Perera y Luque por encima de los toros en la primera de San Fermín
FERIA DEL TORO
El buen oficio de ambos espadas aportó contenido a la primera corrida del ciclo pamplonica marcada por la aparatosa pero vacía corrida de Fuente Ymbro
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Siete de julio: ¡¡¡San Fermín!!!
El buen oficio y el tesón de Perera y de Luque contribuyeron, aun sin premios, a aportar contenido a la primera de Sanfermines, con un encierro de Fuente Ymbro tan aparatoso de pitones como vacío de raza. Los astados tuvieron mucho cuajo en los cuartos delanteros, pero no en los traseros, donde se basa el verdadero empuje, que fue exactamente lo que no tuvieron, defecto agravado por esa falta de raza que llevó a la mayoría defenderse o a salirse desentendidos de las suertes.
La única solución venía del oficio, como el que puso Luque, o de un tesón y una firmeza como la que mantuvo Perera. Les faltó acierto con los aceros para alguna merecida oreja.
Perera ya aplicó ese concepto con un primero que pronto comenzó a afligirse y a amagar con la huida, lo que no le permitió el extremeño dejándole el engaño siempre ante los ojos y muy asentado. Perera hizo que aun sin clase, se moviera noblón en una faena larga y con autoridad que no tuvo refrendo contundente con la espada, lo mismo que la que le hizo al cuarto, que pronto comenzó a sacar complicaciones de manso, quedándose corto con genio.
Perera, sin ceder terreno, intentó someterlo con paciencia y sin encogerse, hasta encontrar mayor colaboración del animal por el izquierdo, por donde logró lo más estimables aunque sin eco en el tendido, en merienda y bajo el chaparrón. Ante el primero del manso lote que sorteó Luque, hizo un notable y acertado esfuerzo que no se vio recompensado más que con dos fuertes ovaciones por la espada. Le encontró pronto las vueltas a ese tercero, que se salía de los embroques con la cara por las nubes, defecto que, por la habilidad del matador, no fue óbice para que terminara tomando el engaño en pases cortos y con la muleta retrasada para apurar esa vulgar y desrazada movilidad, sin permitirle nunca salirse a querencia.
Igual de sobrado se vio a Luque con el sexto, rajado en cuanto le banderillearon. Y fue allí de donde le sacó hacia el tercio para prenderlo en el engaño y, sin exigirle demasiado y redondeando el desclasado trazo de sus arrancadas desde la pala del pitón, sacarle un trasteo de fibra y suficiencia que se difuminó con sendos pinchazos.
Talavante no perdió el tiempo ante el segundo, que, rajadito y flojo, sólo soltó cabezazos que casi siempre tropezaron la tela. En quinto lugar le cupo un cinqueño que quiso tomar los engaños con mayor entrega y recorrido, sin excesivo celo pero tampoco sin complicaciones. La respuesta de Talavante no estuvo a la altura. Aparentemente vistosos, sus muletazos fueron despegados y ligeros, sin apuesta ni asiento.
FICHA DEL FESTEJO
TOROS: Seis de Fuente Ymbro, de honda y seria presencia, con cabezas muy aparatosos y ofensivas, pero de juego muy desrazado, sin celo casi todos, cuando no manseando y buscando la querencia de corrales. El primero, con algo más de celo, y el quinto, que se movió mucho sin gran calidad pero con nobleza, fueron los de más opciones
TOREROS: Miguel Ángel Perera, de gris perla y azabache, corta desprendida y descabello (ovación tras aviso); dos pinchazos y caída trasera (silencio)
Alejandro Talavante, de nazareno y oro, dos pinchazos, media atravesada muy baja y descabello (silencio); pinchazo y baja (silencio)
Daniel Luque de corinto y oro, trasera tendida (ovación); dos pinchazos y estocada delantera (ovación)
INCIDENCIAS: El Lili destacó en la brega del segundo. Lleno (19.000 espectadores) en tarde de clima variable, con lluvia fuerte en el tercero. Presidió, como es tradición en el día del patrón, el alcalde Joseba Asirón, recibido con una gran pitada
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