'Farolillos de melón' en lugar de calabazas: así es la curiosa tradición que revive para Halloween en este pueblo de Sevilla
Las calles de Cañada Rosal se iluminan el 31 de octubre de una manera muy especial, gracias al trabajo de sus vecinos
"Prefiero el Día de Todos los Santos, porque celebro a los míos": la tradición se resiste frente al empuje de Halloween en Sevilla
La noche de Halloween brilla de una manera muy especial en Cañada Rosal, el pueblo de Sevilla donde la magia gira en torno a una peculiar tradición: los farolillos de melón. Lejos de las típicas calabazas, numerosos vecinos participan en esta costumbre centenaria para dejar volar su imaginación e iluminar las calles con una identidad propia. Se conserva así un patrimonio inmaterial, que llama la atención tanto de sus residentes como de los curiosos que visitan el municipio en estas fechas.
La Asociación Las Crujientes ha sido la encargada de realizar el taller para la elaboración de los farolillos este 30 de octubre, junto a los abuelos de la Residencia local. Todo ello, en una cita en la que "los mayores contaron sus vivencias de cuando eran pequeños y sacaban los farolillos por las calles", informa el Ayuntamiento en una nota de prensa. "De esta forma, de nuevo, tradiciones del pasado y fiestas del presente tendrán su punto de encuentro en Cañada Rosal".
Una tradición muy especial: los farolillos de melón
Este pequeño municipio de 3.410 habitantes, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE, 2024), fue fundado por el Rey Carlos III en el siglo XVIII. Situado en plena campiña sevillana, a 84 km de la capital, abarca una superficie total de 25,5 km2 de extensión. Así, desde sus orígenes, ha vivido "los claroscurso de una historia cuajada de fuertes vivencias, duro trabajo, emigraciones masivas y búsqueda de identidad como pueblo", tal y como se puede leer en el portal web del Consistorio.
En lo que respecta a la noche de brujas, hasta los años 60, los mayores hacían farolillos con "meloncillos" del huerto para los niños. Es decir, con aquellos frutos tardíos que eran desechados para la venta o el consumo humano. Aunque todavía podían destinarse a la alimentación de animales, los habitantes del pueblo decidieron apostar por este original uso. Hoy en día, la tradición ha sido recuperada para que las nuevas generaciones del municipio la conozcan.
¿Cómo es Halloween en Cañada Rosal?
"Las mujeres recuerdan que sus madres y abuelas hacían estos farolillos para entretener a los más pequeños de la casa", comunica el Ayuntamiento de Cañada Rosal. Una vez elaborados, iluminaban las calles del pueblo al anochecer, guiando la magia en los primeros días de noviembre. Esta fiesta, en origen infantil, suponía además una gran aportación a la comunidad, puesto que el alumbrado público era todavía muy escaso.
En la actualidad, la pervivencia de esta costumbre permite recuperar una parte fundamental de la historia local, manteniendo vivo el recuerdo de aquellas noches bajo una luz diferente. Aunque ahora, las calles sí cuentan con la suficiente iluminación artificial al caer la noche, los farolillos de melón se remiten a otra época, mientras celebran los acontecimientos de hoy. Se trata de una de las actividades que permiten a los vecinos de Cañada Rosal disfrutar de una tarde-noche de Halloween única, donde la tradición local se mezcla con la diversión.
Temas relacionados
No hay comentarios