Un año mágico para España con regusto amargo final
España
El campeonato en el Mundial de fútbol de Sudáfrica o la victoria de Nadal en el único 'Grand Slam' que le faltaba quedaron ensombrecidos por el caso Contador, la derrota de Alonso en F1 y, sobre todo, la 'operación Galgo'.
Cuando Iker Casillas levantó el 11 de julio la Copa del Mundo de fútbol en Johannesburgo, el año parecía destinado a ser el de mayor gloria del deporte español. Pero 2010 se amargó un poco justo al final.
El 9 de diciembre, la Guardia Civil española (policía militarizada) detuvo a 14 personas en el marco de una gran redada antidoping llamada operación Galgo. Entre los detenidos estaban la campeona mundial de atletismo Marta Dominguez y el polémico médico Eufemiano Fuentes. La acusación: tráfico de sustancias dopantes, un delito que conlleva penas de cárcel.
La operación policial no fue sino la culminación de algo más de dos meses de pesadilla para el deporte español.
El 30 de septiembre, Alberto Contador, tres veces ganador del Tour de Francia, anunciaba que había dado positivo por consumo de clembuterol. "Una contaminación alimentaria", se justificó.
El 14 de noviembre, Fernando Alonso perdió el título mundial de Fórmula 1 tras una desastrosa decisión estratégica en la última carrera del campeonato, en Abu Dabi. El alemán Sebastian Vettel fue el beneficiado.
El 2 de diciembre, España y Portugal dijeron adiós a su deseo de organizar el Mundial de 2018. La FIFA prefirió a Rusia.
España se llevó un golpe tras otro en el cierre de un 2010 que a mitad de julio parecía de ensueño.
"Habéis conseguido aglutinar a los españoles", dijo el rey Juan Carlos I a los campeones del mundo tras su triunfo en Sudáfrica. "Y hacer realidad nuestros mejores sueños".
País eminentemente futbolero, España había logrado laureles prácticamente en todos los deportes importantes menos en el que más le importa. Siempre entre los favoritos, la suya era una historia de frustraciones en los Mundiales.
Pero todo terminó cuando a cuatro minutos del final de la prórroga, Andrés Iniesta logró el 1-0 con el que los hombres de Vicente del Bosque se impusieron en la final de Sudáfrica 2010 a Holanda.
España ganó además siendo fiel a la filosofía estética que le llevó al título europeo en 2008. Un estilo trasladado al equipo nacional desde el Barcelona y reconocido por todo el mundo con la nominación de Iniesta y Xavi, junto al argentino Lionel Messi, como finalistas al Balón de Oro.
La generación dorada. Fútbol, baloncesto, tenis, waterpolo, atletismo, balonmano. Muchos fueron los deportes a los que se aplicó esa etiqueta en las últimas dos décadas, desde los Juegos de Barcelona 92, en España.
La victoria de Contador en el Toury el triunfo de Rafael Nadal en el Abierto de Estados Unidos, lo que lo convirtió en el séptimo hombre de la historia capaz de ganar en todos los escenarios del Grand Slam, no hicieron sino disparar la euforia en el país.
La selección de baloncesto fracasó en su intento de defender el título mundial en Turquía con un decepcionante sexto puesto, pero la ausencia de Pau Gasol, que ganó con Los Angeles Lakers su segundo anillo de la NBA, dejó la sensación de que hay margen de recuperación.
Los escándalos de doping, sin embargo, tienen un calado más profundo. "No se puede meter a todos en el mismo saco", insisten desde Pep Guardiola, entrenador del Barcelona, a Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE). Pero la duda se extiende entre los aficionados.
¿Cómo de largos son los tentáculos de la operación Galgo? ¿Tiene España un problema con el doping? Hay quien piensa que sí, como el presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI), Pat McQuaid. Y hay quien cree que los positivos son prueba del compromiso en la lucha.
"España no es un paraíso del doping", asegura el jefe médico de la Federación de Atletismo, Juan Manuel Alonso. "Aquí no se tapa a nadie", insiste el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky. De eso dependerá la credibilidad de España en 2011 como la nación deportiva perfecta.
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