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España

Mas, el primer 'president' en convocar una consulta

  • La sociedad catalana ha pasado de la pregunta inicial de "¿qué piensa Mas?" al "¿qué va a hacer ahora Mas", tras convocar el referéndum de independencia.

Artur Mas (Barcelona, 1956), el hombre que siempre reivindicó su sello personal más allá de su mentor, Jordi Pujol, se ha convertido en el primer presidente de la Generalitat de Cataluña que convoca una consulta soberanista en el actual período democrático español. Mas ha firmado algo más que el decreto de convocatoria de una consulta para el 9 de noviembre que el Gobierno español impugnará argumentando que queda fuera del marco constitucional. Probablemente también ha sellado el acto por el que se juzgará la carrera política de quien hace doce años veía la independencia como una "utopía". Era 2002. Jordi Pujol le había señalado como su heredero y Mas no era aún muy conocido popularmente. Muchos se preguntaban entonces: ¿Qué piensa Artur Mas?

Precisamente este era el título de un libro publicado ese año, en el que Mas decía, sobre el independentismo, que "un proyecto político para el 15 o el 20% de nuestra sociedad no le conviene a la posición de liderazgo que quiere el nacionalismo catalán" En aquel libro-entrevista, la joven promesa de CiU apostaba por la "España plurinacional" como "la única posible en el futuro" y decía que "una manera óptima de conseguir el encaje que la haga viable sería una estructura confederal".

"Yo me quiero dirigir a la mayoría del país, y esta mayoría no está hoy por la independencia" -afirmaba entonces Mas- que opinaba que "un político que se dedique a hacer un discurso muy excitante dirigido a una parte de la población, que además en el caso de Cataluña es una parte minoritaria (...) creo que es un político que lleva el país hacia un escenario de frustración". Doce años después, es evidente que mucho ha evolucionado el discurso del hombre que ahora define públicamente la relación entre Cataluña y el resto de España en términos de "David y Goliat".

¿Actuará como el tecnócrata como se le describía en los inicios de su carrera política? ¿Será el corredor de fondo que no se desfondó en la travesía del desierto del Tripartito o la "flecha negra" como le apodaban en sus años de futbolista juvenil? Y es que cuando a principios de 2001 Jordi Pujol le invistió como sucesor, pocos apostaban a que Mas sería el primer presidente de la Generalitat en convocar trece años después una consulta soberanista.

Caricaturizado en los noventa como un robot en programas de humor de la televisión autonómica y señalado por sus críticos como fruto del "dedazo" de Pujol, Mas ya decía entonces que se veía más relevo que sustituto y parafraseaba a su admirado Kennedy diciendo que "el futuro no es un regalo, es una conquista".

Tras ser una "gota malaya" para el entonces "olímpico" alcalde Pasqual Maragall en el Ayuntamiento de Barcelona, Mas entró en el Govern en 1995, cuando el entonces conseller de Obras Públicas dimitió por un asunto de corrupción del que más tarde fue absuelto. Pujol movió banquillo y le llamó a calentar, no sin antes advertirle de que le iban a fotografiar "hasta las plantas" del balcón. Según el libro "Biografía de un delfín", de la periodista Montse Novell, frenó en seco unas obras de la cocina de su casa.

Estaba naciendo un político con más largo recorrido del que le auguraban sus adversarios. De Obras Públicas pasó Economía y su peso en el entorno de CiU fue haciéndose cada vez mayor. Rodeado de una guardia pretoriana de jóvenes de CDC, más de una vez se fajó a fondo en la carrera sucesoria de Pujol. Y ganó. Eso sí, siempre con el apoyo de Pujol, cuya sombra le persigue desde que éste confesara que ocultó dinero al fisco en el extranjero. Si su ascenso al olimpo de CiU fue propio de la "flecha negra" -de conseller en 1999 a cartel electoral de CiU en 2003- su llegada a president en 2010 fue de corredor de fondo, porque el tripartito del PSC, ERC e ICV-EUiA le cerró por dos veces el paso.

El resto es conocido: victoria en 2010, pactos con el PPC en 2010-2011, recortes por la crisis económica y reclamación, sin éxito, del pacto fiscal al Gobierno de Mariano Rajoy. Pero el 11 de septiembre de 2012 el guión salta por los aires. Tras una multitudinaria manifestación que la Asamblea Nacional Catalana ha seguido organizado cada Diada desde entonces, finiquita la legislatura y pasa del Pacto Fiscal a pedir un "Estado propio".

Para explorar esa nueva etapa adelantó elecciones buscando una "mayoría excepcional", y tras perder doce escaños, se apoyó en ERC con el mandato de celebrar una consulta soberanista. Políticos y empresarios que le trataron en su época de conseller dicen que Mas ha evolucionado desde la tradición pactista de CiU a liderar una causa que en 2002 consideraba numéricamente minoritaria.

Había señales antes de 2012. Mas ya votó a favor de la independencia en 2011 en una consulta popular no vinculante, y en julio de ese año, ante las juventudes de CDC, pasaba de reclamar la "transición nacional" a la "emancipación nacional" de Cataluña. Y  ha dado un paso más apelando al "derecho a decidir". Si en 2002 todos se preguntaban ¿Qué piensa Artur Mas?, doce años después la pregunta pertinente es: ¿Qué va a hacer ahora Artur Mas?.

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