El termómetro no baja de los 40 grados y la mente solo piensa en una cosa: una cerveza bien fría. El último informe de Cerveceros de España es certero: El zumo de cebada es la bebida más popular entre los españoles adultos puesto que un 83,4% la consume. Y ¿qué mejor día para tomarse una cerveza helada que hoy, Día Internacional de la Cerveza?

Desde el año 2007, cada primer viernes de agosto se rinde homenaje a esta bebida que los antiguos egipcios consideraban como un alimento. Esta tradición tiene su origen en un pequeño bar de Santa Cruz, en California. Un grupo de amigos comenzó a celebrarlo y enseguida se propagó por los seis continentes. La rápida aceptación de este día internacional tiene mucho que ver con el hecho de que esta bebida ha acompañado a la humanidad casi desde que el primer hombre descubrió la agricultura.

Durante este año un equipo de arqueólogos descubrió en Egipto lo que parece ser la fábrica de cerveza más antigua del mundo, en Abidos. Se piensa que la instalación data del reino de Narmer (3050-3007 a.C.), en los inicios del Primer Período Dinástico. Se hallaron ocho unidades, cada una de unos 20 metros de largo y 2,5 metros de Hpy e, en dos filas. Cada una contiene unos 40 barriles de cerámica en los que se calentaban los granos y el agua para producir cerveza. La fábrica parece haber sido construida para proveer cerveza en las ceremonias reales, como ritos de sacrificio del antiguo Egipto. Los egipcios tenían el pan y la cerveza como alimento básico de la mayoría de la población.

Diferentes tipos de cerveza

Andalucía también descubrió pronto los beneficios de la cebada liquida. En la época del emperador Vespasiano, los habitantes de la Bética consumían una bebida denominada celia o ceria en honor a la diosa Ceres que bien puede ser el antepasado del resto de cervezas que llegaron después. Una de las características de esta bebida es su carácter aglutinador. Es tremendamente social y se consume sobre todo en bares , cafeterías y restaurantes, a diferencia de otras que están más ligadas al ocio nocturno. Todo ello siempre con un patrón de consumo responsable y moderado, con algo de comer al lado. Pero esta afición cervecera no tiene mucho que ver con el contenido alcohólico. De hecho, España es líder en producción y consumo de la cerveza sin alcohol dentro de la Unión Europea, lo cual representa un 14,3 % del total del consumo de esta variedad cervecera. Como cualquier alimento o bebida, consumido con la moderación que siempre se aconseja, la caña aporta una serie de beneficios al organismo.

Beneficios (de la 0.0)

De hecho, por sus ingredientes, la cerveza puede ser saludable porque contiene vitaminas del grupo B, con una destacada presencia del preciado ácido fólico. También puede ser fuente de magnesio y calcio, que varían dependiendo del agua utilizada en su fabricación y ayudan a fortalecer huesos. Algo que, unido al , silicio hace que aumente la densidad ósea y se evite la pérdida de este material.

Un estudio realizado en adultos sanos por el Instituto del Frío del Centro Superior de Investigaciones Científicas señala que beber cerveza con moderación durante un mes (2-3 cañas para los varones adultos al día y 1-2 para las mujeres), mejora el sistema inmunológico, especialmente en las mujeres.

Tipos de cerveza

Pero hay más de un tipo de fresquita; lagers, lagers sin filtrar, IPAs, 0.0, etc. De ellas, la lager es probablemente el tipo de cerveza más extendida del mundo. Fermentan en condiciones más lentas empleando levaduras de fermentación baja y en las últimas partes del proceso son almacenadas en bodegas.

En los últimos años, las cervezas India Pale Ale (IPA) se han consolidado como uno de los tipos más en auge. Nació durante la década de 1790 como resultado de esfuerzos de los cerveceros británicos de la East India Company para que se conservara bien en los largos viajes por el océano, especialmente al cambiar el clima frío británico al cálido de India.

El consumo de cerveza tiene un gran carácter social

Uno de los fenómenos más recientes es el de las cervezas artesanales. Están hechas sin aditivos ni conservantes y sin pasteurizar. Se producen mediante un proceso natural a partir del grano, malta, sin utilizar extractos ni productos diferentes del agua, levadura, lúpulo y el cereal para hacer la malta.