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Holanda: Una esperanza de buen fútbol

Grupo E

La 'oranje' quiere borrar su etiqueta de promesa y dejar huella con su fútbol.

Holanda: Una esperanza de buen fútbol
Nicholas Rigillo

11 de junio 2010 - 14:01

ES la tercera selección del ranking de la FIFA y sus figuras están diseminadas por algunos de los mejores equipos de Europa, pero no le alcanza para ser nombrada como candidata: Holanda quiere que Suráfrica 2010 sea su fin como equipo que amenaza mucho pero no concreta nada y apela a la unión para lograrlo.

La historia penaliza a otro, en los papeles, gran conjunto oranje. Sneijder es el cerebro del mejor Inter de los últimos tiempos (ha ganado liga y copa en Italia y la Liga de Campeones en Europa), Robben es el arma letal de otro resucitado, el Bayern Múnich, aunque llega entre algodones tras aquejarse por enésima vez de su rodilla, y Van der Vaart dejó de ser testimonial en la gran temporada del Real Madrid en la Liga.

No alcanza. Holanda siempre es sospechosa de caerse a pedazos cuando la presión sea máxima por más que su fútbol sea delicado y espectacular, aunque la clasificación la haya superado triturando rivales, ganando sus ocho partidos, convirtiendo 17 goles y encajando sólo 2.

Pasan las Copas del Mundo y no hay manera de que puedan al menos igualarse aquellos lejanos subcampeonatos de Alemania 74 y Argentina 78, con el fútbol total como bandera, fundamentalmente en el primero. Sólo en Francia 98 estuvo cerca de imitar aquellos logros, pero Brasil cerró el camino de los naranjas en las semifinales.

Otro clásico en la selección holandesa son los problemas internos. Esta vez parece que no existen. “Lo más importante es que todos estamos trabajando juntos para asegurarnos de que el equipo es un éxito”, dijo Sneijder.

El primer paso para lograr ese éxito será superar el Grupo E ante Camerún, Dinamarca y Japón, “una zona muy difícil”, según la opinión del técnico Bert van Marwijk, quien sucedió a Marco van Basten tras una nueva desilusión, la Eurocopa de Austria-Suiza de 2008. La elección de Van Marwijk, de 58 años, suegro de Van Bommel, fue una sorpresa en el país. Ganó la Copa UEFA con el Feyenoord en 2002 y dirigió sin éxito particular durante dos años al Borussia Dortmund, pero encajó enseguida en el equipo nacional y se ganó el respeto de los hinchas.

Antecedentes al margen, la potencialidad de Holanda es altísima, principalmente de mitad de cancha hacia delante. Amén de Sneijder, Robben y Van der Vaart, tiene a Kuyt, Huntelaar y Van Persie. Todo un lujo.

El estado de este último, jugador del Arsenal, es incierto tras una lesión que lo tuvo al margen algunos meses, pero de estar en forma físicamente es uno de los que hará carne una frase de Van Marwijk: “Si todos los jugadores más importantes están bien, podemos ganarle a cualquiera”.

Para una eminencia como Guus Hiddink, la clave estará en el otro extremo del césped. “Si Holanda lo hace bien, será porque está bien organizada defensivamente”, afirmó quien ocupaba la dirección técnica durante el Mundial de Francia. Pero muchos comentaristas en el país dudan de que eso pueda terminar siendo posible ante la falta de un guardameta de extrema garantía como lo era van der Saar, ya retirado de la selección. A Stekelenburg, del Ajax, se le considera bueno, pero no de la categoría del guardameta del Manchester United.

Pero cualquier duda encuentra una esperanzadora respuesta al recordarse la madurez alcanzada por otro perdedor crónico en torneos importantes, España. La Holanda futbolera cree que si los españoles pudieron sacudirse fantasmas ganando la última Eurocopa, no hay razón para no creer que Suráfrica puede ser por fin la hora de la Naranja Mecánica.

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