Un dibujo para empezar a creer

zaragoza | sevilla · informe técnico

Jugar con un solo punta, Negredo, dio más control del juego al Sevilla, pues se ocuparon mejor los espacios y hubo más apoyos · Al bajar el nivel físico llegó el paso atrás y sufrió más de lo necesario

Un dibujo para empezar a creer
Juan Antonio Solís

28 de noviembre 2011 - 05:02

¡Eureka! Marcelino García Toral prescindió de uno de los dos puntas, reforzó el centro del campo y apareció un Sevilla con más criterio, al menos en los primeros 35 minutos de partido. Luego volvió a las andadas, perdió el vigor físico demasiado pronto y dio un paso atrás que no le costó caro por su trabajo defensivo -Fazio se hizo con su área, como en el Camp Nou- y porque el Zaragoza no está para asustar a nadie. La primera victoria a domicilio llegó con el reajuste táctico, y no parece fruto de la casualidad. Eso sí, la discontinuidad de que adolece el equipo sevillista, esa que tanto pregona su entrenador, volvió a quedar patente.

Defensa

Volvió Medel, el apagafuegos. Con él sobre la hierba, los centrales tienen que salir menos de su zona natural y afloran menos desajustes tácticos.

Spahic y, sobre todo, Fazio se adueñaron de los balones colgados y no dieron opción a rebotes o segundas jugadas.

También ayudó que por dentro maniobraran Trochowski y Rakitic. Ninguno muerde, pero son dos, simplemente dos piezas y no una. Con tres centrocampistas más los dos extremos, los pasillos interiores disminuyen. Y si encima Jesús Navas ayuda atrás como ayer, tanto mejor. El Zaragoza sólo remató una vez entre los tres palos.

Ataque

No es que el Sevilla fuera un huracán desatado, pero al menos se animó a atacar con constancia y cierta profundidad durante los primeros 35 minutos, más o menos. La pareja Meira-Ponzio naufragó ante la media sevillista, que ocupó los espacios mucho mejor. Sobre todo por la zona derecha, donde Coke creó superioridad con Trochowski y Jesús Navas, los apoyos fueron constantes y surgió lo que apenas ha aparecido este años en el Sevilla, la fluidez.

Pero también compareció... la inconstancia. Este Sevilla pierde su fuelle demasiado rápido, empieza a llegar tarde a los balones y da un irremediable paso atrás; con él, Manu del Moral quedó demasiado aislado arriba.

Virtudes

Esos 35 minutos iniciales reflejan que hay un dibujo en el que creer.

Talón de aquiles

No hay manera de que el Sevilla sostenga su intensidad.

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