El peligroso doble filo del mercado sudamericano

En apenas una semana desde que se anunció el fichaje de Almeyda los rumores han vinculado con el futuro del Sevilla a un argentino y dos mexicanos; El nivel competitivo de estas ligas ha bajado en los últimos años y apostar por ese vivero sin la medida justa es correr riesgos

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Almeyda celebra un título con el Chivas de Guadalajara.
Almeyda celebra un título con el Chivas de Guadalajara. / Ulises Ruiz Basuro / Efe

La ventaja es que Antonio Cordón tiene un profundo conocimiento de un mercado que tradicionalmente ha sido un caladero del fútbol español, aunque quizá no pasa por su mejor momento a nivel competitivo y no es comparable al potencial europeo.

En apenas siete días desde que el Sevilla anunció a Matías Almeyda como entrenador para las próximas temporadas han empezado a relacionarse a jugadores sudamericanos con la política de fichajes de los nervionenses y caer en esa trampa puede ser peligroso para una entidad que, precisamente, no tiene hormigón en los cimientos.

El mexicano Orbelín Pineda, el español naturalizado mexicano Álvaro Fidalgo y el argentino Exequiel Zeballos han sonado en pocos días como jugadores a los que se habría acercado el Sevilla a instancias de Almeyda.

Matías Almeyda, en su época en el Chivas de Guadalajara.
Matías Almeyda, en su época en el Chivas de Guadalajara. / José Méndez / Efe

El fútbol argentino atraviesa una crisis desde hace años que se aprecia en el nivel competitivo. Si tradicionalmente fue la liga de referencia en Sudamérica, el mayor empuje económico de México hizo hace ya varios lustros que los talentos encontraran, aparte del salto a Europa, un refugio mucho más atractivo en lo económico en la Liga MX y en los últimos años también en Brasil, donde los clubes están pagando sueldos que ni se soportan en España. Raro es que haya jugadores en plenitud en la liga argentina. River y Boca no son lo que eran –los dos últimos campeones han sido Vélez Sarsfield y Platense y los subcampeones, Huracán y Talleres– y el 80% de los convocados por la selección albiceleste absoluta juegan en clubes europeos. En la liga argentina se quedaron o jugadores muy jóvenes o futbolistas de vuelta. Por ello, los escaparates suelen estar en las selecciones inferiores y torneos que concentran a un gran número de ojeadores de clubes europeos, como el Sudamericano sub 20.

Monchi se cuidó mucho de eso. Trajo al Sevilla a argentinos y brasileños fundamentalmente, pero con experiencia en Europa. Acuña, Ocampos, Luis Fabiano, Mudo Vázquez, Correa... y cuando apostó por talentos jóvenes fue siempre en el mercado de invierno con vistas –como él mismo avisaba– a una aclimatación cara a la campaña posterior. Así llegaron Daniel Alves, Adriano, Fazio o Perotti. Sí apostó desde Sudamérica directamente con gente como Renato, Baptista, Ganso, Mercado o Montiel. Unos fueron un éxito y otros, un fracaso.

Cordón y el comité de dirección no deben caer en el error, pero está latente el peligro de apostar por jugadores que son una incógnita tal y como está el fútbol a nivel técnico-táctico y físico más más allá del océano y el peligro de crear clanes dentro del vestuario. De infausto recuerdo es el de los uruguayos con Marcos Alonso o los argentinos con Sampaoli aunque ahí el clan se concentraba en un extensísimo cuerpo técnico). En su justa medida y con jugadores escogidos es un mercado interesante, pero cuidado, porque es un arma de doble filo...

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