Sueños esféricos
Juan Antonio Solís
En nuestras miserias manda Javier Tebas
sevilla - celta · informe técnico
El Sevilla ofreció una imagen desconocida ante un Celta que no salía de su sorpresa por la comodidad con la que jugó un primer tiempo en el que los de Emery, por indolentes, cavaron su tumba.
Defensa
La extraña desgana que abochornó a la afición del Sevilla fue el resultado de un cúmulo de circunstancias. Todo se puede resumir en la falta de intensidad, pero para llegar a eso se reunían otros aspectos, como una colocación deficiente en la recepción de pases del contrario, el cansancio aparente de dos pivotes en teoría fuertes como Krychowiak y N'Zonzi o el desequilibrio con las parejas en las bandas. Emery quiso compensar ubicando a Vitolo por delante del lateral menos defensivo, Mariano, previendo que Reyes ayudaría poco a Coke en la izquierda. Ahí, por ejemplo, Orellana, tras una pérdida del utrerano, tuvo metros y tiempo de sobras en su pase largo a la otra banda a Nolito, que también recibió con metros libres. Digamos, que el Celta tocaba y tocaba porque los jugadores del Sevilla llegaban tarde a las reuniones (balón, jugador que defiende y jugador que recibe). Y eso es imposible corregirlo si el jugador que no tiene el balón no está cerca de su par, del que va a recibir el pase.
Así, el Celta dio nada menos que 325 pases completados en la primera mitad, más del doble que su rival. Emery trató de mitigar esto reforzando el centro con Krohn-Dehli, pero no lo hizo hasta mirar a los ojos a sus futbolistas en el descanso y conseguir que salieran con más intensidad, aunque ésta chocara con la carga en las piernas y se diluyera sin llegar hasta el empate. Llorente peleó más que nadie sin encontrar acompañamiento.
Ataque
La incapacidad para recuperar el balón condiciona tanto el juego ofensivo que éste no puede existir sin la posesión. Banega y Reyes eran dos fantasmas dando carreras en balde, en particular el utrerano el tiempo que jugó en su perfil natural, el izquierdo. Sin tener compañeros cerca y sin poder jugar de cara, los errores en las entregas eran la nota general.
Buscó luego el Sevilla el faro de Llorente a la desesperada y mejoraron algunas cosas, como los centros de Krohn-Dehli y la intensidad en las dejadas del riojano.
Virtudes
Las ganas de Llorente.
Talón de Aquiles
La pasividad del dúo Krychowiak-N'Zonzi (uno por cansancio y el otro por su carácter flemático) lastró a todo el equipo y los cambios tan tempraneros maniataron el poder de maniobra de Emery.
Uno por uno
Sergio Rico Evitó una derrota mayor.
Mariano Un desastre y una indecencia que no pudiera acabar el partido de pie. Eso sí, un gran servicio en el 1-2.
Andreolli Serio y aseado. No desentonó como otros.
Kolodziejczak Desorientado en la relación espacio-tiempo y situación y velocidad del balón. Fallón en lo suyo además, el pase.
Coke Reyes no le ayudó nada y acabó dando muchos metros a Orellana.
Krychowiak Es la piedra angular y salió con desidia. En la segunda mitad pudo ser hasta expulsado. Muy mal.
N'Zonzi Blando en los duelos y ahí debe ayudar.
Vitolo Iba a equilibrar a Mariano y salió lesionado.
Banega Perdido sin balón.
Reyes Mejor en la derecha, indolente en la primera mitad.
Gameiro Cuando el equipo se arrimó a él encontró balones, más con Llorente.
Krohn-Dehli Ayudó y se ofreció por todo el campo.
Llorente El que más ganas puso, marcó y se peleó con los centrales para robar.
Konoplyanka Aún le queda.
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