Ante un mes complicado en la sala de máquinas
La lesión de Batista Mendy y las cuatro tarjetas de Agoumé coartan a una línea obligada a ir al límite en lo físico
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El hasta la fecha elogiado Matías Almeyda tendrá que demostrar su capacidad para buscar recursos casi de la nada en el duro mes que se le avecina al Sevilla, un equipo que, por el modelo futbolístico que abraza el argentino, tiene excesiva dependencia del esfuerzo físico de todos los futbolistas, pero particularmente de los jugadores que ocupan determinados puestos.
Y sin duda la pareja que formaban Batista Mendy y Lucién Agoumé, titular en todos los partidos desde la llegada del segundo salvo en la visita del Villarreal, estaba siendo clave en ese funcionamiento agresivo del equipo que le ha servido para rendir en los partidos a domicilio y en la goleada al Barcelona.
Pero ese tándem, con la lesión del jugador cedido por el Trabzonspor, se le ha roto a Almeyda, que quizá debió refrescar a alguno de los dos pivotes en el segundo tiempo del duelo ante el Mallorca, posiblemente una de las claves de que el rival lo acabara superando. Además, sacó del campo a otro pulmón como Juanlu para poner en liza a tres delanteros: Alexis Sánchez, Januzaj y Akor Adams.
Ahora, sin Mendy y con la espada de Damocles de las cuatro tarjetas amarillas que ha visto ya Agoumé, la inquietud surge en una parcela del campo en la que los duelos individuales se llevan hasta el último aliento por lo excesivamente cerca que Almeyda exige a sus jugadores estar de su par. El Sevilla tiene un mes muy exigente con dos salidas muy difíciles y que van a necesitar un desgaste físico importante, ante Real Sociedad y Atlético de Madrid. Con menos efectivos, la Copa –al final de mes– va a permitir además menos rotaciones y al argentino sólo le quedan tres cartas: Gudelj, retrasar a Sow y tratar de recuperar a Joan Jordán.
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