"Con mi toreo busco la sorpresa"

Carrera meteórica. Tomó la alternativa en Nimes el 19 de septiembre de 2015 de manos de Enrique Ponce. Tras una campaña americana exitosa, con una veintena de salidas a hombros en plazas de varios países, Andrés Roca Rey abrió su temporada española en Olivenza, donde consiguió los máximos trofeos, y ha sido el triunfador de Las Fallas 2016. En Sevilla torea tres tardes -dos en la Feria de Abril y otra en San Miguel- y está anunciado junto a Ponce, Manzanares, Morante y El Juli en carteles de máxima rivalidad y donde se supone que saltarán chispas.

El jovencísimo y espigado diestro peruano, serio, observador, tranquilo, forjado por el maestro José Antonio Campuzano, quien en España comparte el apoderamiento del torero junto a Ramón Valencia, es un joven de estos tiempos, que declara: "Por encima de todo, amo con pasión lo que hago, mi profesión. Soy tranquilo, algo tímido; aunque más que tímido, diría que me gusta respetar mucho a la gente y voy por derecho. En el ruedo, me expreso de esa manera, con verdad. En la vida no puedes siempre expresar todo porque te puedes perjudicar y en el ruedo sí, cuanto más te entregas, mucho mejor".

-Andrés, ¿cómo es su relación en la soledad con el toro?

-(Fija su mirada en el horizonte). Cuando llegas a entregarte con él es como si fuese un compañero y se llega a disfrutar mucho. Es lo máximo.

-¿Qué es el miedo?

-La falta de mentalidad. Por eso, una misma persona tiene valor en unas ocasiones y en otras no.

-¿Cómo lo siente y lo supera?

-Siempre sientes miedo cuando te enfrentas a un toro. Se supera con los entrenamientos y la mentalización desde que te ves anunciado.

-¿Cuál fue la chispa para dedicarse al toreo?

-Mi familia estuvo siempre dedicada al mundo del toro. Desde mi tío-abuelo, aficionado práctico, que toreaba festivales; mi abuelo, administrador de la plaza de toros de Lima; mi tío José Antonio, hermano de mi papá, que fue rejoneador práctico; después, mi tío Juan Manuel, que fue novillero y ahora ganadero; y al que más he seguido los pasos es a mi hermano Fernando, matador de toros. Junto a él debuté en público en Lima en un festival y sentí la presión de la gente.

-En tan sólo tres años ha pasado de jugar al toro a matador de toros en grandes ferias, algo increíble...

-La verdad es que mi etapa de novillero ha sido rápida. Pero las cosas llegan cuando tienen que llegar y hay que aprovecharlas al máximo.

-En la Feria de Abril se enfrenta a Ponce y Manzanares en una tarde y a Morante y El Juli en otra. ¿Son dos batallas decisivas para su carrera?

-Sí, qué duda cabe. Sevilla es muy importante para todos los toreros. Es como un sueño y es una plaza que te da muchísimo. Cuando se triunfa aquí se sale con otro nivel, si se puede decir así. Me lo juego todo. A una oportunidad de éstas no se puede decir que no. Es un sueño torear junto a los figurones y una responsabilidad muy grande. Esta temporada será decisiva para mi carrera y mi vida. Es una apuesta total. Pero me gusta apostar a ganador. Cuando se tiene toda la ilusión del mundo, la mayoría de veces se gana.

-¿Está suficientemente preparado o hay momentos de dudas?

-El año pasado en Madrid, antes de salir a hombros, no tenía nada que perder. Ahora mismo, sin tener mucho que perder, puedo perder algunas cosas. El reto en Sevilla es enorme. Pero para llegar a lo que quiero debo hacer cosas que nadie espere. Es como con mi toreo, busco la sorpresa. En un principio siempre existen las dudas. Pero ese es un factor para el éxito. Si no hay dudas no te preocupas por mejorar. Hace falta inseguridad para luego triunfar. Para ganar hay que apostar y yo apuesto todo al negro.

-Defina a los toreros con los que se enfrenta en la Feria de Abril.

-(Adjetiva sin rodeos). Ponce es capacidad; Manzanares, clase; Morante, expresión; y El Juli, rotundidad.

-Y en ganadería, ¿Juan Pedro o Cuvillo?

-Son dos ganaderías muy buenas, con vitola muy grande.

-¿Qué diferencias hay de la presión que vivía como novillero a la de ahora como matador?

-Es mayor la de ahora. Según avanzas tienes muchas cosas que perder y todavía muchas más que ganar.

-¿Ha cambiado su tauromaquia con el salto de escalafón?

-No. Lógicamente voy buscando mi concepto y trato de que los muletazos sean más profundos y que haya un porqué en la faena, un guión.

-¿Es más difícil torear al toro que al novillo?

-Es más difícil triunfar en una corrida de toros que en una novillada por las exigencias del toro. Cuando transmite un toro, tiene mayor importancia lo que haces.

-Desde la alternativa, ¿el patio de cuadrillas es otro?

-(Rictus grave). Sí. Desde esas caras serias que te imponen... Ahora, desde la alternativa, las miradas en el patio de cuadrillas son otras; no son feas, pero son tan fuertes que impactan.

-De América, ¿con qué se queda?

-Lima, las dos tardes de Guadalajara, Cali, el indulto en Manizales, San Cristóbal y la confirmación en La México, por lo que supone.

-¿Cómo valora el comienzo de su temporada?

-En los comienzos de temporada siempre hay dudas. Para toreros que están en mi posición son fundamentales. Y la verdad es que una vez pasada la primera cuesta me siento contento.

-Su objetivo en 2016.

-Demostrar algo nuevo cada día.