Sueños esféricos
Juan Antonio Solís
En nuestras miserias manda Javier Tebas
el derbi sevillano
Llega el primer derbi de la temporada un día antes de aquel que se disputó un 21 de septiembre de 1958, en un recién estrenado Ramón-Sánchez Pizjuán, del que el Betis salió victorioso con un marcador de 2-4. Y ese es el objetivo del conjunto verdiblanco mañana, conseguir un triunfo para que la rivalidad siga latiendo, después de que el color predominante en los últimos tiempos, en el clásico sevillano, sea el rojo. Y así lo dicen los números, pues los de Heliópolis sólo han sido capaces de vencer al Sevilla en 7 de los últimos 35 derbis en el Campeonato de Liga de Primera División, con 13 empates y 15 triunfos de los de Nervión.
Además, los heliopolitanos han recibido goleadas en sus últimas visitas al feudo sevillista, en los compromisos ligueros, evidenciando una falta preocupante de veneno para competir y dar la cara ante una afición que tras el choque ante el Granada mandó un mensaje claro a los futbolistas: "¡Échale... Betis, échale...". Y es que la parroquia verdiblanca, que siempre da la cara en el Sánchez-Pizjuán, quiere ver a su equipo competir al máximo en busca de un triunfo ante su máximo rival y en el campo de éste.
Si la racha del Betis es negativa en cuanto a resultados, la falta de veneno para competir ante el Sevilla vuelve a relucir en un nuevo dato, pues los béticos no han sido capaces de marcarle a los blanquirrojos en los últimos seis derbis. La última vez que lo hicieron fue en marzo de 2014, en la ida de los octavos de final de la Liga Europa, cuando los tantos de Leo Baptistao y Salva Sevilla certificaron una victoria (0-2) a la postre inútil, ya que los sevillistas pasaron la eliminatoria por penaltis y consiguieron ganar el torneo.
En la vuelta de aquella eliminatoria europea, el Sevilla ganó 0-2, con goles de Reyes y Bacca, y semanas después se jugó el segundo derbi de la campaña 13-14, en el que el Sevilla repitió el mismo marcador en el Villamarín, con un doblete de Gameiro. La temporada pasada, la de la vuelta del Betis a Primera, hubo cuatro enfrentamientos: en la Liga, empataron a cero en el Benito Villamarín y en el Sánchez-Pizjuán ganaron los locales por 2-0, con goles de Gameiro y Coke. En los octavos de final de la Copa del Rey, el Sevilla eliminó al Betis gracias a dos triunfos, el 0-2 obtenido en el Villamarín (Krohn-Dehli y Krichowiak), y el 4-0 logrado en la vuelta gracias a los goles de Reyes, Rami, Gameiro y Kakuta.
El mejor ejemplo de esto es el derbi de Liga de la pasada campaña en Nervión. Victoria de un Sevilla (2-0) al que le hizo falta muy poco para vencer a un Betis que ofreció escasos argumentos futbolísticos, y que salió de la caseta acomplejado tras el 4-0 encajado en la vuelta de la Copa. Ante la diferencia a nivel deportivo, los verdiblancos no tiraron de garra, espíritu ni amor propio. Ese otro fútbol tan necesario en los partidos de máxima rivalidad cuando entre un equipo y otro existe tanta diferencia. La posterior rueda de prensa del por entonces entrenador bético, Juan Merino, y las desafortunadas declaraciones de los jugadores verdiblancos, reconociendo sin más la superioridad sevillista, enfadaron a una afición que mañana espera que su equipo lo deje todo en el campo y gane.
En la temporada 2011-12 se produjo el último triunfo del Betis, en Liga, en el campo del Sevilla. Un derbi que el conjunto verdiblanco se llevó gracias a dos magistrales tantos de falta directa de Beñat, que sirvieron para voltear el tempranero gol de Negredo. El último tanto del vasco fue en el alargue y provocó el júbilo en un hinchada verdiblanca que, desde entonces, no ha visto ganar a su equipo un derbi, en el campeonato liguero, ni en el Villamarín ni en el Sánchez-Pizjuán, con goleadas como las de la temporada 12-13 (5-1) y la 13-14 (4-0).
El técnico mallorquín es el que más alegrías le ha dado a los béticos en los derbis, en las dos etapas que estuvo al frente del Betis. En total, Serra Ferrer dirigió al equipo verdiblanco en 10 encuentros ligueros ante el Sevilla, con un balance de cinco victorias, dos empates y tres derrotas.
El Betis no ha tenido en los últimos años ni un líder en el terreno de juego ni un dirigente capaz de inyectar el veneno necesario al plantel, como deja bien claro los resultados tan negativos en los choques frente a los de Nervión.
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