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El insomnio es uno de los problemas más comunes de la población. Muchas personas recurren medicamentos para coger el sueño. En septiembre se incrementa porque normalmente se llega a la rutina con unos horarios más orientados a la noche que al día propio de las vacaciones de verano. Una doctora propone cambiar los hábitos alimenticios y centrar la atención en la cena porque de ella dependerá que se descanse más o menos. "En la clínica, vemos a diario cómo un problema de descanso nocturno está íntimamente ligado a patologías como el bruxismo o el dolor de mandíbula. Por ello, nuestro enfoque no es meramente paliativo, sino que buscamos la raíz del problema"
Así que esto lleva a entender la alimentación como una de las herramientas de diagnóstico y tratamiento más potentes. "La alimentación es nuestra primera y más poderosa medicina. Lo que comemos no solo nos nutre, sino que envía información a nuestras células y sistemas. Una cena consciente y bien planificada puede ser el 'reinicio' que nuestro cuerpo necesita para entrar en un estado de calma y reparación óptima", añade la experta.
Alimentos que se deben incluir en la cena
Para ayudar a los pacientes a conciliar el sueño de manera natural y profunda, la Dra. Rodríguez Moroder propone incluir en la cena alimentos que actúan como inductores naturales del sueño:
- Alimentos ricos en triptófano: Este aminoácido es un precursor de la serotonina y la melatonina, hormonas clave que regulan nuestro reloj biológico. Incorpora en tu cena una pequeña porción de pavo, pollo, huevos, o lácteos como un vaso de leche caliente.
- Magnesio: Es un potente relajante muscular y nervioso. Su déficit se ha relacionado con el insomnio. Aumenta su ingesta con verduras de hoja verde (espinacas, acelgas), frutos secos (almendras, nueces) y semillas (de calabaza, de chía).
- Carbohidratos complejos: Unos carbohidratos complejos en la cena, como la avena o el arroz integral, ayudan a que el triptófano llegue al cerebro, facilitando la producción de melatonina.
- Cerezas y plátanos: Son fuentes naturales de melatonina y potasio, respectivamente, que ayudan a relajar los músculos y el sistema nervioso. Un puñado de cerezas (si es temporada) o medio plátano son una excelente opción.
Alimentos a evitar para un descanso óptimo.
La Dra. Rodríguez Moroder destaca que igual de crucial es lo que se debe evitar. Algunos alimentos y sustancias, especialmente por la noche, actúan como disruptores del sueño.
- Ultraprocesados: Están cargados de azúcares refinados, grasas saturadas y aditivos, son particularmente perjudiciales en la cena. "El cuerpo está diseñado para ralentizar su metabolismo por la noche. Si lo sobrecargamos con azúcares que causan picos y bajadas bruscas de glucosa, le estamos enviando señales confusas que alteran el ciclo de sueño. Además, la indigestión y el malestar digestivo que pueden generar son el enemigo de una noche tranquila".
- Alcohol: Aunque a menudo se usa como un inductor de sueño, el alcohol es uno de los mayores saboteadores del descanso de calidad. Al principio puede provocar somnolencia, pero su efecto rebote interrumpe las fases más profundas y reparadoras del sueño, especialmente la fase REM. El resultado es un sueño fragmentado y una sensación de fatiga al despertar
- Comidas pesadas, grasas y picantes: Una cena copiosa o muy condimentada obliga a tu sistema digestivo a trabajar horas extras cuando debería estar en modo de descanso. Esto puede provocar reflujo, acidez y una sensación de pesadez que impide un sueño profundo.
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