Hermandad del Valle

El ex mayordomo del Valle dice que es un chivo expiatorio de la "desidia" de la Junta

  • Recurre al TSJA su condena de dos años por apropiarse de 134.000 euros

  • El dinero que falta es culpa del “descontrol” de la Junta de Gobierno

El ex mayordomo condenado abandona la Audiencia tras una de las sesiones del juicio

El ex mayordomo condenado abandona la Audiencia tras una de las sesiones del juicio / Juan Carlos Vázquez

El ex mayordomo de la hermandad del Valle, condenado por la Audiencia de Sevilla a dos años de cárcel por apropiarse de 134.000 euros, ha recurrido al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) insistiendo en que fue un “chivo expiatorio” para tapar el “descontrol y desidia” en la llevanza de las cuentas por parte de toda la Junta de Gobierno.

Antonio C.L., que fue mayordomo entre 2007 y 2015, asegura en su recurso que no existen pruebas suficientes, con la rigurosidad que exige el Derecho penal, de la apropiación indebida porque la sentencia se basó “única y exclusivamente” en sus dos reconocimientos de deuda firmados, pero “ni siquiera los peritos han llegado tal conclusión" sobre el importe sustraido.

"¿Acaso tenemos que hacer un acto de fe de que mi patrocinado se ha apoderado de fondos de la hermandad?", se pregunta la defensa en un recurso al que tuvo acceso este periódico.

"No ha encontrado ningún arrepentido” que le apoye

El defensor argumenta que, por desgracia, Antonio C.L. no ha podido encontrar a ningún testigo ni “arrepentido” que reconociera el “descontrol y la desidia de su propia Junta de Gobierno. Es cierto que la sentencia se basó en el “contudente” testimonio de todos los testigos, pero tal aspecto carece de valor porque con esa versión “eludían su responsabilidad por no tener un control” del dinero en efectivo que ingresaba la hermandad.

Por el contrario, esos testimonios tenían el  interés “incuestionable” en “tapar el descuadre contable que existió realmente en la hermandad y el deficiente sistema de llevanza de la contabilidad”, para lo que pusieron en marcha una “estrategia de acoso y derribo”.

Una de los hechos declarados probados, que el condenado se apropió de donativos que ingresaba en su propia cuenta bancaria, es definido como “meras conjeturas” pues el recurso sostiene que “el tribunal no tuvo oportunidad de examinar los movimientos de su cuenta”.

De lo contrario, las conclusiones que deben extraerse “son muy claras”: que ingresaba en su cuenta pequeñas cantidades, muchas de ellas con el concepto de “monedas”, procedentes de colectas o mesas petitorias y a los pocos días extraía esas cantidades en números redondos puesto que no podía hacer los pagos de la hermandad con   monedas sueltas.

“Cabeza de turco en una lucha interna”

Este ha sido el único recurso elevado al TSJA, ya que la Fiscalía no lo ha hecho y solicitará que se confirme la resolución de la Audiencia. La defensa insiste en que el ex mayordomo fue víctima de una “lucha soterrada” de dos posiciones distintas en la hermandad cuando surgió el problema contable y “fue elegido como cabeza de turco”.

Respecto al reproche de las magistradas de que el condenado no presentó testigos de descargo y ni siquiera acudieron al juicio sus familiares, la defensa alega al TSJA que se trata del  “corolario del infortunio para mi patrocinado” pues todos sus familiares, por acogerse a su derecho a no declarar, resulta que le han perjudicado.

Pero es que ni su esposa, hijos ni hermana “podían haber aportado nada respecto a la llevanza de las cuentas”.

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