Se cumplen dos años de la última gran noche del Sevilla FC
Los pupilos de José Luis Mendilibar conquistaron la UEFA Europa League ante la Roma en la capital de Hungría: Monchi se une a los recuerdos del octavo título europeo, "el más luchado... y el más querido"
Jesús Navas desequilibra la balanza: el Sevilla FC suma su cuarta Medalla de la Ciudad de Sevilla
La vida ha cambiado mucho para el Sevilla Fútbol Club y su gente en los últimos tiempos. Este 31 de mayo se cumplen dos años de la última gran noche de alegría para el sevillismo, con la conquista de aquella UEFA Europa League en Budapest frente a la Roma. Gonzalo Montiel, que abandonó la entidad hispalense para poner rumbo a River Plate, se consagró aquella noche como uno de los héroes en la historia del conjunto blanquirrojo, anotando desde los once metros el último lanzamiento de una tanda que se resolvió gracias a dos paradas de Yassine Bono.
El encuentro se puso de lado del conjunto romano en el minuto 35 gracias a un gol de Paulo Dybala, haciendo Gianluca Manzini el 1-1 en propia meta rozando la hora de partido. Finalizados el tiempo reglamentario y la prórroga, el duelo vio su fin con la ya mencionada tanda de penaltis. Lucas Ocampos, Cristante y Erik Lamela vieron portería en los tres primeros disparos, errando Mancini el suyo antes de que Ivan Rakitic convirtiese el tres a uno. Tras el fallo de Ibáñez, el lateral argentino tenía en sus botas la responsabilidad de cerrar la tanda. Rui Patricio detuvo el lanzamiento, aunque el colegiado Anthony Taylor lo mandó repetir ya que el guardameta luso se había adelantado. El resto, es historia.
Aquella Europa League fue muy especial por muchos motivos. La temporada estaba siendo un fracaso, incluidas las destituciones de Julen Lopetegui y Jorge Sampaoli, aunque el equipo dio la cara en competición continental superando a Manchester United y Juventus con dos de los ambientes más espectaculares que se han vivido en la historia del Ramón Sánchez-Pizjuán. Muchas cosas habían cambiado desde el último equipo campeón que se vivió en Nervión, aunque Jesús Navas González se mantenía como capitán y pilar fundamental de un vestuario que ahora lo necesita desde un prisma totalemente distinto.
Monchi se une a la efeméride
El actual director deportivo del Aston Villa lo era entonces del Sevilla. Fue su último título de los once que ha conquistado el club de Nervión con el gestor isleño, que se encargó de recordar que ocho, y no siete como suele ser señalado, son los títulos continentales sevillistas: siete copas de la UEFA Europa League y la Supercopa de Europa de 2006. "El octavo entorchado europeo… OCHO. El más luchado, el más sufrido, el más deseado… y el más querido", escribió en su cuenta de la red X.
Decisiones y cambios
La celebración de aquel torneo estuvo marcada por una sonora pitada a José Castro, presidente del Sevilla Fútbol Club, cuando bajó al terreno de juego para anunciar la renovación de un José Luis Mendilibar que terminaría siendo destituido unos meses después. El vasco, cuya relación con la dirección deportiva y la cúpula nervionense no terminó siendo la mejor, se convirtió en uno de los favoritos de la afición no sólo por la consecución del título, sino por su forma de ser y llevar a un equipo que parecía muerto a la gloria.
Los de Nervión se hicieron con los servicios de Loïc Badé ese mismo verano, tras haber estado cedido por el Stadde Rennais aquella temporada, y nadie olvida su famoso vídeo con Monchi sobre el verde del Puskas Arena pidiéndole al de San Fernando que lo fichara. El galo es uno de los pocos remanentes de aquella noche de gloria, completando la lista Suso Fernández, Alberto Flores, Tanguy Nianzou, Marcao, Nemanja Gudelj, Manu Bueno y los cedidos Joan Jordán y Rafa Mir.
Sin embargo, las temporadas ya no son del color de la plata para los de Nervión. Las finales de mayo ahora son por certificar la permanencia, como la que se vivió ante la Unión Deportiva Las Palmas; y el campamento base ya no está instaurado en la Champions League. Ahora queda ver qué ocurre en el panorama accionarial e institucional para ver cómo afecta esto al césped. Nada parece que vaya a cambiar, ni siquiera la dirección deportiva, y el Sevilla Fútbol Club es una incógnita masiva de cara a un curso en el que su gente espera no sufrir tanto como en este curso.
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