El globo hinchado del Sevilla y el alfiler de Jagoba Arrasate
El equipo de Matías Almeyda tiene la prueba del algodón contra el colista, un Mallorca que planteará un partido muy distinto a las victorias a domicilio o la goleada al Barcelona
Cuatro altos ejecutivos de Goldman Sachs presenciaron el Sevilla-Barcelona en el estadio
Los dos goles más dolorosos que ha encajado el Sevilla de Matías Almeyda seguramente se produjeron en San Mamés y contra el Villarreal con el equipo volcado en pos del triunfo. Ambos fueron en el tramo final y con el equipo nervionense vivo y con opciones ofensivas de decantar la balanza. Aquellos dos tantos, dos jarros de agua fría, deben servir como lección para lo que afronta este sábado el henchido grupo que adiestra el argentino, después de un parón que se ha edulcorado entre tanto elogio al técnico y a la reacción del equipo con el leitmotiv de la goleada al Barcelona, fue una explosión de júbilo tras dos años de penurias.
Porque este sábado llega a Nervion un Mallorca muy herido que es el colista de Primera División y uno de los dos equipos que aún no han puntuado fuera. Curiosamente el otro es el Osasuna, el anterior de Jagoba Arrasate, a quien tentó el Sevilla cuando se despidió de El Sadar para firmar por el club de Son Moix hace dos veranos, cuando en Nervión se decidieron por García Pimienta. Además, los bermellones sólo han ganado fuera un partido en 2025, en Anoeta hace unos pocos de meses. Cuidado, porque el globo del Sevilla está demasiado hinchado y Arrasate llega con el afilado alfiler de la necesidad dispuesto a pincharlo.
El dato de que el Mallorca no ha puntuado en sus cuatro partidos a domicilio puede ser engañoso. Ha perdido los cuatro por la mínima y dio problemas al Real Madrid en el Bernabéu (2-1), al Espanyol en Cornellá (3-2), a la Real Sociedad en Anoeta (1-0) y, por último, al Athletic en San Mamés (2-1).
Y esa sensación de que el exceso de confianza o de soberbia puede desinflar el globo del Sevilla se acentúa recordando que el equipo de Matías Almeyda ha ganado sus cuatro partidos frente a equipos que le disputaron el mando del juego bien por jugar en casa –casos de Girona, Alavés y sobre todo Rayo Vallecano–, bien por el estilo de juego y la enjundia intrínseca del rival, como es el caso de la goleada sobre el Barcelona, primer triunfo en casa de los blanquirrojos esta Liga y segundo en todo 2025.
Almeyda ya advirtió tras la dura derrota contra el Villarreal de que a su equipo le faltó temple para dominar el entusiasmo que también manaba de la grada en pos del triunfo cuando ya jugaba por uno menos por el accidente de la lesión de Nianzou con los cambios hechos. Frente al Mallorca llega otro partido para usar la cabeza sin olvidar el corazón, lograr la combinación exacta de inteligencia y nervio, razón y pasión.
Arrasate, el hombre que desoyó la oferta del Sevilla de Víctor Orta porque quería un proyecto asentado y en Mallorca le ofrecían tres años, además de por cumplir con la palabra dada, vive un momento de crisis. El caso de Dani Rodríguez ha convulsionado Son Moix. El mediocampista gallego se rebeló por calentar en el Bernabéu y no jugar ni un minuto y el vizcaíno le aplicó disciplina grupal. “Ha habido acontecimientos donde la tranquilidad ha brillado por su ausencia”, dijo la semana pasada. “Se me hace muy difícil, por no decir imposible, volver a contar con Dani Rodríguez”, añadió.
Arrasate evitó un Sevilla en crisis y ahora se encuentra que la crisis la tiene en Son Moix. Y llegará como el lobo a la casa de los cabritillos, enseñando la patita enharinada bajo la puerta. Y el Sevilla debe tirar de paciencia y no abrir la puerta sin tirar de cautela.
Temas relacionados
No hay comentarios