Pilar Cernuda

Regreso al bipartidismo

Las claves

Ciudadanos profundiza tanto su crisis que corre riesgo de desaparecer, la supervivencia de Podemos es difícil sin Iglesias y sólo Vox parece firme

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Pablo Casado, n el Palacio de La Moncloa.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Pablo Casado, n el Palacio de La Moncloa. / Emilio Naranjo (Efe)

09 de mayo 2021 - 03:00

En el 2015 irrumpía Ciudadanos en el Congreso de los Diputados con 40 escaños, después de conseguir representación parlamentaria en varias regiones y el Parlamento Europeo. Ese mismo año lo hacía también Podemos con 42 escaños y, como Ciudadanos, con presencia previa autonómica y europea, y en el 2019 era el turno de Vox, con 24 escaños en las primeras elecciones generales de ese año y 52 en las segundas.

Todo eso ha cambiado el pasado martes 4. Las elecciones madrileñas, como se advertía desde antes de su celebración, cambiarían el futuro mapa político de España. Ciudadanos profundiza tanto su crisis que corre el riesgo de desaparecer, la supervivencia de Podemos es difícil sin Pablo Iglesias, y solo Vox parece firme aunque en Madrid no ha conseguido el número de escaños que pretendía. Pero tampoco perdió terreno.

Si a ello se suma que los independentistas catalanes se encuentran tan divididos que inevitablemente su poder de negociación con el gobierno central será menos relevante que hasta ahora, pues al dividirse los partidos se dividirán también sus escaños en el Congreso, y todos los analistas coinciden que queda poco tiempo de vida a los nacionalistas y regionalistas de nuevo cuño con uno o dos escaños en el Congreso.

Todo apunta a que de forma gradual España regresa al bipartidismo, como en los mejores tiempos de la historia política reciente

Todo apunta por tanto que de forma gradual España regresa al bipartidismo, como en los mejores tiempos de la historia política reciente, con dos grandes partidos que se turnaban en el gobierno, PSOE y PP, con otros partidos con mucho menos peso con los que negociar las iniciativas parlamentarias más polémicas. La tendencia es que con el tiempo parte de los parlamentarios e incluso dirigentes de los otros partidos pueden ir sumándose al PP y PSOE, con más dificultades para Vox, que defiende unos principios que en muchos casos son incompatibles con los que defiende el

PP, por mucho que desde la izquierda se acuse al PP de defender las mismas políticas que el partido de Abascal.

Si en las próximas generales se empieza a configurar un nuevo bipartidismo no será una mala noticia. La experiencia de estos años demuestra que a nadie le va bien con tantos y tan pequeños grupos como los que sientan en el Congreso, que en muchos momentos han provocado situaciones de ingobernabilidad que han dejado muy tocados a los ciudadanos, víctimas de iniciativas políticas erráticas que venían obligadas por gobiernos muy débiles obligados a pactar con partidos a los que , en muchos casos, los españoles les interesaban los justo. Lo justo para conseguir prebendas para sus regiones … o poder institucional.

La ausencia de Iván Redondo

Psoe y Pp se encuentran por tanto en una situación que les obliga a hacer un esfuerzo superlativo para fortalecerse e incrementar sensiblemente su actual representación parlamentaria. Y las elecciones madrileñas, en los dos casos, han puesto de relieve sus puntos fuertes pero, también, los más débiles, los que deben corregir si pretenden convertirse en partidos gobernantes.

Pedro Sánchez ha salido muy malparado del 4-M y se niega, al menos públicamente, a asumir los errores cometidos. Por él mismo, no por su candidato. En la reunión del comité federal celebrado el jueves hizo una aparente autocrítica, pero no fue tal, solo reconoció errores de campaña. Para anunciar a continuación que no pensaba tomar las medidas que se suponía iba a tomar, cambios en el gobierno y en su equipo. Su idea es seguir con el gobierno actual y también con su jefe de Gabinete.

Este último, Iván Redondo, puede tener las horas contadas a pesar de que Sánchez quiere mantenerlo. No hay dirigente socialista con el que se hable que no cargue las tintas contra Redondo, y la portavoz parlamentaria Adriana Lastra incluso lo ha expresado verbalmente. Hay un par de datos significativos, Redondo no estuvo en Moncloa ni en Ferraz la noche electoral, lo que podría demostrar que no se siente muy querido ahora mismo entre los que dirigen el partido.

