La dulce Navidad como motor económico de Estepa y su comarca

El sector del mantecado y el polvorón de Estepa factura unos 90 millones de euros y genera 2.200 puestos de trabajo directos, el 85% femenino

La elaboración de mantecados y polvorones en el objetivo

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La importante industria del mantecado en Estepa / Juan Carlos Vázquez

Hace calor de pleno verano pero Estepa huele a Navidad. Es todo un clásico decir que huele a canela, pero es algo más. El aroma a obrador de dulces de toda la vida sale de las fábricas de mantecados que hacen de este municipio de la Sierra Sur una isla industrial en medio de una comarca eminentemente agrícola. No sólo por la elaboración de polvorones y mantecados, sino por la serie de empresas que se han generado alrededor de la industria alimentaria como las cartoneras, las envueltadoras o la creación de las máquinas específicas para hacer realidad los dulces de Navidad.

José María Fernández, presidente del Consejo Regulador de la IGP Mantecados y Polvorones de Estepa, destacó la importancia de este sector en el empleo y la economía, no sólo de la localidad, sino de los municipios del entorno. “Estamos hablando de 2.200 puestos de trabajo directos, de los que el 85% son mujeres, y no solo como personal de fábrica, sino también en puestos de relevancia como responsable de calidad, responsable de logística, de recursos humanos e incluso en la gerencia”.

Precisamente fue una mujer, Micaela Ruiz Téllez, La Colchona, quien hace más de 175 años empezó la comercialización de este dulce. Desde entonces, Estepa se ha convertido en un “oasis industrial en un entorno eminentemente agrario”, como indica Fernández. Esto se traduce en una facturación de unos 90 millones de euros aproximadamente y eso en una población con 12.000 habitantes, pues repercute en todo”, explica el presidente del Consejo Regulador.

Entre las materias primas, quitando la canela, que procede de Ceylán y el cacao, la manteca es de cerdo ibérico, en el caso de los de aceite, para el mercado halal (permitido para los musulmanes), se utiliza aceite de oliva virgen extra de la comarca y la almendra es nacional en un 95%porque para el mazapán se necesita otra variedad.

La industria del mantecado en Estepa / Juan Carlos Vázquez Osuna

“Ser IGP (Indicación Geográfica Protegida permite garantizar el producto y el proceso de elaboración. De las 22 fábricas que hay en Estepa, 18 pertenecen al registro del Consejo Regulador. Son las de mayor producción y las de mayor antigüedad”. Este organismo nació a través de una propuesta de la Junta de Andalucía cuando se detectó hace años que en otras zonas de España se utilizaba la marca Estepa.

Pero el consumo no es solo nacional. Los mantecados y polvorones de este municipio, aunque según José María Fernández la exportación es la asignatura pendiente de este producto, “no son una pasta ni una galleta y a los extranjeros, les choca un poco el tacto en el paladar”. Sin embargo la Navidad llega a todos los continentes. Ya hay producción de esta campaña camino de Estados Unidos, Finlandia, Croacia, eh Reino Unido, Alemania, Italia, o Canadá. A esto se suma el mercado musulmán con empresas que han obtenido la certificación Halal.Aquí la manteca de cerdo se cambia por otro de los tesoros alimentarios de Estepa, el aceite de oliva virgen extra.También hay cambios en los roscos de vino, que no tienen alcohol. “Ellos lo toman durante todo el año, como si fuese como si fuese una pasta”, explicó Fernández.

En cuanto a las exportaciones con EE UU, desde la IGP afirman que al no ser grandes cantidades, esperan que no les afecten los futuros aranceles, “por lo menos en la medida del sector de la aceituna”.

Respecto a la subida de los precios, prevista alrededor del 7% por el aumento de los costes de producción, “en relación calidad-precio, el mantecado y el polvorón de Estepa es líder del dulce navideño en España”. La campaña de 2025 se presenta marcada por factores externos, como el incremento del precio de materias primas esenciales (almendra y chocolate, principalmente) y la subida en los salarios recogida por convenio.

La industria auxiliar a las fábricas tienen un peso considerable. Cuando la producción comenzó a mecanizarse hace unos 60 años, nacieron empresas de transporte, de artes gráficas y mecánicas. “La mayoría de la maquinaria es estepeña. Nuestros talleres son referencia a nivel nacional e internacional en maquinaria de pastelería. Sin ir más lejos, hay una empresa estepeña montando una planta de postres en Estados Unidos”, advirtió el presidente de la IGP.

Santiago Fernández Alfaro, en La Colchona. / Juan Carlos Vázquez

Cuando la producción se mecanizó se necesitaron envolvedoras, envasadoras, etc. La solución llegó de los talleres locales. En Estepa está una de las dos fábricas que empaquetan tipo flow pack, como si fuera una pequeña bolsa.

