SEVILLA FC
La Junta de Accionistas del Sevilla FC en directo

Reacción muy tardía y batacazo

Las carencias de la plantilla se unieron a una mala primera vuelta y condenaron al Betis a un fracaso monumental

Javier Mérida / Sevilla

21 de junio 2010 - 05:02

En otra Segunda División hasta podría explicarse que este Betis no lograse el ascenso, pero en un curso como el que acaba de expirar se antoja impresentable. En una Liga baratísima, en la que los de arriba no han ganado ni la mitad de los partidos (20 la Real y 19 los del triple empate), el papel realizado por el equipo verdiblanco sólo puede definirse desde la palabra fracaso. Sin componenda alguna ni excusa matemática.

El batacazo, además, es de dimensión monumental, ya que sus consecuencias podrían extenderse durante años, sobre todo si las fuerzas divinas y terrenales no son capaces de alejar a Lopera del entorno de la sociedad.

Con todo, el equipo no puede escapar a la nefasta faena realizada, ya que si faltó siempre algo de aptitud, la actitud no es que fuera brillante durante todo el curso, al punto de que la grada, fiel a última hora, hasta le dio la espalda en algunos instantes.

El comienzo, con Antonio Tapia en el banquillo, fue prometedor, pero el equipo perdió el equilibrio con las primeras lesiones de Juanma y Nacho y salió pronto de los puestos de ascenso. Al técnico malagueño le faltó mano dura frente a una plantilla que dio síntomas tempranos de aburguesamiento. Lejos de Heliópolis, principalmente, el equipo careció de carácter competitivo y llegó a perder hasta cinco partidos seguidos fuera de casa, tras haberlo hecho unas semanas antes, de forma vergonzosa, ante el colista Castellón, que en esa octava jornada no había ganado aún a ningún equipo.

El adiós de Tapia se certificó con una derrota, que a la postre sería decisiva, en casa del Levante (1-0), en un nuevo partido infame de los verdiblancos. Fue también el fin de la primera vuelta, que el Betis finalizó noveno, con 30 puntos, a 13 del Hércules, 12 de la Real Sociedad y 4 del Cartagena, tercero entonces.

Con el aterrizaje de Víctor Fernández el equipo reaccionó de inmediato. Mejoró su fútbol, encontró el gol en las botas de Jonathan Pereira y enseguida se enganchó a los puestos de ascenso.

Como es habitual en este equipo, tras el esfuerzo perdió ritmo y fútbol, echó en falta el delantero que no llegó en invierno y entró y salió de los puestos de ascenso hasta que, a falta de siete jornadas, un empate en casa frente al Murcia lo dejó con media estocada. El entrenador habló del ascenso como de una "quimera", el club usó su radio como ventilador para espurrear mierda y la crisis la abortaron los futbolistas uniéndose en su soledad.

Ganó cuatro partidos seguidos y llegó a Salamanca, en loor de multitud de béticos, con el ascenso en su mano. Pero allí se dejó dos puntos que le hicieron llegar al último asalto dependiendo del Hércules. Ganó al Levante y acabó como líder de la segunda vuelta con 41 puntos, pero al bético sólo le sirvió para gritar más al unísono que nunca "Lopera, vete ya".

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último