Anda el sevillismo subido en una inesperada ola de ilusión que ha tenido su mejor reflejo en los corros de conversaciones de sus aficionados durante la recién concluida Feria de Abril. Si ésta ya se presentaba feliz para los feligreses de la parroquia de Nervión desde la memorable noche de la eliminación del Manchester United, la forma en que llegaron los triunfos sobre el Villarreal y el Athletic, éste en la efeméride perfecta del gol de Puerta, 27 de abril y jueves de Feria, terminó de redondear la euforia. Pero toca trabajar y esforzarse en este 1 de mayo, día festivo.

La principal duda para el partido ante el Girona es si estará en condiciones de jugar Jesús Navas, quien a sus 37 años está realizando una demostración de competitividad impresionante como volvió a manifestarse en su titánica lucha frente al menor de los Williams. El joven Nico, con 17 años menos que el capitán del Sevilla, fue un incordio ante el que respondió con entereza y oficio hasta que sintió un pinchazo. Y hoy los sevillistas esperarán de nuevo su concurso e incluso lo preferirán a Montiel, todo un campeón del mundo, el héroe de la final ante Francia, aunque Mendilibar sabe que no debe forzarlo y que debe darle sitio al argentino.

Con su mensaje sencillo de "disfrutar al máximo" o "seguir en la misma línea", Jesús Navas sigue al pie del cañón, alejado de grandilocuencias y focos, con la misma firmeza con la que peleó aquel balón que dio origen al gol de Iniesta en el Mundial de Sudáfrica.

Que el palaciego esté hoy en la convocatoria después de que Mendilibar lo dejara "en la camilla" el sábado es una prueba de lo que significa el fútbol para este mito viviente del Sevilla, que mantuvo la ilusión incluso en los peores momentos. Porque lo suyo es disfrutar -siempre "al máximo"- en cada entrenamiento y en cada partido, sin hacer cuentas de la lechera ni dejarse llevar por vanos espejismos. He ahí el magnífico ejemplo de un currante multicampeón en este Día Internacional de los Trabajadores.