Juicio de la muerte de una mujer en Torreblanca

El audio del acusado a su primo: "Esto no es un 'cachondeo', es un homicidio"

El acusado de matar a una mujer en Torreblanca

El acusado de matar a una mujer en Torreblanca / Juan Carlos Vázquez

La jefa del Grupo de Homicidios ha explicado detalladamente ante el tribunal del Jurado la invetigación llevada a cabo para detener a Manuel P. A. , días después de encontrar el cadáver de Trinidad F. B. "con evidentes signos de violencia" en el suelo de su domicilio de Torreblanca. La inspectora jefe declaró ante el tribunal del jurado que enjuicia la muerte de la mujer en la Audiencia de Sevilla que el acusado,en un primer momento aseguró a la Policía que la mujer llegó al domicilio tras haber recibido una paliza en la calle "por las deudas que tenía". Entonces, el ahora acusado fue considerado como testigo puesto que fue quien llamó al 112 aquel 26 de noviembre de 2020

Cuando los primeros policías llegaron al piso, encontraron a la mujer muerta, cubierta con una manta y con la parte inferior desnuda, salvo por los calcetines. El acusado tenía heridas en las manos "propias de haber dado puñetazos o golpes".  Él insistió varias veces en que Trini llegó a la casa con las heridas, se tumbó en el suelo y cuando se despertó al día siguiente se dio cuenta de que estaba fría, por lo que avisó al 112, "de hecho, tenía la estufa encendida en la casa cuando llegamos", explicó la inspectora jefe. Sin embargo, antes de llamar a Emergencias intentó localizar a su primo Eloy , que declaró como testigo durante la primera sesión del juicio, al que había dejado una gran cantidad de llamadas perdidas desde las seis de la tarde del día anterior. Incluso le dejó un audio inquietante: "Esto no es un cachondeo, es un homicidio".

La investigación policial descubrió que la mujer había sido víctima de malos tratos a manos del hombre por el que se vino de Murcia a Sevilla pero volvió unos meses después, en septiembre de 2020 con él con un resultado similar, por lo que terminó viviendo en la calle. Fue a él a quien el día antes de encontrar el cadáver, el acusado llamó varias veces para pedirle 150 euros. Hasta 16 llamadas perdidas constata la policía de Manuel P. A. a su teléfono.

Sobre el móvil de la muerte, la policía explicó al tribunal que los movimientos bancarios señalan que el importe de la pensión fue retirado íntegramente el 25 de noviembre. De hecho, hay imágenes del cajero que muestran a Manuel sacando dinero de la cuenta de Trinidad esa noche. La Policía considera que Trinidad tenía deuda con Eloy y Antonia "porque se encargaban de ella".

No es el único momento de la investigación donde la tarjeta de la víctima está en manos del acusado. El 24 de noviembre un repartidor llevó comida al domicilio que compartían todos y, al intentar pagar con una tarjeta y no poder, el pizzero, que aseguró a la policía que se lo había tomado a broma, les oyó decir al acusado y a Eloy: "es que es de una señora que nos debe dinero y, como no nos lo da, la tenemos secuestrada".

La jefa del Grupo de Homicidios explico ante el tribunal que Antonia y Eloy, que declararon como testigos durante la primera sesión del juicio, fueron detenidos en un primer momento como artífices de la trama.

Más de cuarenta golpes en el cuerpo

Las forenses que realizaron la autopsia afirnaron que el cadáver tenía 43 lesiones contusas repartidas por todo el cuerpo, pero sobre todo en la cabeza, el dorso y el abdomen. La mujer murió por un traumatismo craneoencefálico, aunque también tenía roto el bazo, costillas y el riñón izquierdo.  Según las forenses, la víctima forcejeó con el acusado porque tiene heridas defensiivas y ADN del acusado en las uñas.

Aunque hubo muchos golpes con brazos y piernas en todo el cuerpo, el que causó la muerte fue el recibido en la cabeza que la dejó inconsciente, por lo que, según las forenses, lo más probable es que Trinida cayera al suelo, donde siguió recibiendo patadas y gopes "con un objeto cilíndrico y estrecho que podría ser un latiguillo de fontanería", sobre todo en el lado izquierdo del cuerpo.

Las lesiones no provocaron la muerte inmediata, por lo que seguramente quedó inconsciente varias horas hasta que murió. La posibilidad de morir habría disminuido si hubiera recibido atención sanitaria.

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