De la quimioterapia a la cima del Calvitero para visibilizar el cáncer de pulmón

La enfermera y paciente oncológica del Hospital de Valme, Beli Orta, participa en la primera ruta del proyecto 'A Pulmón', organizada por la AEACaP, y corona el pico más alto de Extremadura para concienciar sobre la enfermedad

Beli Orta, entre otros pacientes y personal técnico de apoyo, tras llegar a la cima. / M. G.

En el silencio frío de la Sierra de Candelario, donde el aire puro se mezcla con la historia mineral de Extremadura, Beli Orta volvió a sentir que la vida empuja con fuerza. Paciente oncológica del Hospital Universitario de Valme y enfermera de profesión, Beli ha participado en la última actividad del proyecto A Pulmón, un desafío colectivo que la llevó a coronar el Pico Calvitero, el punto más alto de la región, con sus 2.399 metros de altura.

La iniciativa, impulsada por la Asociación Española de Afectados de Cáncer de Pulmón (AEACaP), ha contado nuevamente con la colaboración del servicio de Oncología del hospital sevillano, que suma a este proyecto charlas divulgativas para pacientes y familias. Pero esta vez, la noticia tiene rostro propio: el de una mujer acostumbrada a acompañar, y a animar, a quienes transitan por los pasillos de la enfermedad.

La paciente y enfermera del Valme, en primer plano, junto al resto de participantes y organizadores del proyecto. / M. G.

De Capitana Optimista a paciente oncológica

Beli Orta fue nombrada hace años Capitana Optimista del Hospital de Valme por su entrega y sensibilidad hacia los pacientes más vulnerables. Transformaba su uniforme en un mensaje de alegría: un pijama decorado con colores y palabras de ánimo que se convirtió en su manera de regalar luz en días difíciles.

El giro de la vida llegó hace dos años y medio. El diagnóstico de cáncer de pulmón metastásico quebró su rutina y la obligó a mirarse desde otro lugar. Pero no apagó su vocación. A pesar del impacto emocional, continuó colaborando con actividades para pacientes y formando parte de la Comisión de Humanización del centro, convencida de que la enfermedad no cancela la capacidad de acompañar.

Conoció el proyecto A Pulmón en junio de 2023, el mismo año de su diagnóstico. "Lloré al ver a los pacientes ascender hacia la cumbre y el sentimiento que me inundó fue el de esperanza. No todo estaba acabado. Podría seguir caminando, haciendo cumbres o el Camino de Santiago. Desde ese momento quise participar en él, y la vida y mi asociación AEACaP han hecho realidad mi sueño", recuerda.

Para Beli, la experiencia fue "un regalo de vida, esperanza, superación, compromiso con hábitos saludables y la visibilización de nuestro día a día". "No sólo ha sido ascender cumbres, sino compartir momentos, experiencias y sobre todo nuestro amor por la vida", afirma.

En tratamiento quimioterápico, se embarcó en la ascensión junto a otras dos pacientes y al equipo técnico del proyecto. "Participar en este proyecto me ha aportado una dosis extra de fuerza, esperanza y muchas más ganas de seguir arrimando el hombro para que se nos vea, conozca y entienda", asegura. También subraya la importancia de la investigación y la sanidad pública. “En cáncer de pulmón se ha avanzado mucho y seguimos avanzando día a día, pero necesitamos un mayor compromiso de toda la sociedad con más inversión en investigación. El cáncer es un problema de todos".

El grupo completó un fin de semana de convivencia al aire libre que incluyó la subida al Pico Cabezuelas, con vistas al Valle de Ambroz, y una caminata por la Vía de la Plata en Hervás. Días de aire limpio, conversación y refugio mutuo. La hazaña adquiere un valor aún más profundo al coincidir con el Día Mundial del Cáncer de Pulmón, el 17 de noviembre, dedicado a la prevención, al diagnóstico precoz y a la defensa de la investigación como motor de esperanza.

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