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Crónica Personal

Un año soñando con el regreso a casa

Espera. El Rey emérito está deseando volver a España al cumplirse un año de su marcha a Abu Dhabi, pero por ahora no hay planes inminentes para que recupere su anterior vida

Don Juan Carlos.

Don Juan Carlos. / EFE

Sabía que no se trataba de unas vacaciones, pero explicaba a sus familiares y amigos que se tomaba la salida de España como unas vacaciones. Un viaje con vuelta en pocos meses, mientras se aclararan las cuestiones relacionadas con los 100 millones de dólares que el rey de Arabia Saudí colocó en 2008 en un banco suizo a su nombre.

Ha transcurrido un año desde que un avión lo trasladó desde Vigo a Abu Dhabi, uno de los emiratos del Golfo Pérsico, donde el emir Jalifa ben Zayed Al Nahayan, que considera al rey Juan Carlos parte de su familia, le dio acogida y lo instaló en un lujosísimo hotel, propiedad del patrimonio del Estado, donde tenía garantizada todas las comodidades, seguridad y privacidad absoluta. Con el tiempo, cuando se asumió que don Juan Carlos no tenía fácil el regreso a España, se le acondicionó una lujosa villa en una isla privada, adaptada a sus dificultades de movilidad y a la necesidad de hacer su rehabilitación. Cada pocos días acude a revisión médica a un hospital donde fue operado poco después de llegar a Abu Dhabi.

Mucho se ha escrito sobre la situación del Rey emérito, de su salida de España y de sus dineros y operaciones financieras. Muchos de los datos publicados eran falsos, varios a sabiendas y a veces facilitados por fuentes oficiales. Miembros del Gobierno, como Pablo Iglesias, se referían a don Juan Carlos como el "huido", cuando sabía perfectamente que el Ejecutivo aconsejó, más bien decidió, que se marchara, como así se lo comunicó Carmen Calvo al Jefe de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín. Con un añadido que don Juan Carlos no conocía cuando se redactó la carta, pactada con la Casa y el Gobierno, en la que el Emérito anunciaba a su hijo su decisión de abandonar temporalmente España: que se le retiraba su asignación como ex Jefe de Estado. No era cuestión menor, y ha estado muy presente en todo lo relacionado con la estancia de don Juan Carlos en Abu Dhabi.

Su única obsesión es regresar a España, a casa, a La Zarzuela, de donde salió hace un año con un par de maletas, y a la que le impiden regresar. No cuenta con otra vivienda propia, tampoco con ingresos, y las cantidades ingentes de dinero que se le adjudican no son tantas o no tiene acceso a ellas: el dinero saudí, 65 millones de euros, los transfirió a su entonces amante, Corinna Larsen, que se niega a devolverlos alegando que se trataba de una donación con la que don Juan Carlos quería demostrarle su aprecio personal y a su hijo Alexander.

El puzle de las cuentas

A lo largo del año han aparecido cuentas en paraísos fiscales a nombre de sociedades participadas por el Monarca emérito, también testaferros, y un familiar que le pagaba sus viajes y los de su familia. Por afán de ayudar, declaró ante quienes investigan la posible fortuna oculta del Rey. La conclusión a la que llegan quienes están cerca de don Juan Carlos es que no sabe exactamente qué tiene, dónde y por qué. Una serie de testaferros y asesores han movido los dineros que tenía o creía tener, creando sociedades y usando bufetes en distintos paraísos fiscales. La única realidad es que el Emérito ha hecho dos regularizaciones con Hacienda, la primera por más de 600 mil euros por los regalos de un empresario mexicano, Allen Sanginés-Krause, y la segunda por los viajes que durante diez años había pagado la fundación Zagatka, de su primo lejano Álvaro de Orleans.

Para pagar esta última, de más de cuatro millones, don Juan Carlos acudió a varios empresarios españoles para que, a través de una operación muy minuciosa con las normas fiscales, le prestaran el dinero para saldar la deuda.

