El mensaje contundente de los expertos sobre los riesgos invisibles del alcohol que se siguen normalizando: "No existe el consumo responsable"
Investigación y Tecnología
Durante décadas, hemos tenido interiorizada la idea de que una copa de vino al día podía ser beneficiosa para la salud cardiovascular. Mensajes que han calado hondo, especialmente en países como España, donde el alcohol forma parte del tejido social, las tradiciones y las celebraciones. Sin embargo, cada vez más investigaciones desmienten ese mito, revelando que no existe una cantidad segura de consumo de alcohol. "El llamado consumo óptimo de alcohol debería ser cero", afirma Guillermo Acevedo, director y socio fundador de Esvidas, grupo sanitario especializado en el tratamiento de adicciones.
A pesar de que la publicidad y algunos discursos sanitarios del pasado han contribuido a suavizar la imagen del alcohol, los estudios más recientes apuntan en otra dirección. Según el informe técnico del Ministerio de Sanidad '¿Cuánto es mucho?' (2024), incluso el consumo considerado "moderado" puede generar efectos negativos para la salud cuyas principales consecuencias incluyen trastornos del sueño, problemas digestivos, alteraciones cardiovasculares y daños neurológicos.
"El alcoholismo deteriora física y psicológicamente a quien lo padece, afectando su autonomía, su entorno y su futuro. Lo que comienza con una copa diaria puede acabar siendo una dependencia que condiciona toda la vida", advierte Acevedo en declaraciones a este medio.
El inicio precoz: una amenaza silenciosa
Beber a los 14 años ya no sorprende ya que, según datos del Plan Nacional sobre Drogas, en España, se ha convertido en la edad media de inicio en el consumo de alcohol. A esa edad, el cerebro aún está en pleno desarrollo, y la exposición precoz incrementa significativamente el riesgo de desarrollar adicción en la adultez. El entorno cultural tampoco ayuda: el alcohol está presente en reuniones familiares, eventos deportivos y celebraciones locales, lo que refuerza su percepción como algo "normal".
En un posicionamiento conjunto sin precedentes, 18 sociedades médico-científicas españolas, entre ellas la Sociedad Española de Medicina Interna y la Sociedad Española de Epidemiología, declararon en 2024 que "No existe el consumo responsable" de alcohol. Este contundente mensaje pretende desterrar la noción errónea de que beber poco es inocuo. "El alcohol tiene un efecto acumulativo y lo que comienza como consumo social puede terminar en adicción. ¿Quién garantiza que una sola copa será suficiente?", plantea Acevedo.
Señales de alerta que no deben ignorarse
El consumo continuado lleva a un aumento en la tolerancia, es decir, la necesidad de beber más para obtener el mismo efecto. Esta escalada es una de las puertas de entrada más frecuentes hacia el trastorno por consumo de alcohol. "Cuando una persona pierde la capacidad de decidir cuánto bebe, cuando el alcohol interfiere en su trabajo, sus relaciones o su bienestar emocional, ya no se trata de un hábito: se ha convertido en un verdadero problema de salud pública", alerta Acevedo.
Aunque a menudo el problema se desarrolla en silencio, hay síntomas tempranos que pueden indicar que el consumo está yendo más allá de lo social: cambios de humor, irritabilidad, sudoración nocturna, aislamiento, excusas para beber y descuido del aspecto personal. Detectar estos signos puede marcar la diferencia. "Lo más importante es pedir ayuda profesional cuanto antes, incluso si solo se sospecha que hay un problema. Cuanto más temprano se intervenga, mayores son las posibilidades de frenar el deterioro", asegura el especialista.
El impacto del alcoholismo no se limita a la persona que bebe. Padres, hijos, parejas y amigos sufren el desgaste emocional, los conflictos y la tensión diaria que genera esta enfermedad. Según el informe "Alcohol y Familia" del Plan Nacional sobre Drogas, es una de las principales causas de ruptura familiar en España. "El alcoholismo no solo destruye al que lo sufre. Arrasa con todo lo que hay a su alrededor si no se detiene a tiempo", concluye Acevedo.
Solicitan más información a la ciudadanía
El vino y la cerveza forman parte de la identidad cultural española, pero también del problema. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el alcohol está relacionado directamente con más de 200 enfermedades. Mientras se siga asociando su consumo con salud, celebración o normalidad, será difícil combatir sus verdaderos efectos.
Hablar con claridad sobre los riesgos del alcohol no es alarmismo: es prevención. "Cualquier otro mensaje solo contribuye a seguir normalizando el riesgo", afirma Acevedo. Es momento de revisar la relación social con esta sustancia legal pero peligrosa, e iniciar una conversación informada, sin prejuicios ni idealizaciones.
Referencias bibliográficas.
EsVidas, red de centro de adicciones. ¿Una copa al día realmente es saludable? Los riesgos invisibles del alcohol que siguen normalizándose.
Sociedad Española de Medicina Interna (2024). Médicos internistas reiteran que "ningún consumo de alcohol puede considerarse seguro" y recuerdan sus "efectos negativos" sobre múltiples órganos.
Ministerio de Sanidad. ¿Cuánto es mucho? Informe 2024.
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