Un año marcado por la esperanza

Retos. Arranca 2021 con un clima lleno de incertidumbres, desde la crisis económica al futuro del Gobierno de coalición y al devenir de Juan Carlos I, aunque la vacuna sí es motivo de dicha

Una sanitaria pone la vacuna de Pfizer a una anciana en Madrid.
Una sanitaria pone la vacuna de Pfizer a una anciana en Madrid. / Juanjo Martín / Efe

03 de enero 2020 - 06:00

Miedo a la tercera ola, que puede ser más letal que las dos primeras; miedo a la precariedad económica, al paro, al final de los ERTE, a los ERE, al cierre del negocio, a la quiebra de la empresa que nos da trabajo o que se levantó con tanto esfuerzo. Miedo a las iniciativas no siempre sensatas del Gobierno y miedo a las consecuencias del Brexit. Se inicia 2021 en una situación angustiosa incluso en el aspecto personal, con toques de queda, confinamientos parciales, imposibilidad de relacionarse mínimamente con familiares, no digamos con los amigos. Y se inicia con una esperanza: la vacuna.

Pfizer es el nombre milagro, aunque otros laboratorios envían también sus vacunas a los confines del mundo. Pero Pfizer fue la primera y, a pesar de las dificultades de conservación y transporte, ha conseguido que una semana antes de que empezara el año haya ya una vacunación masiva en muchos países.

No puede ser peor 2021 que 2020, que quedará marcado para siempre como un año maldito.

Esta generación es la primera de la historia que no ha conocido una guerra, pero se ha topado con una pandemia que ha dejado una huella profunda en la humanidad, con millones de muertos. Sólo la vacuna pondrá fin a esta pesadilla.

En el plano social se advierten amenazas que pueden convertirse también en pesadilla, relacionadas con la economía y las consecuencias de la precariedad. Los pronósticos respecto al paro son angustiosos. Bankinter lo sitúa muy cerca del 18%, dos puntos más que en 2020, mientras el de la Eurozona pasará del 8,3% al 9%; el FMI es algo más optimista, calcula que el paro en España se situará en torno al 17%. Los ERTE afectan hoy a 750.000 españoles, y la gran incógnita es qué sucederá desde el 31 de enero, cuando finaliza su vigencia, ya prorrogada.

Son perspectivas muy poco halagüeñas para el empleo y la economía, y serán referente de la vida cotidiana en 2021, año en el que la prioridad del Gobierno debería estar en crear trabajo. Las subvenciones y el ingreso mínimo vital ayudan a paliar las situaciones más desesperadas, pero el futuro del país puede ser negro si no se toman las medidas necesarias para reducir el paro, con cifras que si no mejoran harán imposible la desaparición de las colas del hambre, imágenes demoledoras junto a las de los fallecidos y muertos.

La incógnita de los indultos

Se presenta 2021 con varias incógnitas y muchos retos. Entre las primeras, en el plano político, la más importante es si se mantendrá el Ejecutivo de coalición. El propio Pedro Sánchez, en el balance de fin de año, aseguraba que la alianza está fuerte y no ve peligro de ruptura, pero las tensiones internas ponen en cuestión esta afirmación tan tajante. La sensación en 2020 fue que el interés por mantenerse en el poder prevalecía sobre las diferencias que separan a los dos partidos, y en 2021 se verá si continúa esa situación de anteponer las ambiciones personales.

Llegarán en 2021 los fondos europeos de reconstrucción y, con ellos, problemas añadidos a los ya asistentes. Algunos los provocarán los gobiernos autonómicos que se sienten discriminados, pero también de los dirigentes de Podemos y del PSOE con estrategias políticas muy marcadas para hacer uso de esos fondos, que Bruselas va a controlar de forma exhaustiva para que se destinen a aquellos sectores para los que se han creado.

Cataluña recobra protagonismo con las elecciones del 14 de febrero. De nuevo aparece la incógnita de si los independentistas se imponen a los constitucionalistas o al revés. Los secesionistas aparecen muy divididos, con Puigdemont a la baja, pero tampoco está en las mejores condiciones ERC, porque la prisión de sus máximos dirigentes impiden una actividad en primer plano. El Gobierno ha dado pistas para pensar que va a indultarlos, pero si lo hace, será tras las elecciones. El indulto debe ser aceptado necesariamente por el tribunal que condenó a los líderes del procés, y aunque los fiscales del Supremo se han manifestado contrarios, queda saber cuál es la posición de la Sala que tiene la última palabra.

