En Sevilla, los templos del buen beber son sagrados, sobre todo, para los "cofrades" que los frecuentan. La Hermandad del Santo Pelotazo los reivindica hasta sus últimas consecuencias creando, entre cerveza y cerveza, un discurso hilarante, sin prejuicios y natural como las conversaciones que, codo apoyado en barra, se dan a diario en cualquiera de las tabernas que se cruzan en nuestro camino. Esta hermandad tiene un "hermano mayor" y es Jorge Andrada, profesor y articulista de Diario de Sevilla, que presenta el libro La Hermandad del Santo Pelotazo este viernes en la Real Sociedad Económica de Amigos del País (C/ Jesús de la Vera-Cruz, 19) a las 19:00. Lo hará acompañado de sus "parroquianos" más habituales, compañeros de profesión inmortalizados en sus páginas que bien darán fe de la cercanía de estas historias de bares que nacen en plena pandemia.

Bautizado en San Bernardo, Andrada hizo la comunión en la Hiniesta, vive en el barrio de la Macarena y trabaja en Triana, una mezcla "explosiva" que, sin embargo, no deja de ser habitual en la idiosincrasia sevillana y que el propio autor reivindica en sus páginas a través de anécdotas basadas en personajes llenos de contradicciones y hechos reales. "Es una historia ambientada en los inicios de la pandemia, cuando las restricciones del Gobierno impedían a los sevillanos cumplir con la bendita costumbre de acudir a los templos del buen beber. Es un justo homenaje a los principios éticos y morales de Nuestro Santísimo Cristo del Gran Beber y, por supuesto, a un gremio golpeado por la crisis sanitaria".

En cuanto a los personajes, el escritor, haciendo uso de su magistral humor, ha incluido nombres y apellidos reales, como el de los profesores Luis Ángel Valdivieso, Carmelo Sanjuán, Ricardo Ballesteros y Miguel Martínez. También a familiares, como su mujer e hija mayor, en una escena dantesca en plena pelea por un paquete de papel higiénico en Mercadona, el 14 de marzo de 2020.   

Todos le han apoyado en este proyecto literario, precuela de su primera novela, Irreverentes. Una caricatura donde la realidad se presenta distorsionada a través de la sátira y el humor con el objetivo de que "el lector analice la sociedad actual sin prejuicios, alejado de cualquier trinchera ideológica". Pero este estilo "cáustico, socarrón, canalla" corre el riesgo de ser tachado de simples "chascarrillos", una probabilidad que a este experto docente de Lengua y Literatura parece no preocuparle: "Simplemente me limito a remedar la sátira de costumbres de la picaresca, la lucidez de Larra, la deformación matemática de Valle-Inclán. Comparto mi visión del mundo desde la sensatez de la risa desinhibida".

Los templos del buen beber de La Hermandad del Santo Pelotazo

Durante las más de 300 páginas que dan vida a La Hermandad del Santo Pelotazo, los lectores también se toparán con los "templos" (bares o tabernas) más populares de Sevilla. Es en El Colmao de Gascón Rubio, La Taberna Cordero, Casa Vizcaíno, el mítico templo de Pepe Yebra o "la catedral de los hermanos del Santo Pelotazo", Garlochí, donde se encuadran las aventuras o peripecias de este tributo a la hostelería tradicional, a amigos como Nono ("ilustre camarero de El Colmao") o al director de tesis de Andrada, el ya fallecido Rafael de Cózar, "en un carpe diem lúdico y culto, donde se llega a la reflexión a través de la risa".  

El profesor de Lengua y Literatura del Colegio Nuestra Señora del Rosario tiene sus propias barras a las que venerar más allá de las páginas de este libro. Así, confiesa haber frecuentado en su juventud El Tremendo de Santa Catalin, las bodeguitas de la Plaza del Salvador y la célebre tasca de La Casa de la Moneda. "A muchos adoradores del Santo Pelotazo les brillarán en estos momentos los ojos, rememorando el arte del tanque de cerveza bien tirado", añade el escritor, quien manifiesta sentirse como en casa en el bar Alcaiza, en la plaza de la Pescadería. 

Cubierta del libro 'La Hermandad del Santo Pelotazo'.

Historias de barra que se compran en Amazon

Las aventuras de estos "locos revolucionarios" ocupan unas 320 páginas que se dividen en pequeños capítulos. Con gran presencia de diálogos y un lenguaje cercano, su lectura es rápida, "con un ritmo endiablado que engancha rápidamente". 

Para la portada ha contado con "una obra de arte, ideada y dibujada por Manuel Barragán, amigo y antiguo alumno de Nuestra Señora del Rosario", cuenta Andrada; y para la corrección y la maquetación con un grupo de profesionales que ha hecho que todo sea más fácil. 

En cuanto a la publicación, Jorge Andrada se ha decantado por la plataforma Amazon, lo que permite que su precio sea "mínimo y accesible". "Hoy el mercado editorial está saturado de novedades y, como es lógico, yo no soy un youtuber ni un personaje televisivo. Las grandes firmas no apuestan por un autor desconocido".