Salvador Vergara: Las manos de la medicina 'invisible' y el poder de la palabra

Con ADN sevillano

La unidad de Cuidados Paliativos que lidera el internista sevillano en el Área Sanitaria Sur es espejo para este servicio a nivel nacional por su dimensión y accesibilidad, el abordaje multidisciplinar, la humanización y el impulso a la investigación

Doble premio a Medicina Interna del Valme por un estudio sobre paliativos en pacientes oncológicos avanzados

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Con ADN sevillano: Salvador Vergara / José Ángel García

El doctor Salvador Vergara ha estado a pie de cama acompañando en el final demasiadas veces. Es una especie de gurú de los cuidados en enfermedades crónicas o al final de la vida a quien aterrizar en los Cuidados Paliativos le cambió la visión que hasta entonces tenía de la Medicina. "Hay que resetearse y pasar de una mentalidad de hacer siempre a delimitar casos en los que dejar de hacer es lo más adecuado", reconoce con resignación.

Defensor del poder terapéutico de la palabra, de la medicina que no se ve, la unidad que lidera este internista sevillano en el Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla, organizada en los hospitales de Valme y El Tomillar, es espejo para otras homólogas en otros centros hospitalarios de todo el país por varios motivos. Los enumera el doctor Vergara. Por un lado, su volumen asistencial, con 65 puestos asistenciales. También la accesibilidad a los cuidados con recursos asistenciales cerca del domicilio, con el valor añadido de ser área muy grande y dispersa, donde son claves los recursos de soporte domiciliario.

Otro rasgo diferenciador es el impulso de la investigación, con un interesante cariz que incluye a los residentes para guiarlos en la atención de la fragilidad, las enfermedades infecciosas y la toma de decisiones y abordaje en cuidados paliativos.

Y, lo más importante, una sólida apuesta por la humanización, esa medicina invisible que pasa a ocupar un primer plano cuando el curar da paso a un tratamiento de cariño y amor que no se vende en las farmacias y que Salvador Vergara lleva por bandera. Fruto de ese compromiso con la medicina que traspasa la aplicación de fármacos curativos, el internista sevillano es presidente de una pionera asociación de profesionales de cuidados paliativos en el Sur de la provincia de Sevilla con una clara vocación de ayuda y cuidado, mejora continua y el reto de aglutinar esfuerzos. "Los cuidados que ofrecemos son de muy alta calidad, pero nosotros no nos conformamos con ello y buscamos mejorar al máximo la ayuda a las personas y familias en estas circunstancias", afirma.

En unas instalaciones con mucha historia, el Hospital El Tomillar, en sus orígenes en 1920 antiguo Sanatorio Antituberculosos, el doctor Vergara hace gala de los beneficios de la calidad de unos cuidados en los que prima "el poder del abordaje de la parte humana, por encima de la física; de la familia; del apego al concepto de equipo médico-enfermera; o de la importancia del apoyo psicológico y espiritual".

Sabe de lo que habla. Hasta llegar aquí, el facultativo peleó, y muy duro, contra las bacterias multirresistentes como especialista en Medicina Interna en el ámbito infeccioso. Estuvo adscrito al Grupo de Investigación de Enfermedades Infecciosas del Hospital de Valme, donde se formó como internista, y participó en numerosos estudios en torno a la coinfección combinada VIH y hepatitis C. "Cambiar el escenario de las infecciones por otro completamente diferente hace que te choques con la realidad de la vida de las personas, porque por mucho que ha avanzado la Medicina, la muerte siempre está presente", reconoce.

A los mandos de una de las unidades de Cuidados Paliativos más extensa y peculiar del sistema sanitario público, el doctor Vergara dirige un dispositivo con un concepto amplio y moderno de los cuidados paliativos. Está dotado con los profesionales, estructura y organización asistencial especializada para dar respuesta a aquellos pacientes cuya situación de fragilidad y multimorbilidad, oncológicos y no oncológicos, los hacen tributarios de la priorización de cuidados.

Cuenta con una amplia infraestructura y circuitos asistenciales organizados para garantizar respuestas eficientes y humanizadas, según las necesidades y complejidad de los pacientes. De este modo, dispone en el Hospital Universitario de Valme de tres alas de hospitalización, área de consultas externas junto a una unidad de día para pacientes con dolencias de carácter agudo; mientras que Medicina Interna del Hospital El Tomillar da respuesta a pacientes de mayor vulnerabilidad clínica a través del Área de Cuidados Paliativos Hospitalarios. Para ello cuenta con cuatro alas de hospitalización con 65 camas, la unidad de día con 10 camas y 6 sillones llevados por tres equipos de trabajo médico-enfermera y dos equipos de hospitalización domiciliaria.

Desde 2017, el doctor Vergara también suma a su currículum la docencia, con su actividad como profesor asociado de la Universidad de Sevilla; y la investigación, liderando un grupo emergente en el seno del servicio de Medicina Interna desde el que dirige varias tesis doctorales.

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