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La paciencia, clave ante el Mallorca de Aguirre: el que más tarjetas amarillas lleva

Maffeo y Raíllo hostigan a Vinícius, al que desquiciaron en el Mallorca-Real Madrid.

Maffeo y Raíllo hostigan a Vinícius, al que desquiciaron en el Mallorca-Real Madrid. / Cati Cladera / Efe

El mes de febrero no empezó nada bien para el Sevilla, con la negra noche del Camp Nou. En cambio, el equipo de Jorge Sampaoli sí subió la cuesta de enero con aires esperanzadores después de ganar sus tres partidos en casa y evidenciando una mejoría de juego que se unió a ese pequeño colchón que cobró sobre los puestos de descenso. Sin embargo, la primera jornada de la segunda vuelta fue poco propicia y ahí está el Sevilla, otra vez mirando de reojo abajo.

Con apenas dos puntos de ventaja sobre el decimoctavo, el Cádiz, y uno sobre el Valencia, decimoséptimo, el equipo de Sampaoli está obligado a retomar la senda que perdió ante el Barcelona. Afortunadamente, la semana es larga y da para distintos análisis, reflexiones y autocríticas antes de enfocar el próximo partido, en el que visitará el Ramón Sánchez-Pizjuán uno de los huesos más duros de roer esta Liga, el Mallorca de un viejo conocido de la afición sevillista, Javier Aguirre.

El veterano técnico mexicano volvió a la Liga para ejecer de apagafuegos, primero del Leganés y luego del Mallorca, al que ha trasladado su particular modo de ver el fútbol, dotando de competitividad y garra al equipo bermellón, hasta el punto de que en el actual campeonato liguero y sobrepasado el ecuador del torneo, es el quinto equipo menos goleado, con 18 tantos encajados en 20 jornadas, sólo por detrás de Barcelona, con 7, y Real Madrid, Atlético y Villarreal, los tres con 17.

Javier Aguirre da una orden a sus jugadores. Javier Aguirre da una orden a sus jugadores.

Javier Aguirre da una orden a sus jugadores. / Cati Cladera / Efe

La mejor prueba de que el próximo visitante del Sevilla es un hueso duro de roer es la forma en que venció al Real Madrid, necesitado perseguidor del líder, por 1-0. Un encuentro que trascendió por los gestos de Maffeo y Raíllo con Vinícius, y de éste con la grada de Son Moix, pero que evidenció también esa rocosidad y ese jugar al límite de los futbolistas de Aguirre. Y hay más estadísticas que refuerzan esta realidad.

Así, tras la pesadilla del Camp Nou, con esa renuncia del balón tan descarada y estéril que realizó el Sevilla, fuera por el planteamiento o por las limitaciones de la plantilla, Sampaoli y sus futbolistas necesitarán de mucha paciencia para realizar el obligado pase de página y que no se enquiste ese paso atrás.

Y será necesaria la paciencia tanto en el desarrollo en el juego como en los roces que habrá con los rivales, pues es el Mallorca va a ir a la guerra con todo sabiendo medirse. Es el segundo equipo que más faltas realiza, 328 lleva, por las 330 de la Real Sociedad y frente a las 250 del Sevilla. Y es el que más tarjetas amarillas acumula, 74, por las 65 que lleva el Sevilla en las primeras 20 jornadas. En cambio, sólo ha sufrido dos expulsiones, por las siete que contabiliza la plantilla nervionense. Cuidado con lo disciplinario también, pies de plomo ante la posibilidad de que el cerrojazo mallorquín saque de quicio a algún jugador sevillista.

Esos datos estadísticos que ilustran sobre la rocosidad y la competitividad del Mallorca contrastan con lo poco que se prodiga en funciones ofensivas. Ahí los guarismos del equipo de Aguirre están en las antípodas de los números de faltas y tarjetas. En concreto, el Mallorca es el equipo que menos mira a portería de toda la Liga, con apenas 175 remates en las 20 primeras jornadas, frente a los 236 que acumula el Sevilla. Y eso le ha deparado ser el cuarto equipo que menos goles anota: lleva apenas 16 tantos, uno más que Cádiz, Elche y Valladolid, por los 21 de los sevillistas.

Es decir, con los números en la mano y viendo la trayectoria del equipo de Aguirre, se prevé un partido cerrado en el que el papel de la afición volverá a ser clave a la hora de comprender y adaptarse en sus expresiones al partido, también a la hora de alentar como hizo en sus anteriores comparecencias caseras en ese mes de enero que indicó una mejoría con sufrimiento.

Porque el Sevilla está abocado a seguir sufriendo y Aguirre, veterano en estas lides, querrá jugar con esa presión que anida en Nervión esta temporada. El mexicano, por cierto, no es que tenga muy positivas estadísticas en la Liga frente al Sevilla, que ya sufrió su cerrojazo en mayo pasado, con aquel 0-0 de la jornada 35. En 25 encuentros de Liga previos, Aguirre ganó 9 veces, empató 4 y perdió 12. El Sevilla buscará la decimotercera victoria ante el mexicano, sin mirar supersticiones y tirando de paciencia.

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