciones de agua en Sevilla en 2000

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¿Cuándo fue la última vez que se establecieron restricciones por falta de agua? Hay que remontarse al año 2000 para encontrar un precedente similar en Sevilla y su área metropolitana. Entonces, un bando municipal firmado por el alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín declaraba la adopción de medidas encaminadas a la supresión del uso de agua potable en aquellos casos no indispensable. En concreto fue el 28 de junio, tras "el año hidrológico más seco" de los cuarenta anteriores, tal y como recogía dicho documento al que ha tenido acceso este periódico.

El documento establecía hace 22 años medidas casi idénticas a las actuales. Prohibir el uso de agua potable para regar parques y jardines; limpiado de la vía pública; llenas piscinas, estanques y fuentes, privadas o públicas; el lavado doméstico con manguera de toda clase de vehículos; e, incluso, las instalaciones de refrigeración y condicionamiento que no tuvieran sistemas de recuperación o circuito cerrado.

Pero había más, se anunció la posibilidad de reducir la periodicidad de la lectura y facturación con carácter mensual e, incluso, la suspensión temporal de los contratos que no cumplieran las medidas anteriores. Anteriormente, se habían desarrollado campañas de llamadas a los derrochadores desde la empresa municipal para concienciar a los ciudadanos que más gastaban para que se iniciaran en hábitos de ahorro y se llegaron a suministrar, a las grandes empresas, sobre todo, ciertos dispositivos que, aplicados a los grifos, duchas y cisternas, lograban reducir el consumo de agua en 55 litros diarios por habitante. Los llamados deslizadores, un invento que funciona mezclando aire con el agua de tal forma que el usuario apenas nota los efectos de una baja presión.

Bando del Ayuntamiento de Sevilla anunciando las restricciones de agua en 2000 Bando del Ayuntamiento de Sevilla anunciando las restricciones de agua en 2000

Bando del Ayuntamiento de Sevilla anunciando las restricciones de agua en 2000 / M. G.

No obstante, no fue suficiente y cuatro meses después de la difusión de este bando y, ante una continua escasez de lluvias, el Ayuntamiento endureció sus medidas con multas para todos los que no lograran ahorrar un 7,5% de agua a través de incrementos progresivos en sus tarifas e incluso recargos progresivos cuyo importe serviría para pagar las obras necesarias para el abastecimiento de la ciudad en esas circunstancias. Un recargo que sería mucho más caro para los consumos excesivos de agua, ya que nose aplicaba de forma proporcional sino que castigaba a los que derrochen el agua. Además, la empresa metropolinata se reservó su derecho a cortar temporalmente y en los tramos horarios que considerara el suministro de agua a los consumidores derrochadores y reincidentes.

A esta situación se llegó con los pantanos al 33,4%. En el momento actual, están sólo ocho puntos por encima (41,8) con 268,36 hectómetros cúbicos. Aún así, la decisión del Ayuntamiento hispalense era previsible. Los escasos 3,4 litros por metro cuadrado que han caído entre el 12 y el 13 de septiembre no han sido suficientes para llenar los pantanos que surten a 1,3 millones de personas en Sevilla y su área metropolitana. 

Entretanto, las medidas que entrarán en vigor el próximo 3 de octubre, pensadas para limitar los consumos ornamentales y recreativos, ayudarán a llegar a la meta de los 90 litros por persona y día. La buena noticia, es que se está en el camino. La campaña para la concienciación para el ahorro de agua se puso en marcha el pasado mes de marzo y, desde entonces, ha logrado reducir el consumo de 116 a los 112,5 litros actuales, además de aunar los esfuerzos de las distintas entidades sociales a través de un Acuerdo de Colaboración en el que están representados ayuntamientos, empresas públicas, comercios, hoteles y hostelería, pequeños y grandes consumidores, ciudadanía,…

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