Llega para el Sevilla de Julen Lopetegui uno de los platos fuertes de lo que queda de temporada. La visita al Atlético de Madrid no puede entenderse como una simple visita al dentista, aunque lo sea a tenor de los resultados de los últimos lustros. Desde el inicio de la temporada 2008-09 no gana al equipo colchonero el Sevilla, en Liga, en su propio feudo. Entonces fue por septiembre, gracias a un gol de falta de Luis Fabiano (0-1), con un equipo que terminaría aquella temporada tercero. Y a eso aspira también el actual conjunto sevillista, por mucho que parte de la afición esté de uñas con el entrenador y con algunas de sus propuestas futbolísticas. Lo que está en juego en el Wanda Metropolitano, donde sí ganó el Sevilla al Atlético de Simeone aunque fuera en la Copa y sin Oblak en la portería –casualidad o causalidad–, es nada más y nada menos que el tercer puesto de la Liga. Y un puesto de Champions también...

Cuando faltan 12 jornadas, con la actual, para que concluya la Liga, sería precipitado calificar de final por la Champions el encuentro de la temprana sobremesa de hoy. Pero el Sevilla sí tiene una buena oportunidad, y buena no quiere decir sencilla, para reivindicarse dando un sonado golpe en la Liga, un golpe de verdad, para mantenerse como el tercero de la clasificación. La fuerza de la realidad invita a pensar que esa posición de privilegio es de propiedad casi exclusiva del Atlético de Madrid. Pero si esta Liga está loca como pocas es por la capacidad de sorpresa que ofrece en cada jornada. ¿Y si el Getafe era tercero y el Sevilla ganó en su feudo cuando menos lo esperaba nadie, por qué no iba a repetir la hazaña en el Wanda?

Onces probables

Las diferencias entre el Atlético y el Getafe son obvias. Sólo hay que mirar el banquillo de los colchoneros y el de los sevillistas para ver hasta dónde llegan las distancias entre ambos clubes y cómo las diferencias presupuestarias influyen en las configuraciones de sus plantillas. Aunque tocar este asunto es casi como mentar la soga en casa del ahorcado, mosqueado como está una parte del sevillismo con la forma en que el club ha realizado su inversión más grande en fichajes en su historia... Pero eso es harina de otro costal que poco tendrá que ver con lo que suceda hoy en el Metropolitano. O sí.

Lopetegui, amén de defender ese tercer puesto que ostenta antes de que comience la vigésima séptima jornada, tiene en su mano reivindicar a lo grande su figura, tan cuestionada últimamente, por el desempeño de su equipo en el Ramón Sánchez-Pizjuán, donde ha cosechado peores resultados que a domicilio hasta ahora y donde dejó demasiadas dudas en las dos últimas citas, ante el Cluj y frente a Osasuna. La forma en que fue despedido el equipo tras la agónica victoria sobre los rojillos aún debe escocer en el interior del guipuzcoano, pese a que también implicase un clamor de ánimo para lo que está por venir.

Y lo que está por venir es nada menos que una semana apasionante que empieza hoy y termina con el derbi, con la espinosa visita de la Roma al Ramón Sánchez-Pizjuán en medio... No es hora de sacudir ahora el avispero de esa cita europea con tanto trasfondo, con el asunto del coronavirus como corolario inquietante, y sí de centrar todas las energías en la cita con el Atlético, un equipo que parece tenerle tomada la medida al Sevilla, que además llega con las inoportunas bajas de Fernando y Óliver Torres.

Lopetegui recompondrá la medular, puede que vuelva al 3-4-3, con Joan Jordán de vuelta al eje junto a Banega, con Gudelj seguro en el once ya sea como medio o como central. Pero no se trata aquí de dibujos o ausentes. Se trata de intentar competir donde más difícil es. De sacar pecho y callar críticias y silbidos en una semana clave. ¿Será posible con un triunfo? La empresa es complicada y no debe desdeñarse el hecho de lo que pueda interferir el VAR, tan dañino en el partido ante Osasuna mentalmente. Máxime estando el asturiano González Fuertes al otro lado del pinganillo de Hernández Hernández, desde la fría sala VOR de Madrid... Por eso debe acompañar la concentración, la eficacia... y hasta la suerte.