Estos son los barrios donde se pasa más calor en Sevilla
Un estudio de la Universidad de Sevilla analiza la relación entre las altas temperaturas y los barrios más vulnerables
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El 23% de la población de Sevilla vive en zonas con alta vulnerabilidad climática. A ello puede deberse la pobreza energética, pero también elementos tan comunes como grandes explanadas, plazas duras donde impera el cemento y aparcamientos sin sombra o vegetación.
Factores que incrementan las temperaturas y que, en el caso de la ciudad, se hace especialmente evidente en barrios como el Polígono Sur, Los Pajaritos, Torreblanca, Pino Montano y San Pablo.
Así lo indica una investigación realizada por la Universidad de Sevilla, enmarcada dentro del proyecto de tesis doctoral de Javier de Sola Caraballo; con la participación de los profesores Carmen Galán y Carlos Rivera, de la Hispalense, y de Antonio Serrano, de la Universidad de Granada.
Tras realizar el análisis a través de Sistemas de Información Geográfica (SIG), los investigadores han detectado que las zonas más cálidas durante el día incluyen áreas industriales o de campo seco y árido, pero dentro de la ciudad destacan dos tipos de zonas.
Por un lado, las periféricas, rodeadas de industria pesada, infraestructuras o terreno árido; y por otro, las que tienen una tipología urbana de polígono residencial (también conocidas como barriadas), la mayoría de carácter social y desarrolladas durante la segunda mitad del siglo XX.
"El calor nos afecta a todas las personas, pero si atendemos al confort percibido, hay ciertos colectivos más vulnerables como los mayores, los bebés, las personas que sufren enfermedades crónicas y mentales", subraya De Sola. Sin embargo, su estudio atiende "al modo en que la morfología urbana altera ese confort".
Dinámicas como "el diseño urbano, las condiciones de los edificios y la renta de las personas" son "más preocupantes" en cuanto a que una "zona esté sobrecalentada". Unos factores, indica el investigador, que convergen "en barriadas de la periferia".
Mitigación pasiva
Medidas convencionales como la instalación de toldos -común en el centro pero no en los barrios-, un arbolado controlado y el uso de materiales que no sean asfalto, cemento o granito, pueden ser positivos para la mitigación pasiva de las ciudades. ¿Qué es esto? "Intentar que el entorno urbano se enfríe sin gastar energía", señala De Sola. "Los espacios públicos tienen que ser agradables, pero también confortables desde el punto de vista climático", apunta el investigador.
Campañas de medición por barrios y colaboración internacional
El grupo de investigación en el que trabaja Javier de Sola (SATH TEP-206) está llevando a cabo campañas de medición a pie de calle en diferentes barrios de Sevilla, con el objetivo de obtener datos más precisos sobre el microclima urbano y el confort térmico. Además, se están desarrollando varias líneas de trabajo complementarias: una centrada en mejorar la metodología de detección satelital, ampliando el análisis al calor nocturno, profundizando en variables como renta y datos socioeconómicos. Y otra, en colaboración con investigadores del Politécnico de Bari (Italia), que trabaja en el desarrollo de una herramienta predictiva capaz de modelizar el microclima de los barrios y evaluar con antelación cómo mejorar sus condiciones a través de intervenciones urbanas de mitigación pasiva.
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