La crónica del Sevilla - Levante

¡Cinco goles! Una versión divertida y también ganadora (5-3)

  • El Sevilla aprovecha su grandes dotes ofensivas en un día que nada tuvo que ver con lo habitual con Julen Lopetegui

  • Los sevillistas anotan cinco tantos en el retorno de todo el público, pero encajan también tres

  • Las imágenes del Sevilla-Levante

Fernando anota el tranquilizador 5-3 tras un pase atrás de Jesús Navas.

Fernando anota el tranquilizador 5-3 tras un pase atrás de Jesús Navas. / Antonio Pizarro

Versión inédita en el Sevilla de la hégira de Julen Lopetegui Agote. Los sevillistas eligieron el mejor día para exponer su visión más lúdica del fútbol, la más divertida, la que tiene que ver mucho más con los goles que anotas que con los que le permites al adversario. Cinco figuraron en el haber de los blancos en este mediodía contra el Levante, también tres en el debe, que todo hay que consignarlo en este párrafo de presentación de los hechos.

¿Y por qué era el momento ideal para semejante fútbol, para un juego tan diferente al habitual desde que Lopetegui iniciara su venturosa estancia en este Sevilla? Fácil, el campo permitía su máximo aforo, la grada de animación de Gol Norte, por primera vez, volvía a funcionar como tal, el césped estaba perfecto, algo que no había sucedido aún en el presente curso, y encima la luz del mediodía era perfecta para que se viviera un excelente espectáculo. Calor a las dos de la tarde, pero tampoco una cosa insoportable. Todo el atrezzo era magnífico para el disfrute, para el gozo de este maravilloso espectáculo que responde por balompié en su traducción al castellano, y los sevillistas debieron contagiarse de todo eso para multiplicar por muchos enteros la felicidad de los suyos.

Porque a los veinte minutos ya tenían dos goles de ventaja gracias al golazo de Óliver Torres y al segundo de Rafa Mir, en una suerte de regalo de Aitor Fernández. El Sevilla, con Munir, Augustinsson, Dmitrovic y Koundé como novedades respecto al once titular que afrontara el partido de la Liga de Campeones contra el Lille, no podía tener un arranque mejor e incluso dejó destellos de muy buen fútbol hasta rozar el 3-0, sobre todo en un disparo de Suso al poste con el portero ya superado.

Volviendo al global después de este pequeño paréntesis sobre lo que tuvo que ver con la introducción de los hechos, hasta aquí llega lo que debe pensar un aficionado medio, también todos los entrenadores y buenos aficionados, que los hay en esta corriente de opinión también, que siempre acuden al tópico del yo prefiero ganar por 5-3, o 5-4, que hacerlo por uno a cero. Claro que es mucho más fácil decirlo cuando todo ha concluido y, efectivamente, en el acta arbitral ya figura un triunfo de los tuyos, porque cabe suponer que durante el desarrollo todos los demonios pueden acudir más de una vez cuando se analizan los errores puntuales.

Aitor Fernández no logra detener el disparo de Rafa Mir para el 2-0. Aitor Fernández no logra detener el disparo de Rafa Mir para el 2-0.

Aitor Fernández no logra detener el disparo de Rafa Mir para el 2-0. / Antonio Pizarro

Pero el caso es que el Sevilla finalizó el litigio con un 5-3 y, por tanto, todos los suyos pueden estar felices de que así fuera en esa tarde de reconciliación por la vuelta de toda la afición a las gradas del Ramón Sánchez-Pizjuán. Pero tampoco estaría mal hacer un ejercicio complicado, tratar de introducirse por un rato en la mente de Lopetegui. ¿Qué pensaría el vasco viendo las concesiones de los suyos, sobre todo cuando el espantoso Pizarro Gómez consideraba penalti el absurdo derribo de Ocampos a De Frutos antes de que el VAR acudiera salvador para comprobar que la falta había sido fuera del área por escasos centímetros?

Seguro que Lopetegui tendría un cabreo impresionante, un enfado que irá en aumento después de saborear con alegría la victoria durante las primeras horas. Bastará con que le pongan el primer vídeo de análisis procedente de su cuerpo técnico. Porque es imposible que un equipo se empeñe tanto en complicarse la vida cuando ya había hecho todo para resolver la cuestión. La primera concesión fue a Morales en el 2-1, aunque en este caso el rival también el mérito indudable de poner la pelota en la escuadra, pero tanto el 4-2 como el 4-3 fueron dignos de figurar en el libro de las jugadas que no pueden perpetrar ni un guardameta ni un defensa central.

Sobre todo, cuando éstos responden por Dmitrovic y Diego Carlos y cuentan con una hoja de servicio a lo largo de su carrera futbolística tan repleta de elogios por su manera de desempeñarse. Pero así es el fútbol, el guardameta tuvo una salida espantosa y prefirió eso a arriesgarse a tocar el balón con la mano con la expulsión como amenaza. Morales, incrédulo, se limitó a dar las gracias. Pocos minutos después, Diego Carlos repetía un error de principiante. La pelota no llegaba a salir por la línea de fondo y Melero también marcaba casi a puerta vacía. Del 4-1 se pasaba al 4-3 y el Sevilla tenía que volver a ganar algo que ya parecía tener seguro.

Afortunadamente para los nervionenses, estaban inspirados y Jesús Navas hizo una espectacular entrada por la banda derecha, el palaciego levantó la cabeza con mucho tiempo y se la puso a Fernando en el sitio justo. El brasileño ampliaba el colchón con apenas tres minutos de intervalo respecto al 4-3 y el Sevilla volvía a disfrutar de una ventaja amplia. Después tuvo infinidad de opciones claras para haber anotado un parcial del tenis, pero no lo consiguió, mitad por egoísmo de quienes querían el lucimiento personal y mitad por desacierto.

Llegaría esa posibilidad de penalti revertido por el VAR para que Lopetegui ya jurara en arameo, pero todo se quedaría en un susto y el Sevilla era capaz de consolidar ese 5-3 que no es nada habitual con el entrenador vasco al mando de las operaciones. A partir de ahí, que cada uno se quede con la opción que prefiera. Para quien suscribe estas líneas, ya ha quedado una y mil veces que lo más trascendente es anotar tres puntos en el casillero de todos los equipos que litigan en un partido de fútbol. El método qué más da, lo único que perdura en el recuerdo será sumar en la clasificación y el Sevilla hizo pleno contra el Levante, que por cierto también fue muy dadivoso en su línea de atrás, pero hasta eso es algo que pertenece a ellos y en lo que pocos sevillistas habrán caído en la cuenta. Fútbol, ganar, ganar y ganar. Si encima los tuyos se divierten con cinco goles en el haber, como en este caso, muchísimo mejor, porque fue uno de los Sevilla más agradable de ver en el trienio que está completando Lopetegui como entrenador.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios