"Si dormiste menos de siete horas o eres hipertenso elige despertar con la luz que entra por la ventana", explica este médico radiólogo
Es aconsejable levantarse en la segunda alarma y activarla 20 minutos antes de tenernos que levantarnos
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Llega la hora de dormir y existen muchos factores que índican que no es el momento. Realmente, muy pocas personas pueden permanecer dormidos más de ocho horas, aunque es lo ideal, no se trata de un lujo. Esto es una necesidad biologica que favorece el funcionamiento del cuerpo, tanto a nivel físico como mental. Si no se duerme lo suficiente, siempre se ha dicho que se será menos productivo y, según los estudios científicos se ha demostrado que mantiene la salud física, cognitiva y emocional.
El cerebro funcionará mucho mejor. Durante el sueño profundo, las neuronas llevan a cabo procesos delicados de reparación y reorganización. Esto facilita el aprendizaje y la consolidación de la memoria. Este necesita largos ciclos de sueño para clasificar la información adquirida durante el día, reforzar conocimientos y eliminar desechos metabólicos, como las proteínas relacionadas con enfermedades neurodegenerativas.
Además, el sueño prolongado juega un papel crucial en la regulación emocional. Las áreas del cerebro que gestionan las emociones —especialmente la amígdala y la corteza prefrontal— se mantienen en equilibrio únicamente cuando reciben suficientes horas de descanso. Dormir poco amplifica las reacciones emocionales negativas, aumenta la irritabilidad y reduce la tolerancia al estrés.
Otro aspecto fundamental es el impacto del sueño en el funcionamiento del sistema inmunológico. Durante la noche, cuando el cuerpo se encuentra en un estado de reposo, el sistema inmunitario realiza procesos de reparación y producción de células que combaten infecciones. Dormir más de ocho horas da el tiempo necesario para que estos mecanismos se completen con eficacia.
El sueño también es indispensable para mantener un equilibrio metabólico adecuado. Dormir más de ocho horas ayuda a regular hormonas esenciales, como la leptina y la grelina, que controlan el apetito. Cuando se duerme poco, la grelina (que estimula el hambre) aumenta, y la leptina (que indica saciedad) disminuye, lo que provoca un deseo incrementado por alimentos calóricos y desequilibrio en la alimentación.
Desde el punto de vista físico, dormir más de ocho horas permite una recuperación más completa del cuerpo. Durante el sueño profundo, el organismo repara tejidos musculares, regenera células y libera hormonas del crecimiento que facilitan la recuperación tras el ejercicio o el esfuerzo diario.
En términos de salud cardiovascular, dormir más de ocho horas también tiene beneficios significativos. El corazón y los vasos sanguíneos descansan durante el sueño, lo que reduce temporalmente la presión arterial y el ritmo cardíaco. Cuando este descanso es insuficiente, el sistema circulatorio permanece sobrecargado, lo que aumenta el riesgo de hipertensión, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Por otro lado, dormir más de ocho horas fomenta la productividad real, no la aparente. Muchas personas creen que dormir menos les permite hacer más cosas durante el día, pero la evidencia demuestra que el cansancio acumulado disminuye la eficiencia. Un cerebro fatigado comete más errores, se distrae con facilidad y requiere más tiempo para terminar tareas simples. En cambio, un sueño adecuado mejora la claridad mental, la capacidad de resolver problemas y la motivación. Las horas dormidas se recuperan en forma de mayor rendimiento y mejores resultados en menos tiempo.
Además, el sueño suficiente favorece la creatividad. Dormir más potencia la generación de ideas nuevas, la imaginación y la capacidad de encontrar soluciones originales. Por ello, muchas personas creativas consideran el sueño una parte esencial de su proceso de trabajo.
Qué supone posponer la alarma
Es tan malo posponer las alarmas como levantarse en el primer pitido. Esto supone un pico de tensión arterial que afecta negativamente al corazón, sobre todo, si se ponen muchas alarmas. Sin embargo, si se pone solo una vez se puede evitar romper el sueño profundo. Esto dificulta arracar en el principio del día. Si se pospone dos o más veces, genera múltiples microdespertares que dan la sensación de no haber dormido.
El médico radiólogo José Manuel Felices da en el clavo con los diferentes tips. En primer lugar, se debe poner la alarma 20 minutos antes de la hora que tengamos pensada levantarnos. Solo se recomienda posponer la alarma una vez. También, si se ha dormido menos de siete horas o se es hipertenso es aconsejable despertarse con la luz de la ventana. Esta activa gradualmente y prepara para el resto del día.
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