Análisis: Tocadiscos Pioneer DJ PLX-500 y altavoces DM-40 BT

Aunque hace tiempo que nos hemos acostumbrado a la música en streaming y se vende poca música, ya sea en soporte físico o digital, lo cierto es que el mercado de vinilos escapa a esa tendencia. Cada vez son más los fieles (o los que vuelven) al sonido único que ofrecen los discos en vinilo y, en paralelo a la venta de música en ese formato, crece también, como es lógico, el segmento de los reproductores, los tocadiscos de toda la vida.

Son varias las marcas que ofrecen dispositivos de este tipo, pero entre ellas destaca una que siempre ha apostado por productos de audio de calidad profesional, Pioneer DJ. Entre su interesante catálogo hay auriculares, altavoces, mesas de mezcla y tocadiscos, entre otros. Nosotros hemos probado uno de esta última categoría, el PLX-500, un giradiscos de tracción directa que permite no solo la reproducción sino también mezclas o grabación digital.

Junto al tocadiscos, la marca nos ha cedido para su prueba unos altavoces con los que combinarlo, los DM-40 Bluetooth, una versión más compacta de los DM-50D que también tuvimos la ocasión de analizar.

Tocadiscos Pioneer DJ PLX-500

El PLX-500, disponible en blanco o negro, produce un sonido de altísima calidad. No precisa de amplificador y podemos conectarle directamente unos altavoces (hay que seleccionar la opción Line en una palanca que hay en la parte trasera).

Son compatibles con preamplificadores y otros componentes y también con una mesa de mezclas (en este caso, la palanca hay que colocarla en Phono). También es posible conectarlo a un ordenador (PC o Mac) vía USB si lo que deseamos es grabar la reproducción del tocadiscos o la mezcla en cuestión.

Lo primero que llama la atención de este dispositivo al sacarlo de la caja, aparte de su peso de 10,7 kilos (el peso suele ser un buen indicador de la calidad de un producto), es la diversidad de accesorios que incluye y para cuya instalación es indispensable consultar el manual. (El tocadiscos mide por cierto 45 cm de ancho, 15,9 de alto y 36,8 de profundidad y el plato tiene un diámetro de 33,2 cm).

Antes de nada, hay que colocar el plato en sí y el patinador incluido que va sobre él (slip mat). En la caja encontraremos un cabezal PC-HS01-S edición plateada (cartucho y aguja incluido). El portacápsula se enrosca en el brazo de la aguja (que viene con un capuchón protector) y en ese mismo brazo, el contrapeso.

Cuenta con una barra antideslizante para un ajuste fino del tempo y el brazo tiene un agarre de seguridad y una palanca para elevarlo (no dispone de retorno automático desde el plato al soporte). Se puede ajustar la altura del brazo y la presión de la aguja y un dial anti skating evita el movimiento indeseado de la aguja sobre el disco (se ajusta para hacerlo coincidir con el valor de presión y así se elimina la fuerza que tira de la aguja hacia el interior). En la base del tocadiscos unas patas ajustables permiten no sólo escoger la altura del aparato sino que sirven además para eliminar las vibraciones externas.

El tocadiscos puede reproducir discos a 33, 45 (50-60 Hz) y 78 rpm (hay un adaptador que se inserta en el eje para los EP), tiene iluminación estroboscópica en un lateral y un botón para iluminar la punta de la aguja.

Además, su cubierta antipolvo permite colocar ahí, cuando está abierta, las carátulas de los discos, a modo de expositor.

La reproducción de discos no requiere mucho más aparte de seleccionar la velocidad de reproducción y colocar el vinilo y, sobre él, la aguja. Y, si queremos tanto grabar en un ordenador, tanto lo que estemos reproduciendo como las mezclas o ajustes que hagamos con ello, basta conectar ambos dispositivos por USB (trae un cable en la caja) e instalar el software propio de Pioneer DJ rekordvox.

Como decíamos más arriba, el tocadiscos es compatible con amplificadores, mesa de mezclas o cualquier otro accesorio y, para conectarle unos altavoces, incluye cable de audio.

Altavoces Pioneer DJ DM-40 Bluetooth

Hablando de altavoces, nosotros hemos probado el tocadiscos con los Pioneer DJ DM-40 Bluetooth, también cedidos por la marca. Son, como decíamos, una versión más compacta de los DM-50 (14,6 x 22,7 x 22,3 cm y 2,7-2,2 kilos de peso), por lo que encajan a la perfección en un escritorio, estantería o cualquier otro lugar en el que escojamos ponerlos, y hay disponibles opciones con o sin Bluetooth y en color blanco o negro.

La conexión por Bluetooth con otros dispositivos es rápida, fácil y estable y el soporte Qualcomm aptX y AAC permite una reproducción de sonido de mayor calidad. Son aptos tanto para quienes buscan unos buenos altavoces para uso personal como para quienes quieren complementar equipos de reproducción, grabación o edición profesionales.

Llevan un sistema réflex frontal de graves, con woofers de fibra de vidrio de 4 pulgadas que proyectan los bajos frontalmente y por las ranuras diseñadas al efecto, reduciendo según el fabricante la fricción del aire. Eso propicia que los graves se emitan de forma adecuada incluso con los altavoces instalados pegados a una pared.

Por lo que se refiere a los agudos, cuentan con altavoces de tres cuartos de pulgada de cúpula blanda, con difusores convexos que utilizan la tecnología DECO para canalizar las altas frecuencias. Y lo hace, indica Pioneer DJ (y lo hemos comprobado), en cualquier dirección, ofreciendo un foco del sonido estéreo amplio y en 3D sea en posición horizontal o vertical.

A eso añaden unos amplificadores clase AB que ofrecen un sonido limpio; tweeter y woofer están colocados para eliminar el cruce y asegurar una respuesta equilibrada.

Aparte de la conexión Bluetooth, cuentan con entradas RCA y mini-jack en la parte posterior, para conectarlos a un equipo y, en la parte frontal, además de la rueda de volumen, incluyen otro conector de auriculares.

(*El tocadiscos PLX-500 y los altavoces DM-40 Bluetooth fueron cedidos por Pioneer DJ para la prueba)