Betis | Análisis

La sombra de la planificación

  • La falta de un pivote que dé contención a la zaga y fuerza a la medular, que también carece de un perfil de futbolista con mordiente para el robo de la pelota, castiga al Betis vertical de Rubi

Alexis, Rubi y Haro, con  Federico Martínez Feria al fondo, en la presentación del  técnico catalán.

Alexis, Rubi y Haro, con Federico Martínez Feria al fondo, en la presentación del técnico catalán. / Juan Carlos Vázquez (Sevilla)

En un club de fútbol, a la hora de llevar a cabo una planificación deportiva con un cambio de entrenador resulta fundamental un entendimiento entre las partes para la confección de la plantilla, con dos opciones siempre presentes: o el club dota al entrenador de los mimbres necesarios para desarrollar su idea o es el técnico el que está obligado a adaptarse a los recursos ya existentes.

En definitiva, definir un modelo de juego, qué Betis se quiere, y en este sentido, si desde la planta noble se pretendía la continuidad del estilo implantado por Quique Setién, la realidad es que la idea del cántabro y la del de Vilasar de Mar son opuestas. Por ello, por la forma en la que está confeccionado el plantel actual y por lo visto en estas ocho jornadas, será el técnico el que tenga que adaptarse a los mimbres que tiene, los que ya existían antes de su llegada y los fichajes de este verano.

Por la confección del plantel actual y el perfil de jugadores, Rubi parece estar abocado a la vuelta al 3-5-2

De momento, Rubi, como ya ha manifestado en sus comparecencias públicas, sigue apostando por jugar con una línea defensiva formada por cuatro hombres, y a partir de ahí 4-4-2 o 4-3-3 con alguna variante. Entonces, aparece el gran lunar de la planificación y el agujero principal del Betis actual: el centro del campo. Si el Betis de Setién sufría con tres centrales por no tener un pivote específico, el de Rubi, más todavía al apostar por el doble pivote y cuatro atrás. A la espalda de Carvalho y su acompañante, hay enormes espacios, el rival siempre tiene superioridad en esa zona si juega con tres centrocampistas y llega en manada al área de los verdiblancos.

A la hora de planificar, o el club dota al técnico de mimbres para su idea o éste se adapta a lo que hay

Pero más allá de un pivote específico, tampoco tiene el Betis en la medular un perfil de futbolista que robe la pelota, de ida y vuelta (box to box), y eso se refleja en los datos, ya que el bético es el equipo de la Liga que menos intercepciones de balón hace de media por partido (7,4). Ejemplo de todo esto, el último choque del Betis ante el Eibar. Ante la ausencia de Carvalho, Rubi apostó por Canales y Guardado en el doble pivote, y los problemas en la medular, referentes a la contención, fueron evidentes, como era de esperar.

La apuesta era un técnico que le diera continuidad al estilo, y Setién y Rubi son polos opuestos

Apareció esa debilidad defensiva de un Betis que, por el perfil de sus futbolistas, parece estar abocado a la vuelta al 3-5-2: cuatro centrales, tres laterales derechos (uno de ellos, Emerson, sin cultura defensiva alguna y de perfil más ofensivo para actuar de carrilero), dos jugadores de banda izquierda que pueden actuar de lateral pero que son más de vocación ofensiva (carrileros o extremos), siendo Álex Moreno, en estos momentos, el que mejores prestaciones está ofreciendo tanto atrás como arriba, sin pivote (Javi García apenas cuenta para Rubi), sin centrocampistas que muerdan...

En definitiva, un Betis desequilibrado y descompensado debido a una planificación que dejó por cubrir carencias importantísimas que ya se veían desde el pasado curso, con una política de renovaciones que también genera muchas dudas, un equipo acostumbrado a defender con la pelota, que no estaba trabajado a nivel defensivo y que ha pasado ahora a ejercitarse mucho más para corregir errores (por ejemplo, la colocación en los contragolpes del Villarreal en la segunda parte)...

El Betis de Setién defendía con el balón y estaba poco trabajado hacia atrás, lo que añade más tarea a Rubi

Si a todo esto se le suma la falta de un referente en el plano futbolístico, lo que sale de la coctelera es un Betis que se ha marchado al parón decimosexto en la tabla, dos puntos por encima de los puestos de descenso fruto de unos números mediocres, con mucho trabajo por delante para Rubi de cara a los siguientes partidos y con la lupa también puesta en una planificación a enmendar con la apertura del mercado invernal.

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