Añoranza del amigo

27 de noviembre 2025 - 03:08

Cuando la abundante caída de tacos de almanaque en que consiste el tiempo de supervivencia, la vida misma en su exacta crueldad, se echan de menos cosas. Y una que se erige en líder de tantas ausencias es acordarse de la cantidad de amigos médicos que nos honraban con su amistad, pero sin hacernos falta su servicio. Y ahora, cuando el otoño va convirtiéndose en invierno vital y sus necesidades se hacen perentorias, resulta que son ellos los que faltan. Han palmado o andan en absoluta y jubilosa jubilación, con lo que de ellos nos queda la amistad, pero no el servicio. Son los contratiempos que acarrea ese ciclo vital que va alargándose y que tampoco es que haya prisas por su finalización. Pero tampoco es motivo de lamentaciones ni tampoco de quejas tras haber sido atendido en la sanidad pública con magnífico empeño aunque no con la premura deseada. Pero cómo se echa de menos a esa legión de galenos que nos solucionaban ipso facto el problema, precisamente cuando los problemas apenas existían.

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