Análisis

José García-Tapial

Arquitecto municipal jubilado

Un solar en la calle Becas

El autor argumenta que la asignación de esta parcela municipal no debe corresponder ni a Policía Local sólo para estacionar unos vehículos, ni mucho menos a Emvisesa

Un solar en la calle Becas.

Un solar en la calle Becas. / M. G.

Hace algunos días informaba Diario de Sevilla que, desde hace un año y debido a la lejanía entre la comisaría de la policía local del Distrito Centro, sita en la calle Crédito, y el espacio donde se estacionan los coches patrulla, junto a Plaza de Armas, los agentes debían recorrer a pie una distancia de kilómetro y medio al inicio y término de su jornada y que, durante ese tiempo la zona quedaba sin patrulleros disponibles. Anteriormente estos vehículos se estaban aparcando en una nave en la cercana calle Becas, esquina a Lumbreras, hasta que, hace un año, se cedió el solar a Emvisesa para la construcción de unas viviendas denominadas “colaborativas” o en régimen de “coliving”. Hasta aquí todo hace pensar en un simple conflicto entre dos áreas municipales por disponer de un solar propiedad del Ayuntamiento. Pero es bastante más que eso.

Lo primero que hay que señalar es que, ni es un solar para levantar un bloque de viviendas, cualquiera que sea su régimen, ni es una simple nave sin otro valor que su cercanía. Se trata de un edificio catalogado, enclavado en los entornos protegidos e inmediatos de la Torre de Don Fadrique y del Convento de Santa Clara. Sobre este suelo, antiguos huertos conventuales, Juan Talavera de la Vega, arquitecto precursor del Regionalismo, padre de uno de sus más insignes representantes y autor, entre otras obras del Costurero de la Reina recibió, en 1902, el encargo de levantar una nave para garaje. Era en una esquina difícil y privilegiada, por ser contigua a los dormitorios del Convento y porque su construcción podía suponer perder la única vista, a pié de calle, de la Torre de Don Fadrique. Lo solucionó inteligentemente concentrando la mayor edificabilidad y altura hacia Lumbreras y dejando un patio en la esquina, permitiendo con ello la visión del monumento. Este es el edificio que Emvisesa proyecta derribar para construir un bloque de viviendas.

La nave de la discordia. La nave de la discordia.

La nave de la discordia. / M. G.

Aunque en planeamientos urbanísticos anteriores ya se le calificaba como equipamiento, no fue hasta la compra del Convento de Santa Clara por parte municipal cuando se llevó a cabo su expropiación, para que sirviera como complemento y apoyo al centro cultural aquí previsto. También como ampliación y acceso a los jardines de la Torre. Téngase en cuenta que, tanto el Convento como la Torre, sólo disponen para acceder por la, todavía ahora inutilizada, entrada histórica por la estrecha fachada de calle Santa Clara y el compás, acceso hoy día suplido, provisionalmente, por la, forzada y contradictoria histórica y conceptualmente, a través de lo más íntimo de una clausura, el dormitorio comunal. Sin embargo, una vez sea incorporada esta parcela al conjunto monacal al que, originariamente perteneció, tanto el Centro Cultural, como la Torre y sus jardines, dispondrían de más de 70 metros de longitud de fachada hacia dos calles en los que, sobradamente, se podrían situar nuevos accesos y servicios adecuados para los distintos eventos a celebrar en ellos.

Por todo ello entiendo que, la asignación de la presente parcela municipal, no debe corresponder ni al área de Policía Local solo para estacionar unos vehículos, ni mucho menos a Emvisesa: no se ha abonado más de un millón de euros de expropiación pata evitar un bloque de viviendas dañinas para el patrimonio y de indicativa privada, para sustituirlas por otro bloque, igual de dañino, pero de iniciativa pública. Debe destinarse para el fin para el que fue calificado urbanísticamente primero y expropiado después, esto es, para ser parte del gran centro cultural y patrimonial Santa Clara-Torre de Don Fadrique y, en consecuencia, entiendo que, lo más lógico será asignarlo al Instituto de la Cultura y el Arte de Sevilla (ICAS) que es el organismo municipal encargado de la gestión de este importante centro cultural.

Y volviendo al problema de la Policía Local que ha dado pie a las anteriores consideraciones me permito formular una sugerencia: creo que no sería difícil habilitar varias plazas para los patrulleros en alguna de las distintas plantas de aparcamiento con que cuenta el gran aparcamiento municipal, gestionado por Emvisesa de las, muy cercanas a Crédito, calles Guadalquivir y Mendigorría. Si hay voluntad e interés ambas propuestas pueden adoptarse inmediatamente.

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