El parqué
Continúan los máximos
Pistoletazo de salida para una carrera que tendrá su meta cuando Baltasar cumpla con su cometido. Más luminosa que nunca, incluso cegadora en los puntos más significativos de la ciudad, la Navidad ha llegado. Noviembre aún, las prisas por llegar antes que el resto prevalece y cada año son más urgentes las urgencias por alumbrar lo que hubo un tiempo en que era calificado como solsticio de invierno. La fiebre laica que nos invade ha sufrido una depreciación y con el gigantesco belén de San Telmo se colman todas las apetencias. Miles y miles de bombillas iluminan la ciudad desde que anoche se produjo el encendido y sólo falta que esa banda sonora del monocorde villancico que anuncia cómo los peces no dejan de beber le dé el pase de la firma a la cosa. Eran tremendas anoche las riadas de gente que, camino de ninguna parte, colmaban el corazón de la ciudad. Nunca tanta luz y tantas ganas de fiesta, que con la que nos está cayendo encima ya tiene mérito, mucho mérito.
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