Un jurado popular ha declarado este viernes a Adrian N. culpable de violar y asesinar a su expareja Rocío Cáiz, que en el momento de su muerte tenía 17 años, durante una discusión que mantuvieron en Estepa el 2 de junio de 2021. Las cinco mujeres y los cinco hombres que han enjuiciado al acusado en la Audiencia de Sevilla han considerado que tuvo relaciones sexuales "en contra de la voluntad" de la víctima, a la que además forzó "con violencia", y que a continuación la mató estrangulándola con un cordón, por detrás y "de manera que impidió cualquier defensa efectiva" por parte de la joven.

Tras oír este veredicto, la Fiscalía ha modificado su calificación de los hechos. Tras mantener inicialmente que se correspondían con un homicidio, pedir catorce años de cárcel y no acusar por violación, en sus conclusiones definitivas ha reclamado que el acusado sea condenado a prisión permanente revisable por un delito de asesinato y otro de agresión sexual. Los familiares de Rocío, lógicamente, han mantenido su petición de condena máxima, a la que se ha adherido el Ministerio Público. La defensa, por último, ha vuelto a reclamar la pena mínima legal.

Los jurados han considerado probado por una mayoría de ocho votos que el día de los hechos, sobre las 19.45 horas, Adrian N. forzó a Rocío a tener sexo con él. También, aunque en este caso por unanimidad, que sobre las 19.50, "en el curso de un enfrentamiento mutuo y con la intención de acabar con su vida o al menos siendo consciente de que podía producirle la muerte", le rodeó el cuello con un cordón y la mató "por estrangulamiento".

"La mató colocándose por detrás, sin que ella pudiese defenderse, ya que la atacó por sorpresa y ella se encontraba desprevenida", ha relatado el portavoz del jurado. A continuación, según ha declarado probado el veredicto por unanimidad, descuartizó su cadáver con dos cuchillos, metió los "restos desmembrados" en varias bolsas y "las esparció por diferentes zonas de Estepa", aunque también conservó algunas.

El delito de suplantación de identidad igualmente ha quedado demostrado por unanimidad. El 3 de junio, de acuerdo con el veredicto, el asesino empleó el móvil de Rocío, "se hizo pasar por ella y mandó mensajes a su madre y su hermana mayor en los que les decía que se había ido a Badajoz con un muchacho del que se había enamorado". También les rogó que cuidasen de su hijo, el que había tenido con el propio Adrian apenas cuatro meses antes.

El único delito importante del que se ha librado el asesino y violador de Rocío es el de maltrato. La familia de la víctima denunció que eso es lo que había ocurrido durante toda la relación, pero el jurado, por una mayoría de ocho votos, lo ha considerado no culpable de maltratar "ni física ni psicológicamente" a la menor mientras fueron pareja.

A favor de Adrian N. ha jugado otra conclusión del jurado: la de que "manifestó" a los agentes que lo detuvieron "los lugares donde había ocultado los restos" de Rocío, con lo que "facilitó el esclarecimiento" del caso. Además de la atenuante de confesión, el asesino podrá beneficiarse de la de reparación parcial del daño, ya que consignó 3.000 euros antes del juicio para afrontar la indemnización a los familiares de Rocío. "Es una reparación parcial pero no significativa", ha aclarado el portavoz del jurado.

Las heridas defensivas y las dudas que dejaron los forenses sobre la violación

Antes de abandonar la sala, el abogado del condenado ya ha anunciado que recurrirá la sentencia que en su día dicte la presidenta del Tribunal del Jurado. Durante el juicio, los forenses que practicaron la autopsia a los restos de Rocío abonaron el terreno para que el acusado fuese castigado por asesinato, ya que afirmaron que la estranguló "por detrás", aunque también dejaron claro que la víctima presentaba lesiones defensivas. Y respecto al ataque sexual, primero aseguraron que en sus genitales "no se apreciaron lesiones compatibles con una agresión sexual", aunque más tarde matizaron que "en el 80%" de estas agresiones "las lesiones son cero".