Sí han asumido responsabilidades el candidato socialista Ángel Gabilondo y el secretario general del partido en Madrid, José Manuel Franco; el primero no tomará posesión de su escaño y el segundo ha dimitido de su cargo. Pero Sánchez se equivoca si cree que ahí acaba todo. El malestar entre sus filas es creciente … y las críticas hacia su persona mucho más serias de lo que supone, aunque en el federal las voces discrepantes apenas se escucharon entre otras razones porque se trata de un federal que Sánchez, en el último congreso de su partido, ya se ocupó de que no formaran parte de él los críticos … excepto los cargos electos.

Echó algún bocado a los leones al anunciar que se abría un expediente de expulsión a Joaquín Leguina y Nicolás Redondo por su aproximación as Isabel Ayuso, a lo que Leguina ha respondido con un expresivo “Me la suda” en la entrevista que le ha hecho Alsina en Onda Cero , añadiendo que solo volvería el Psoe cuando no estuviera Pedro Sánchez.

Casado 'versus' Ayuso

Sánchez, además de cómo ha dividido internamente el Psoe, cosecha sucesivos fracasos –País Vasco, Galicia y Madrid- , en esta última región ha sufrido el “sorpasso” de Más Madrid del que es principal responsable porque él eligió candidato, hizo la lista y marcó la estrategia electoral.

Se enfrenta ahora a un nuevo reto: mantener su poder en Andalucía. Pretende quitarse de en medio a Susana Díaz y en el comité federal llevó la propuesta de convocar primarias en Andalucía el 13 de junio con Juan Espadas, alcalde de Sevilla, como el candidato que respalda la dirección del partido. Díaz no se ha amilanado y el jueves anunció su candidatura. A ver quién gana esas primarias pero, como sea Susana Díaz, será imposible la situación de Pedro Sánchez .

A eso hay que sumar la cadena de medidas que se van a tomar porque solo así Bruselas hará llegar los fondos de recuperación: incremento de impuestos, subida del diésel, anulación de las declaraciones conjuntas de IRPF, armonización del impuesto de sucesiones para impedir que algunas comunidades en manos del PP los tengan prácticamente anulados, subida de la factura energética, nuevas normas para las pensiones … y pago de peajes en autopistas y carreteras principales. Algunas de esas medidas, que afectan sobre todo a las clases media y baja, las aplicarán a partir del 2024.

A nadie se le escapa ese dato: las elecciones generales están previstas para el 2023.

El PP se ha debilitado

En el PP, Casado sigue empeñado en presentarse como copartícipe del éxito de Isabel Ayuso. Se equivoca si su estrategia se basa en esa premisa, que es falsa. Si pretende ganar elecciones lo primero que tendrá que hacer es potenciar su equipo –ha sido uno de los éxito de la madrileña, su equipo-, acercarse más a la gente y a sus problemas en vez de centrarse en las intervenciones parlamentarias, siempre brillantes pero con las que no se ganan elecciones. Por otra parte sería bueno que dejara de provocar tensiones en el partido con el argumento de la necesaria renovación de cargos provinciales.

Presume de que esa renovación se está haciendo a través de pactos y no es cierto. Si mantuviera más contactos con sus militantes vería el malestar que causan muchos de esos cambios. En la mayoría de ellos prima más la relación de amistad con el secretario general Egea que la trayectoria realizada en el partido.

El punto flaco de Casado es precisamente aquello de lo que más presume: no ha potenciado el PP, sino que lo ha debilitado. Todo lo contrario de lo que ha hecho Ayuso: defender a los madrileños con uñas y dientes, hasta el punto de que la han votado un número importante de socialistas, -además de votantes de Ciudadanos- y premiar a quienes se han dejado la piel trabajando por y para el gobierno regional. Fue idea de Ayuso imponerse a Génova y colocar a sus consejeros como principales integrantes de su lista electoral.

El 4-M ha sido el punto de partida para una España política con importantes cambios. Entre otros, que se vislumbra una España que retrotrae a años anteriores: bipartidismo

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