“Al final la IGP es una protección al consumidor, porque te dan garantías de que el producto pues está fabricado en Estepa con unos pliegos de calidad que aprueba la Comisión Europea con respecto a las materias primas que hay que utilizar, los procesos de elaboración, a las a los envases, a los embalajes”, advirtió José María Fernández.

Donde todo nació, en La Colchona, Santiago Fernández Alfaro, se muestra orgulloso que en los 175 años de historia de la marca, lo único que está mecanizado es el amasado. El resto es totalmente artesanal, desde la forma de hacer cada dulce hasta pasarlos por el horno de leña o envolverlos.

Micaela Ruiz hacía sus dulces con la manteca del cerdo que sacaba de las matanzas, y aprovechó el trabajo de su marido, era cosario, para repartirlos por las rutas. De este modo sus mantecados llegaron a Córdoba, Málaga y los municipios cercanos. A partir de aquí se sumaron otras casas estepeñas, así hasta 120 domicilios en los que las mujeres vendían mantecados y polvorones. Actualmente hay unas 16 fábricas en la localidad.

La industria del mantecado en Estepa / Juan Carlos Vázquez Osuna

La Colchona produce unas 50 toneladas de forma completamente artesanal, “Eso nos hace diferentes”, aseguró Santiago Fernández. La campaña comenzó el 2 de septiembre y está hasta el 23 de diciembre. Los mantecados y polvorones de esta marca nacen en una casa de tres plantas situada en pleno centro de Estepa.

Todos los frutos secos que se usan son de producción nacional. Sólo se importa la canela y algunos clavos de olor. Especias que huelen a casa de la abuela. Los clientes, extremadamente fieles, prefieren el original de harina, manteca de cerdo, azúcar y canela. l más vendido es el de aceite de oliva virgen extra tamaño caramelo, seguido por las milhojas rellenas. “Últimamente nos reclaman mucho los productos con cacao”, afirmó Santiago Fernández.

La industria del mantecado en Estepa / Juan Carlos Vázquez Osuna

La industria del mantecado no sólo nació por una mujer, La Colchona, sino que es eminentemente femenina, tanto en la mano de obra con el trabajo de las mantecaderas, una figura representativa de Estepa, como en la gerencia y mandos intermedios.

Vanesa Manzano es la tercera generación al frente de El Santo, una marca que empezó su abuela en 1966 y siguió su padre. “Nuestra misión es endulzar la Navidad como lo hacía mi abuela”, con una declaración de intenciones de tal calibre, se adivina lo que supone el mantecado para ella. Conoce cada resquicio del trabajo en la fábrica porque ha pasado por diferentes puestos hasta llegar a la gerencia, por lo que en este caso a la preparación académica se suma 20 años de experiencia. Y eso se nota a la hora de emprender su etapa como gerente de El Santo, hace ya cinco años. La fábrica tiene 60 empleados, la mayoría mujeres y un objetivo marcado a fuego: mantener la tradición de la receta con la tecnología actual.

Vanesa Manzano, gerente de El Santo / Juan Carlos Vázquez Osuna

Sobre cómo ha evolucionado la industria en los últimos años,Vanesa Manzano explicó que si hace unos años la dificultad estaba en la gestión de recursos para dar lo mejor en cada producto, hoy se ha ido un paso más y los obstáculos “son más de tipo burocrático y administrativo”.

“Este es un trabajo muy satisfactorio. Llevas la Navidad a cada hogar y no faltas en sus mesas. Creamos vínculos con nuestros clientes porque estamos en sus fiestas familiares, en sus recuerdos”, afirmó.

Una muestra de ello son las exportaciones. “Mandamos cajas de mantecados y polvorones a muchos sitios donde hay colonias de españoles: Bélgica, Holanda, Suiza e incluso a Australia.

José María Fernández, presidente de la IGP mantecados y polvorones de Estepa / Juan Carlos Vázquez Osuna

Como curiosidad, tienen en un solo producto, dos certificaciones de calidad. Con el de aceite de oliva, ademas de la garantía de la IGP tiene la DOP Oleoestepa. Estos mantecados, los polvorones de almendra, las hojaldradas de chocolate y los caseros tradicionales son los más pedidos por los clientes. Últimamente se está también incorporando una línea vegana.

Al tener la certificación halal otro de los países donde llega El Santo es Marruecos.

Como señala Vanesa Manzano, para que una industria que aúna la tradición y la calidad de los productos se mantenga es necesaria la honestidad, “ante todo, pero también la seguridad alimentaria. Esos son los principales valores de El Santo”. A esto se suma el compromiso de sostenibilidad. “Tenemos placas solares e intentamos llegar a la huella cero”, afirmó Vanesa Manzano.

Una industria que no para en Navidad, sino que se transforma buscando la desestacionalización. Muchas de las fábricas siguen produciendo otros dulces como chocolates, pastas e incluso barritas energéticas.

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