Previsiones que inquietan sobremanera

Esta calma que disfrutamos, calma chicha con los mercurios desbocados, resulta inquietante. Porque si la tempestad precede a la calma, al revés también se prodiga, ergo como para no inquietarse cuando lo que está por venir se encuentra a punto de llegar. Por si fuera poca la zozobra, nuestro meteorólogo de guardia, ese coetáneo con el que tanto fútbol compartimos que es José Antonio Maldonado, ya ha desatado los nervios del personal. Ha dicho el muy soleano y sevillista hombre del tiempo que el domingo no sale ni una a la calle, con lo que aviados estamos con el porvenir más cercano. Y con el síndrome de abstinencia que tenemos tras pandemia y lluvias, los adentros se encogen para rogarle a todos los santos del Cielo que las lluvias pasen de largo, que ya está bien con lo que nos cayó hasta hace tan sólo un rato.