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especial san isidro | 1962/1963/1964
Sin llegar a ejecutar un solo muletazo, el rondeño Antonio Ordóñez fue el gran protagonista de la feria de 1962. Anunciado seis tardes, una cogida en la mexicana plaza de Tijuana le hizo perderse toda la feria de San Isidro. César Girón, que lo sustituyó, aprovechó la ocasión y en dos tardes cortó cuatro orejas.
Cuenta Sotomayor en su visión acerca de la década torera del 60, "que la feria de 1963 no fue buena. Falló en general el ganado, aunque Macharnudo, de Fermín Bohórquez, dentro de una corrida bien presentada, fue un toro casi de bandera que le correspondió a Fermín Murillo y al quien la espada le privó de un triunfo".
El año 1964 marca una frontera importante en el historial de la feria. Por vez primera se programaron 16 festejos, cifra que se mantuvo hasta 1969. Pero lo que la hizo diferente fue la contratación de El Cordobés, que el 20 de mayo tendría que confirmar su alternativa cordobesa.
El día amaneció lluvioso, con posibilidad de suspensión. La corrida era televisada y la expectación era máxima. Finalmente la corrida se celebró y el toro Impulsivo, el 'benítezcubero' de la confirmación, hirió grave al diestro al caer boca arriba y cornearle en un muslo. Se le concedió una oreja sin haber matado al toro y de hecho el percance supuso una gran conmoción entre la sociedad de la época.
La cita, la recrea a la perfección ese libro de Dominque Lapierre y Larry Collins, con el torero cordobés como gran protagonista de esa década de los sesenta, titulado O llevarás luto por mí.
La revista El Ruedo sacó un especial de 68 páginas, repleto de información gráfica, y todos los medios informativos se hicieron eco de la gran repercusión que tuvo esta cogida en el contexto del toreo de la época. Benítez no era sólo un torero, sino todo un símbolo de la situación social de esos años.
Aunque ese no fue el único percance grave de esa feria, ya que un toro de Antonio Pérez de San Fernando, mandó a la enfermería al chiclanero Emilio Oliva.
Lástima, que esa fatalidad de El Cordobés tapara la impecable feria que hizo el onubense Miguel Báez Litri, declarado triunfador absoluto de ese San Isidro, que al día siguiente cortó tres orejas, de las cinco que lograría en la feria, a un lote de Gamero Cívico con Diego Puerta y Curro Romero de compañeros en el paseíllo, siendo su otra actuación triunfal ante los toros de Galache.
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