El fiscal Bertosa en Suiza, y la Fiscalía española –en coordinación con el primero– investigan desde hace más de un año todas las informaciones sobre el dinero de don Juan Carlos, y no hay ningún procedimiento abierto en España ni en Suiza. Se ha tomado declaración a sus testaferros y se sigue la pista de las cuentas que podría tener en diferentes países, según varios medios. Las informaciones más graves proceden de Corinna Larsen, con la que se entrevistó el ex comisario Villarejo, que buscó como intermediario para la cita al ex presidente de Telefónica Juan Villalonga.

Villarejo grabó la entrevista de los tres en un hotel de Londres, y la facilitó a varios medios por capítulos. Larsen ofreció entrevistas en las que trataba de poner a don Juan Carlos en el foco de las operaciones económicas de las que forma parte ella misma, ya que Bertosa tiene también a la ex princesa entre los investigados y ella teme por su futuro judicial. Acaba de presentar una demanda al Rey emérito ante la Justicia británica exigiendo una orden de alejamiento, ya que dice sentirse amenazaba por él personalmente y también por el ex director del CNI Sanz Roldán, que supuestamente la amenazó en una reunión en Londres por encargo de don Juan Carlos.

Estos asuntos, en los que se entremezclan intereses económicos, políticos y judiciales, hacen muy difícil que don Juan Carlos pueda regresar a corto plazo, aunque sea su obsesión.

La visita navideña

Su vida en Abu Dhabi es de lujo, pero dura. Sigue día a día las noticias de España y más de una vez se queda atónito con lo que lee o escucha. Su última noche en España transcurrió en Sanjenjo, donde cenó en casa de Pedro Campos, su residencia habitual en esa localidad gallega donde ha ido tanto en los últimos años. Campos ha contado que cenaron solos él y su mujer con el Rey, que no les dijo que al día siguiente se iba a Abu Dhabi. Algunos medios dijeron que la cena había sido multitudinaria y festiva.

Campos habla por teléfono a menudo con él, pero otros que tanto han presumido de su amistad, y se han aprovechado –ir en el avión del Rey en un viaje de empresarios abre muchas puertas–, no le respondieron positivamente cuando les pidió ayuda para hacer frente a su regularización con Hacienda.

Sus hijas siguen siendo sus visitantes más asiduas, las infantas Elena y Cristina han ido a Abu Dhabi cuando su trabajo lo ha permitido, y también le ha hecho especial ilusión a don Juan Carlos la visita de su hermana doña Margarita. La persona a la que ve con más frecuencia es el general Sanz Roldán, principal interlocutor con la Casa, a través de Jaime Alfonsín. E interlocutor también con otras autoridades y personas de diferentes sectores.

La relación con Felipe VI es difícil. Están los dos en una situación complicada porque, para ambos, lo principal es la Corona, como así se recoge en la carta en la que don Juan Carlos le traslada a su hijo su decisión de irse temporalmente. Hablan de tarde en tarde. Las infantas apenas se relacionan con su hermano y por tanto no hacen tampoco de canal de comunicación. Sí habla don Juan Carlos con doña Sofía. Pero las cuestiones importantes sobre su situación, y la situación futura, se canaliza fundamentalmente a través de Sanz Roldán.

El emir le demuestra permanentemente su afecto. El día de Navidad, que don Juan Carlos pasó solo con su personal, el jeque Zayed Al Nahayan se presentó en su casa para expresarle su respeto y su cercanía en una fecha que sabía era muy especial para los cristianos.

Hace pocas semanas se ha cumplido el plazo necesario para que cualquier residente en los emiratos pueda tener allí su domicilio fiscal. Eso puede cambiar su situación futura. Las investigaciones en España seguirán su curso, pero al menos tendrá un lugar de referencia domiciliaria, ya que se aleja su sueño de vivir en La Zarzuela. El día que lo autoricen a regresar, lo hará de inmediato, y pasará temporadas aquí aunque si las cosas no cambian sería Abu Dhabi su país de residencia.

Si se concreta así su nueva vida en Abu Dhabi, hasta es posible que don Juan Carlos se convierta en alguien con el que contar en el escenario internacional. No hay en este momento ningún personaje con tantos contactos de máximo nivel en el mundo árabe y en el occidental.

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