Un mes paralizado esperando a Serra

El pasado 14 de mayo, Alexis Trujillo se incorporó al Betis como nuevo secretario técnico. La noticia, agradable a priori, se vio al poco enturbiada ante la seguridad de que la decisión había sido tomada en la sombra por Lorenzo Serra, quien días atrás había llegado a un acuerdo con el presidente del Betis, Manuel Domínguez Platas, para hacerse cargo de la dirección deportiva en cuanto pudiese desembarazarse del paquete mayoritario de acciones que posee del Mallorca, club medio arruinado por su deficiente y oscura gestión económico-deportiva. De hecho, en el propio consejo de administración hay voces, tenues pero discordantes, con la medida de Platas, auspiciada por quienes hace cuatro años lo introdujeron arteramente en el club verdiblanco.

Y un mes después, el Betis sigue paralizado y esperando a Serra. Alexis, atado de pies y manos, no se atreve a tomar decisiones por cuenta propia y la única medida deportiva a la fecha fue la contratación del entrenador. Astutamente, la entidad se quitó la escasa presión de un beticismo adormecido anunciado subliminalmente el fichaje de Julio Velázquez. Y nada le importó el daño realizado al Murcia, que se juega el ascenso con un técnico en la rampa de salida, justo como Serra en la final de Copa perdida en 1997 cuando ya había firmado por el Barça, rival en la cita y a la postre vencedor.

Respecto a los futbolistas, las noticias casi se reducen al adiós de Amaya, los deseos por renovar a algún futbolista de dudosa valía y los deseos de muchos de ellos por salir del club, amén de algún que otro fichaje frustrado e interés cierto por alguna medianía.