Toldos en Sevilla: Una oportunidad para repensar el modelo

El catedrático de Ecología Enrique Figueroa considera que hay calles en los que son innecesarios y advierte que deberían ser removibles por las noches

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Las velas en la céntrica calle Rioja.
Las velas en la céntrica calle Rioja. / Antonio Pizarro

El reciente fiasco de los toldos de la Avenida de la Constitución conduce a que se abra un debate serio y riguroso sobre las tradicionales velas que se instalan en Sevilla para mitigar las altas temperaturas en los meses de más calor. En los últimos años, esta iniciativa que en su día fue pionera ha estado salpicada de escándalos y de una gestión por parte del Ayuntamiento bastante deficiente. Al de la Avenida, arteria principal del Casco Histórico, hay que sumar la chapuza de Marqués de Contadero, los problemas que en su día hubo en la Plaza del Pan o los recurrentes retrasos y problemas con la colocación, que vivieron su punto álgido en 2021. Estas circunstancias hacen inevitable que se plantee un debate serio y riguroso, con datos científicos, sobre los lugares en los que hay que poner las velas o si deben ser removibles por las noches.

Una de las voces más autorizadas en este campo es la de Enrique Figueroa, catedrático de Ecología de la Universidad de Sevilla que ha dirigido su oficina de sostenibilidad durante muchos años y que asesora habitualmente a ayuntamientos de toda España en asuntos de este tipo. La primera premisa que ofrece sobre los elementos que debe haber en las ciudades para combatir el calor y el cambio climático es muy clara: “Lo mejor, sin duda, son los árboles. Aquí hay que ver bien cuál es la especie más adecuada para cada lugar y hay que mantenerlo y gestionarlo bien. Después están las pérgolas vegetales. La del Cristina ofrece muy buen resultado. Y luego están los toldos”.

Las velas en la calle Rioja.
Las velas en la calle Rioja. / Antonio Pizarro

Figueroa, onubense de nacimiento pero que lleva 50 años desarrollando su vida en Sevilla, advierte que no tiene nada en contra de los toldos, es más, dice sin tapujos que le gustan más allá de la funcionalidad que puedan ofrecer, “forman parte también de la memoria histórica de la ciudad”, pero lanza una importante advertencia: “Ahora mismo se ponen en calles en las que son innecesarios porque, por ejemplo, a primera hora de la tarde ya da la sombra. Tampoco son muy necesarios en vías del centro que son estrechas y tienen edificios altos. Hay que tener en cuenta también la orientación o el material...”.

Figueroa ya planteó en el año 2021 que se hiciera un estudio serio y riguroso, con mediciones, cuando un problema con la empresa adjudicataria hizo que los toldos no se pusieran hasta bien entrado el verano. “Es la única manera de plantearse esta iniciativa con un poco de seriedad. No se debe actuar por opiniones políticas. Deben ser los expertos los que dictaminen”, advierte.

Los toldos de Marqués de Contadero.
Los toldos de Marqués de Contadero. / Antonio Pizarro

En este sentido, recuerda dos cuestiones que ya planteó entonces en este mismo periódico: “Los toldos no tienen sentido por las noches. Las calles se deben airear, como hacemos nosotros en nuestras casas. Cuando se empezaron a poner en Sevilla, en la calle Sierpes, por ejemplos, eran movibles. Los vecinos los corrían y descorrían. “El toldo ofrece su función cuando incide la radiación solar. El resto del tiempo debe permitir la convección térmica, es decir, la subida del aire caliente hacia arriba para evitar un efecto invernadero local en cada calle. Esta circunstancia se agrava cada vez más por los aires acondicionados”.

El catedrático de la US también se pronuncia sobre los casos singulares de la Avenida de la Constitución y el Paseo Marqués de Contadero. “El problema de la Avenida es que no tiene árboles. Se quitaron en las obras de peatonalización. Hay que hacer un estudio para ver si algún sitio se pueden poner. Si en su lugar pones toldos que no cubren la zona peatonal no sirve para nada. Lo de Marqués de Contadero es un auténtico horror. Es un espacio muy mal diseñado”.

Un tranvía pasa por la zona entoldada de la Avenida de la Constitución.
Un tranvía pasa por la zona entoldada de la Avenida de la Constitución. / Antonio Pizarro

Más allá del necesario debate de los toldos, Figueroa considera que Sevilla debe trabajar en un plan de sombras que vaya más allá del plan del arbolado. La razón: los escenarios climáticos previstos para Andalucía en los próximos años, que son muy agoreros. El plan debe cubrir, además, toda la ciudad y hacer especial hincapié en las zonas más desfavorecidas y mirar a los barrios, donde la falta de sombre en muchos casos es alarmante.

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