Los últimos días de 2020 hubo un importante movimiento en Cataluña: Salvador Illa será el candidato del PSC en lugar de Iceta, y el PP catalán ha fichado a la dirigente de Cs Lorena Roldán para ser número dos de Alejandro Fernández. La elección de Illa pretende captar votos de Ciudadanos, que es lo mismo que quiere Fernández al sumar a Roldán. El 14-F es una fecha clave para Cs, pero también para PSC y PP, que necesitan incrementar sensiblemente sus escaños. En el caso de los populares, es cuestión de supervivencia; en el de los socialistas, su reto es convertir a Illa en president con una coalición con ERC y En Comú. Tarea muy difícil porque sólo ocurriría si el PSC logra más votos y escaños que ERC.

La Ley de la Corona

Desde el punto de vista institucional, dos cuestiones de máxima relevancia dirimirán el nuevo año: la Corona y la independencia del Poder Judicial. Sánchez insiste en que no peligra la Monarquía, pero muchos españoles consideran que no la defiende suficientemente ante los ataques de Podemos y, sobre todo, de su vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, que se alterna con Echenique para lanzar ataques desaforados a la Corona y declaran que trabajan por el advenimiento de la república. 2021 será banco de pruebas sobre el respaldo de Sánchez a la Corona, con un reto inmediato y un segundo que se planteará a medio plazo.

El inmediato, resolver la situación de Juan Carlos I, desterrado en Abu Dhabi desde el 3 de agosto porque así se lo trasladó el Gobierno a Felipe VI. El Rey emérito tenía todo previsto para regresar en Navidad pero se le aconsejó que aplazara el viaje. Es lo que desea, y tanto el Monarca como el Ejecutivo están de acuerdo en que no se puede prolongar la situación sine die. Es un hombre de 83 años, enfermo, y aunque se conocen operaciones financieras que han provocado indignación, decepción y escándalo, no tiene ninguna causa abierta y él niega que sea verdad todo lo publicado.

Para millones de españoles, incluso los decepcionados, es también un referente de lucha por la democracia en tiempos difíciles, que ha prestado grandes servicios a España. Impedirle el regreso es un riesgo de imprevisibles consecuencias, y será en 2021 cuando se concretará la decisión que tome el Rey sobre su padre, siempre en consonancia con el Gobierno, pues el Jefe de Estado constitucionalmente debe actuar conforme al Ejecutivo.

La Ley de la Corona se menciona desde hace años cuando hay algún acontecimiento de la Monarquía, positivo y negativo, desde la boda de don Felipe al nacimiento de la Infanta Leonor, la abdicación de don Juan Carlos o las noticias sobre sus operaciones financieras y su situación tributaria.

No se sabe si es intención de don Felipe y de Sánchez llevar esa ley al Parlamento, pues necesariamente tendría que contar con el respaldo de los dos partidos mayoritarios. Las relaciones entre Sánchez y Casado son distantes, ninguno pone excesivo interés en el acercamiento aunque ya hay miembros del Gobierno que se expresan abiertamente a favor de pactos con el PP, y por tanto si no hay un cambio en la situación es difícil que esa ley se concrete. Más fácil es un acuerdo respecto a la independencia de la Justicia porque la Comisión Europea ha dado un toque de atención al Gobierno cuando vio la propuesta de las nuevas condiciones para elegir a los miembros del Poder Judicial.

Desde La Moncloa dice que se han aplazado las negociaciones hasta después de las elecciones catalanas, a Sánchez le interesa conocer cómo está el panorama, quién recupera fuerzas y quién las pierde. Pero la razón auténtica es que no quieren recibir una llamada de atención de Bruselas respecto a la obligación de respetar la independencia judicial.

Empieza 2021, por tanto, con un clima denso, cargado de incógnitas e incertidumbres. Con una esperanza por encima de cualquier otra: que la vacuna ponga punto final a una pandemia que sólo ha traído amargura.

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